Diálogo Centroamericano para la Paz y la Desmilitarización

Diálogo Centro-
americano

San José, Costa Rica
No. 26
Noviembre-Diciembre, 1997
 

PONENCIAS MAGISTRALES

Dr. Ricardo Soberón,
Especialista en Problemas de Narcotráfico de la Comisión Andina de Juristas.


El Dr. Ricardo Soberón inició su exposición refiriéndose a lo que dijo hace pocos meses el Secretario de Defensa norteamericano sobre el verdadero interés de su país hacía el futuro de los territorios actualmente ocupados por fuerzas militares, quien sostuvo que "pienso que será importante para nosotros tener alguna suerte de contacto y presencia residual en Panamá. A qué nivel pudiera ésta llegar solamente podrá ser considerada en función al sentimiento que tenga el gobierno panameño al respecto. La estrategia norteamericana contra las drogas contempla como nuestro objetivo fundamental el incrementar lo que se conoce como la cooperación, el intercambio de información y la creación de espacios y tejidos hemisféricos que promuevan la lucha antidrogas".

Con respecto a lo anterior, Soberón se preguntó "¿Necesitamos o no necesitamos como hemisferio un Centro Multilateral Antidrogas? Para ser sincero, creo que hay opiniones a favor y en contra. Las que hablan a favor de un CMA tienen razón. Efectivamente, el fenómeno internacional del tráfico de cocaína, que proviene de nuestros países y se va directamente a los Estados Unidos y Europa, se ha fragmentado, se ha manifestado de tal manera que en realidad ha absorbido totalmente la capacidad interna de los estados, individual o colectivamente, para controlarlos. Los mayores esfuerzos mundiales para poder controlar este problema solo llegan a un tercio, es decir, cada kilo de cocaína que es decomisado por la policía en cualquiera de nuestros países implica dos kilos que llegan a su destino final. Ese es el máximo esfuerzo que podemos esperar nosotros de la intervención".

Soberón sostuvo que, a su juicio, el trabajo de intervención militar antinarcóticos es ineficiente y riesgoso. En ese contexto, un primer elemento de discusión de si se trata sólo de un componente o de todo un instrumento militar, debe ser el hilo conductor para reflexionar síes necesario ono un Centro Multilateral Antidrogas.

El expositor aseguró que, por lo demás, la experiencia de los últimos seis años, al menos en los países al sur del Canal, dan cuenta de que el Departamento de Estado y el de Defensa norteamericano se han encargado muy claramente de establecer un complejo tejido de acuerdos para el intercambio a todo nivel: pruebas judiciales, información policial, información de inteligencia y, finalmente, los resultados de operaciones antinarcóticos. Es decir, en la actualidad ya existen canales establecidos para que, sin necesidad del Centro, estén en marcha esfuerzospolíticos de carácter multilateral. Por lo demás, está planteado en los tratados internacionales de Naciones Unidas, de la Comisión Interamericana contra el abuso de drogas en el plano de la OEA y también en la Cuarta Cumbre de las Américas de 1994. Se trata de la transferencia del rol fundamental que durante años ocuparon los Estados Unidos en la lucha antinarcóticos, para trasladarlo, entre comillas, "sucesivamente a organismos de carácter multilateral". Sin embargo, es claro que para Washington todavía la lucha antinarcóticos sigue siendo un objetivo fundamental para América Latina. Desde la percepción del Departamento de Estado y el de Defensa, es muy claro que, en este contexto, Panamá efectivamente sea un sitio estratégicamente óptimo para poder desplegar allí esfuerzos que aparezcan como hemisféricos.

Soberón afirmó que el proceso de desenganche de los Estados Unidos expresado en los acuerdos de 1977, corre por una písta, pero todo el proceso para la creación de un CMA tiene otra velocidad, otros interlocutores y otro procedimiento, que va mucho más allá de la voluntad que pueda tener el propio gobierno de los Estados Unidos y el de Panamá.

"Es decir, que para generar un consenso hemisférico alrededor de este CMA, habrá primero que crear las condiciones políticas en el hemisferio y me temo que estas no necesariamente están dada." La disparidad y distinta prioridad de intereses, hacen aún muy difícil otorgar un consenso continental a la creación de un Centro Multilateral Antídrogas, que necesariamente requerirá, para que tenga el carácter multilateral, del apoyo, la participación, y cuando no, el desembolso por parte de los paises que pertenecen al escenario de la OEA o grupo de Río".

Por lo tanto, es obvio que es una cuestión estrictamente de carácter bilateral lo que vaya a ocurrir el 1 de enero del 2000 respecto a esos territorios, y corresponderá a la diplomacia panameña resolverlo. Pero el pase a un CMA todavia tiene los pequeños recelos lógicos de otros paises que pudieran decir o reclamar mayor oportunidad o mayores esfuerzos en esta lucha antinarcóticos. "Por lo demás, ¿existen las necesidades de poner un Centro Multilateral en materia antidrogas? Yo diría parcialmente que si, pero tendría realmente que discutírse una serie de aspectos que solamente voy a describir. Es obvio que el manejo informativo ha sido uno de los peores de toda la experiencia de 30 años en el manejo de la lucha antidrogas. Cuando se quiere ser modesto en materia de esfuerzos o dar resultados, las cifras disminuyen; cuando se quieren presentar ante la opinión pública en situaciones pre-electorales los resultados concretos en la materia serían impredecibles. Por eso, hay una necesidad de información objetiva".

Por otro lado, Soberón sostuvo que hay una necesidad de quitarles, en general, espacio a los militares en el manejo del tema. "No hay peor operador en la lucha antidrogas que un militar: no sabe levantar un acta de incautación de drogas, no sabe que hacer con un detenido a las 24 horas de ingresar al Ministerio Público; peor aún, creo que en cualquier parte del mundo las fuerzas armadas son el grupo más endeble en términos del riesgo a la corrupción. Entonces, el haberles entregado el monopolio no fiscalizado de este espacío es inconsecuente y peligroso."

Considerando lo anterior, el expositor enfatizó que "si estamos deslegitimando al actor militar como actor fundamental de la lucha antinarcóticos, se necesita otro tipo de actor, por lo que se deberían fortalecer las instituciones democráticas, los ministerios públicos, una prensa sin restricciones para acceder a cierto tipo de espacio, la participación de la sociedad civil. Desde el punto de vista jurídico es urgente que se adopte una posición clara con respecto a la continuidad de escenarios 77-200 1, creo que es fundamental saber qué cosas nos depara ese Centro Multilateral. En segundo lugar, desde el aspecto político existen varias necesidades: subordinación militar a los civiles, un manejo de información equilibrado y recíproco; son aspectos fundamentales sobre los cuales si no llegamos a un acuerdo, ese Centro Multilateral va a ser un gran espacio pero sin ninguna capacidad operativa sino la de alimentar a las entidades y agencias policiales que en el continente hacen lucha antidrogas".

Al concluir, Soberón dijo que "por primera vez me encuentro en un país donde la presencia militar extranjera es un hecho fundamental de la política cotidiana, es decir, en realidad los aspectos de extraterritorialidad de alguna fuerza extranjera en todo el continente solo se viven aquí; es por eso que el tema es tan sensible. Creo sinceramente que el tiempo nos está ganando no solamente a nosotros, si no también a los que están intentando poner las cosas en orden de una vez, concluirías y definirlas de manera de poder razonar rápidas transferencias de los espacios de las tutorías".


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