Comunicado
AUC, 17 de enero de 2000
ELN Y DESPEJE
Editorial, enero 17 de 2000
En días recientes,
ante una nutrida representación parlamentaria a la cabeza del Senador
Bolivarense Carlos Espinosa Facciolince; nuestro Estado Mayor y los comandantes
del frente de guerra del Sur de Bolívar, hicieron claridad absoluta
sobre la posición de nuestra Organización en torno al despeje
que de esta zona viene reclamando la dirigencia del ELN para la realización
de su Convención Nacional.
En las actuales circunstancias,
cuando el balance estratégico de la confrontación ha consolidado
nuestra presencia político-militar en el área, resulta improbable
considerar el retiro de nuestras tropas sin prever las fatales consecuencias
que repercutirían sobre la población civil, ante el eventual
regreso de las guerrillas del ELN con su pesado fardo de venganzas y retaliaciones
contra los "traidores de su causa revolucionaria" que lo serían
centenares de habitantes de campos y poblados cansados del yugo subversivo
y dispuestos, como lo están ahora, a oponer férrea resistencia
a las pretensiones de los Señores Elenos de retornar a sus nichos
históricos de donde fueron expulsados inexorablemente después
de un largo período de dominio y opresión.
Cuál sería la
suerte de más de tres mil familias campesinas que recibieron del
ELN a título de préstamo la suma de cinco millones de pesos
por cada una de ellas para la adquisición de semillas, fungicidas,
abonos foliares, y disposición de terrenos destinados al cultivo
de miles de hectáreas de hojas de coca y amapola. Préstamos
cuya reversión al ELN no procedió en razón de la
expulsión guerrillera y del copamiento de sus áreas de influencia
por nuestros efectivos. Esta circunstancia conllevó a que campesinos
y colonos consideraran saldada su deuda.
Estos hechos se asocian al
rechazo general de la población y de las autoridades civiles de
no permitir en el Sur de Bolívar la configuración de un
nuevo escenario de despojo institucional a imagen y semejanza de San Vicente
del Caguán. Las espontáneas manifestaciones civiles contra
el despeje revelan la más legitima expresión de reclamo
en favor del derecho a la vida y a la paz, amenazados de manera grave
por quienes acuden al oportunista expediente de exigir territorios despejados
precisamente en áreas donde fueron militarmente derrotados.
Las AUC, estamos solicitando
la presencia del Estado en esos territorios. Es paradójico que
mientras la guerrilla se aprovecha del vacío de Estado en muchas
regiones, las AUC desalojamos a la guerrilla de otras, pedimos la presencia
del Estado y este no llega, ni siquiera a erradicar los cultivos ilícitos
a lo cual no nos oponemos.
Y es que las desesperadas
tentativas del ELN por recomponer su maltrecha posición política
y militar, los ha conducido a refugiar sus fuerzas en ciertos territorios
como los comprendidos entre Puerto López y Cañaveral; zona
esta donde han tomado la determinación de ordenarle a los campesinos
proceder a cortar los arbustos de hoja de coca que esa misma guerrilla
había patrocinado cultivar. Esta medida pone de manifiesto la paranoia
de los Elenos cuando equivocadamente piensan que las AUC van tras de sus
empresas cocaleras y que la destrucción de las mismas, acción
que celebramos, los pondrá a cubierto de las acciones militares
de nuestra Organización. Cualquiera sea el propósito de
los Elenos, nuestra Organización avanzará hacia esos territorios
en cumplimiento de la defensa de los intereses de paz y libertad que nos
ha delegado el pueblo.
Convencidos de nuestra responsabilidad
de contribuir de manera decisiva en el proceso de pacificación
nacional; consideramos la posibilidad de facilitar nuestro concurso en
el establecimiento de una zona de despeje, en un territorio distinto al
del Sur de Bolívar, dejando en claro que si se trata de otra región
en la que haya presencia de nuestras tropas; el retiro de las mismas procederá
cuando con antelación se haya conformado una comisión compuesta
por representantes del alto Gobierno, un miembro del Comando central del
ELN y el Comandante en Jefe de las AUC, y de común acuerdo se establezca
el cumplimiento de las siguientes condiciones:
1. El Gobierno Nacional deberá
reubicar en condiciones de seguridad y atención, a toda la población
civil que decida abandonar la eventual zona de despeje.
2. El Gobierno Nacional deberá
previamente erradicar los cultivos ilícitos de la zona a despejar.
3. El ELN debe comprometerse
a concentrar la totalidad de sus miembros en la denominada zona.
4. El ELN debe iniciar un
cese inmediato de hostilidades incluyendo la liberación de todas
las personas secuestradas.
Como garantía de seriedad
en el cumplimiento y verificación de los acuerdos, es necesaria
la conformación de una comisión de veeduría internacional
del más alto nivel.
Finalmente, consideramos que
estas condiciones podrían obviarse, si se optara por facilitar
la realización de la convención Elena en los territorios
despejados a las Farc o en su defecto en el vecino País de Venezuela,
cuya hospitalidad guerrillera resulta incuestionable.
En estos términos se
formularon los planteamientos que en torno al tema del despeje presentamos
a la comisión parlamentaria que nos visitó.