Carta
de las FARC, 29 de enero de 2000
Doctor Víctor Guillermo
Ricardo Alto Comisionado para la Paz, compañeros de las comisiones
de diálogos y negociación, audiencias publicas, señoras
y señores invitados de Colombia y del exterior, apreciados habitantes
de los cinco municipios desmilitarizado para los diálogos, pueblo
colombiano. La paz es patrimonio de todos.
El encuentro de hoy, ante la presencia de distinguidas personalidades
nacionales e internacionales reafirma la política de búsqueda
de la reconciliación nacional de la familia colombiana, practicada
por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejercito del Pueblo
FARC-EP, desde el mismo momento de su aparición en el escenario
político el 27 de mayo de 1964. Convertida desde entonces en fuerza
política armada de oposición al Estado colombino, luchando
por los intereses del pueblo para el logro de las soluciones definitivas
y de fondo.
Nosotros, como parte de los
desposeídos estamos convencidos de poder lograr la Paz con Justicia
Social, tolerancia política, plena independencia y ejercicio digno
de la soberanía nacional, mediante el compromiso y aporte de las
mayorías del país; partiendo que la paz es patrimonio de
todos y a todos nos corresponde conquistarla y defenderla, pensando siempre
en el futuro de los mas pobres, al igual que los ancianos, las mujeres,
los jóvenes y los niños de nuestra patria.
Los diálogos iniciados por las FARC-EP con el Gobierno del Presidente
Pastrana, el pasado 7 de enero de 1999, demuestran una vez mas las ventajas
de invertir recursos en la paz y disminuir los inmensos costos de la guerra
contra el pueblo y sus organizaciones. A pesar de las dificultades propias
de una confrontación política, económica, militar
y social de mas de 35 años, reflejada en la mesa de diálogos
y negociación, podemos compartir con ustedes los avances en la
construcción de símbolos de confianza, expresados en experiencias
que antes de los actuales diálogos no tenia Colombia, como la zona
de los cinco municipios desmilitarizado para poder efectuar los diálogos
para la paz, entre el gobierno y la guerrilla de las FARC-EP, mientras
en el resto del país se mantiene la confrontación armada
propuesta para los diálogos por los gobiernos de Gaviria, Samper
y el actual, la que fue aceptada por nosotros.
La creación de la policía
cívica encargada del control interno de la población civil
en apoyo a la gestión de los alcaldes municipales, es otro formidable
aporte, que puede ser implementado en el resto del país, así
la policía desarrollara funciones propias de una nación
civilizada y comprometida con el objetivo de la paz.
Al hecho de contar con la
Agenda Común hacia la Nueva Colombia, para el encuentro con la
nación, nacida de fusionar la Plataforma de los 10 puntos de las
FARC-EP, con los 10 puntos propuestos por el gobierno y producto de distintas
reuniones entre las dos partes, es un importante avance en cuanto a reconocer
por parte del gobierno, la existencia de las injusticias económicas,
políticas y sociales que deberán solucionarse para la construcción
de la anhelada paz, mediante la formación de un nuevo Estado, fundamentado
en la justicia social. Así mismo se crearon las audiencias publicas,
organismo este encargado de vincular a los distintos sectores de la población
en la discusión y análisis de la problemática social,
con la recolección de las mas variadas propuestas con fórmulas
de soluciones, que luego serán trasladadas a la mesa de Diálogos
y Negociación, para la formulación final del documento a
diligenciar ante los poderes del Estado. Otro logro es la existencia de
Villa Nueva Colombia con los locales que hoy oficialmente inauguramos,
en la creación de condiciones mínimas para permitir la realización
de las Audiencias Publicas, en lugares dotados de alumbrado y sistemas
de comunicaciones apropiados para la labor de emprender con mayor optimismo
y realismo, la misión de pensar en la construcción de la
Nueva Colombia.
La guerrilla de las FARC-EP
en el curso de un año de conversaciones ha construido para beneficio
de la población de los cinco municipios desmilitarizado, mas de
250 kilómetros de nuevas carreteras y se han reparado 250 mas;
20 puentes construidos sobre ríos y caños; pavimentación
de 64 calles; masivas campañas de vacunación en las que
fueron vacunados mas de 20 mil personas entre adultos y niños;
aseo público; promoción de la cultura y el deporte; el alto
índice de muertes violentas que estaba en 366 por año, bajo
a 8 con la desmilitarización; los atracos y robos bajaron prácticamente
a cero en San Vicente del Caguán. Hemos incrementado los mecanismos
de protección a la fauna, flora y pesca, para la preservación
del medio ambiente y se ha gestionado ante el Alto Comisionado la electrificación
de varios poblados y el mejoramiento de puestos de salud y centros de
educación. Los habitantes de toda la región certifican satisfechos
la tranquilidad y el progreso que viven hoy, el que nunca antes habían
presenciado, ya que antes del despeje diariamente morían a mano
armada dos o tres ciudadanos.
Las FARC-EP, es parte de los
colombianos que con buen sentido de patria, no comparten los objetivos
del Plan Colombia, al ubicarlo en contra vía de la inversión
social que necesita la paz y por convertirse en otro recurso para la guerra
entre los colombianos y la injerencia del gobierno de Estados Unidos en
nuestros asuntos internos. El Plan Colombia o Pan de Guerra esta destinado
fundamentalmente a mejorar la capacidad de combate de las fuerzas militares
en la represión estatal a la protesta social de los trabajadores,
con la fachada de luchar contra el narcotráfico.
Otro signo que no contribuye
a fortalecer confianza en el compromiso de paz del gobierno con las FARC-EP,
son las tendenciosas declaraciones hechas con mucha frecuencia contra
el proceso de reconciliación, por parte de algunos ministros y
generales del Ejercito en contra de la política de diálogos
para la negociación ejecutada con tenacidad y paciencia por el
Alto Comisionado para la paz, en representación del Presidente
de la República. Las FARC-EP necesitamos conocer si el señor
Presidente mantiene inalterable la política de paz que prometio
liderar en persona, durante la campaña electoral. Otro elemento
negativo y peligroso contra la esperanza de convivencia que pone en grave
riesgo el afianzamiento de la credibilidad en la paz del Gobierno, son
los innumerables crímenes ejecutados por agentes del Estado contra
la población civil desarmada, a nombre de los paramilitares o escuadrones
de la muerte.
No obstante, los signos negativos
antes señalados, el compromiso nuestro con el pueblo en la consecución
de la paz sin hambre, sin represión, ni explotación sigue
invariable. Para lo cual insistimos en la inaplazable necesidad que el
gobierno en representación del Estado entre a darle solución
a las necesidades de empleo para mas de 3 millones de colombianos desempleados
que no pueden comprar vivienda, ropa, educación, salud, ni seguridad
para sus familias. A las mas de 1.500. 000 familias campesinas sin tierra
y en condiciones de trabajarla, que esperan del Gobierno solución
inmediata a su problema. Los trabajadores del campo siguen a la espera
de la reactivación del sector agropecuario con recursos del estado
y del sector privado, garantizando el mercadeo de sus productos con precios
que correspondan a los altos costo s de producción, para volver
realidad del derecho al trabajo.
La solución a la grave
crisis económica que afecta a Colombia no puede buscarse principalmente
en la venta de las empresas del Estado, ni en mayor hipoteca del patrimonio
del país al Fondo Monetario Internacional o la Banca Mundial.
Para salir de la crisis hay
que inyectarle recursos al sistema cooperativo de ahorro y crédito,
a las 20 mil empresas quebradas y a las 10 mil que van por el mismo camino,
sobre la base que garanticen producción, generando empleo con salarios
que correspondan a los costos de la canasta familiar, con el compromiso
de garantizar estabilidad laboral y seguridad social para los trabajadores.
Los dineros para fortalecer
las pequeñas y medianas empresas, que tiene como fin prioritario
aliviar en parte la situación de los pobres debe salir de conseguir
con la Comunidad Internacional créditos blandos, de la reducción
de los inmensos gastos militares para la guerra, de aportes de los grandes
empresarios y del Estado, de combatir con energía a los delincuentes
de cuello blanco sumidos en la corrupción y la politiquería
en todas sus expresiones y de la creación de mecanismos eficaces
que impidan la creciente evasión de impuestos.
Al pueblo, a los trabajadores
y a quienes ya perdieron su patrimonio o están en peligro de perderlo
por las consecuencias de la aplicación del Modelo Económico
Neoliberal, nos queda el camino de la unidad de los marginados para luchar
por lograr mejores condiciones de vida. Las FARC-EP, continuaran incondicionalmente
en los propósitos de conquistar la paz con justicia social.
Abriendo Caminos Hacia la
Nueva Colombia
Vivan las FARC-EP
Viva Colombia y su gente muchas
gracias
Comisión de Diálogos
y Negociación de las FARC-EP
Raúl Reyes Joaquín Gómez Fabián Ramírez
Enero 29 del año 2000.