Defensoría
del Pueblo de Colombia: Informe Defensorial No. 1 - Fumigaciones Y Proyectos
De Desarrollo Alternativo En El Putumayo, 9 de febrero del 2001
DEFENSORIA
DEL PUEBLO
Defensoría
Delegada para los Derechos Colectivos y
el
Ambiente
INFORME
DEFENSORIAL No. 1
FUMIGACIONES
Y PROYECTOS DE DESARROLLO ALTERNATIVO EN EL PUTUMAYO
Febrero
9 de 2001
1. HECHOS
El 11 de enero de
2001, representantes de las comunidades indígenas Cofanes, Awa, Paeces
y Pastos provenientes del Putumayo denunciaron ante esta Defensoría que,
desde el pasado 22 de diciembre del 2000, se han realizado fumigaciones
sobre sus territorios, las que han afectado los cabildos y parcialidades
de Santa Rosa de Guamuéz, Nueva Isla, Nuevo Horizonte, Tierra Linda, entre
otras.
Los indígenas señalaron
que las aspersiones aéreas destruyeron sus cultivos de pancoger y yagé,
causaron la muerte de animales y problemas en la salud de la población.
Se fumigaron 45 hectáreas de bosques de sitios sagrados y cuatro casas
ceremoniales. Adicionalmente, afectaron varios de los proyectos, que,
previa concertación con el Plan Nacional de Desarrollo Alternativo – Plante
o PNDA - y con recursos de éste, se llevan a cabo en la zona.
Médicos indígenas
y aprendices, miembros del Resguardo de Santa Rosa del Guamuéz, en comunicación
dirigida a la Defensoría el 25 de enero, solicitan que “ante el grave
atropello de la fumigación indiscriminada, y las graves consecuencias
que se derivan de estas acciones del Estado, el Cabildo de Santa Rosa
del Guamuéz debe recibir una indemnización inmediata, recursos
para garantizar nuestra alimentación en los próximos meses, mientras sembramos
nuevos cultivos, atención médica, hospitalaria y drogas a los miembros
de nuestra comunidad, considerando que también nuestras plantas medicinales
fueron destruidas, además del restablecimiento de los proyectos productivos
afectados, que se mencionan en el Pacto.” (Resaltado fuera de texto).
Posteriormente, el
pasado 26 de enero, representantes de las comunidades indígenas del resguardo
de Buenavista manifestaron ante esta Defensoría que, el 2 de enero, varios
helicópteros y dos avionetas sobrevolaron sus territorios y los fumigaron
de manera indiscriminada.
Al igual que en el
caso anterior, informaron sobre los daños ocasionados a sus cultivos de
pancoger y a sus plantas medicinales. Se refirieron, también, a las enfermedades
producidas en las personas (gripas, fiebres, afecciones cutáneas) y en
los animales, los cuales, según señalan los indígenas, “sueltan babasa”.
Según se denunció
en esta Defensoría, los días 10 y 18 de enero se efectuaron fumigaciones
que afectaron proyectos ubicados en el Resguardo de Santa Rosa, el Resguardo
Cofán, la Reserva Yarinal y la comunidad Indígena de Palestina. Se mencionan,
también, otros lugares como El Hacha, Santa Helena, Piñuña Blanco, El
Tablero, así como varios sectores ubicados sobre el río Putumayo.
En síntesis, las
denuncias de los indígenas se referían a los impactos causados por las
aspersiones indiscriminadas, las que afectaron tanto los cultivos ilícitos,
como los lícitos y otras actividades productivas. Estas últimas, se llevan
a cabo, en la mayoría de los casos, como consecuencia de procesos de
concertación con entidades del gobierno nacional o regional – Plante,
Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía – Corpoamazonía,
Unidades Municipales de Asistencia Técnica Agropecuaria - Umatas, Empresa
Colombiana de Petróleos – ECOPETROL, Red de Solidaridad Social, alcaldías,
o con organismos internacionales como Naciones Unidas.
2. DEPARTAMENTO
DEL PUTUMAYO
A continuación se
hace una breve descripción del Departamento del Putumayo.
En este departamento,
la zona cocalera se diferencia de otras en varios aspectos. Por un lado,
se encuentran grandes áreas cultivadas con coca (algunas de los cuales,
según cálculos subjetivos, pueden alcanzar de 80 a 100 hectáreas). Por
otra parte, la infraestructura existente en la región permite una relativa
facilidad de comunicación y acceso a las diferentes veredas de los municipios;
además, la vecindad con la frontera ecuatoriana favorece el comercio directo
hacia fuera del país.
Estas pueden ser
las causas que le permitieron rápidamente al Putumayo pasar a cultivar
cerca del 60% o más de la coca del país. Pero, al igual que se incrementan
los cultivos de coca, crecen los problemas sociales.
Repitiéndose la historia
de otras zonas cocaleras, el Medio y Bajo Putumayo es un rincón olvidado
por el país, con poca o nula presencia estatal y con inmensas riquezas
naturales. Cuando se registra un “boom” originado en alguna actividad
extractiva, desordenadamente aparecen diversos actores que afectan las
situaciones precedentes y trastornan el medio natural. El caucho, el petróleo
y ahora la coca, han dejando al Putumayo con menos de la mitad de sus
bosques y recursos naturales y con un grave déficit social.
Los territorios han
sido ocupados y colonizados por personas provenientes de otras regiones,
quienes buscan opciones de vida no encontradas en su lugar de origen.
En la actualidad, estas diferentes culturas se mezclan y conviven, extrayendo
lo poco que se puede y viviendo casi en su totalidad de los cultivos de
coca.
De las etnias que
habitan tradicionalmente el territorio del Putumayo, sólo quedan algunos
grupos, con una población reducida. Por eso aquéllas corren el riesgo
de desaparecer.
Como lo ha indicado
la Defensoría del Pueblo, la lucha feroz entre los diferentes grupos armados
por el dominio territorial en esta parte del departamento del Putumayo,
ha alcanzado niveles críticos: la población se encuentra aislada y librada
a su propia suerte en medio de esa lucha.
En el Bajo Putumayo,
la disputa por el dominio territorial entre la guerrilla y los grupos
paramilitares y la presencia del ejército nacional que trata de mantener
el orden público en la zona, es más intensa y se caracteriza por combates
más frecuentes, los que involucran a la población indígena. En particular,
las consecuencias del recrudecimiento del conflicto para el pueblo Cofán
y demás pueblos indígenas se expresan en la imposibilidad de realizar
las actividades tradicionales de supervivencia, lo cual los podría llevar
a su extinción física.
3. DESARROLLO ALTERNATIVO
Y PACTOS DE ERRADICACIÓN VOLUNTARIA
3.1. Desarrollo alternativo
y proyectos productivos con recursos nacionales e internacionales
El Plante, desde
1994, viene impulsando actividades de desarrollo alternativo, tanto con
campesinos y colonos como con indígenas. Actividades que están enmarcadas
dentro de los lineamientos de varios documentos Conpes
[1] , la Ley 368 de 1997 y el Decreto 2586 de 1997.
La Defensoría, con
base en la documentación recibida de los representantes de las comunidades
indígenas, así como de la remitida por las entidades del Estado, analizó
el Programa Indígena del Plante en el Putumayo.
Se observó que existen
antecedentes de inversiones, trabajo y esfuerzos del Programa Presidencial
Plante en el Putumayo que han estado dirigidos a las comunidades indígenas
y que no pueden ser desconocidos en el momento de evaluar y determinar
la gravedad de los impactos producidos por las recientes fumigaciones
en esta región del país.
En efecto, a partir
de mayo de 1.998, la Oficina de la Subdirección Indígena del Plante inició
actividades en el Departamento del Putumayo con un estudio sobre la situación
de las comunidades indígenas del Medio Putumayo.
Este y otros estudios
demostraron la urgencia de que el Estado interviniera para velar por la
supervivencia de los grupos étnicos de la región, los cuales se encontraban
fuertemente amenazados, entre otras razones, por la siembra de cultivos
con fines ilícitos.
Los primeros esfuerzos
se concentraron en cinco comunidades: dos en el municipio de Puerto Asís
(Buena Vista – Siona, La Libertad – Páez), dos en Orito (Villa Nueva y
Bocana del Luzón – Cofán) y una en el Valle del Guamuéz (Nueva Isla –
Cofán). Los proyectos se orientaron en tres direcciones: apoyo socioeconómico
(seguridad alimentaria y salud), fortalecimiento territorial-cultural
(creación y ampliación de resguardos) y conservación y protección ambiental
(establecimiento de jardines medicinales y chagras tradicionales).
Además, durante el
año 1.998, se desarrolló el proyecto “Capacitación a líderes y autoridades
de los Cabildos de veinticuatro comunidades del municipio de Puerto Leguízamo”
para la identificación de problemas y priorización de proyectos para el
desarrollo alternativo indígena.
En el año 1.999 se
extendió la ejecución de proyectos basados en los tres enfoques antes
mencionados a 23 comunidades, a saber: seis en el Alto Putumayo (San Andrés,
Santiago, Colón, San Pedro, Sibundoy y San Francisco); siete comunidades
en el Medio Putumayo (Afilador–Campo Alegre, Santa Rosa del Guamuéz, Villa
Rica, El Espingo, Santa Helena, Villa Catalina y Floresta–La Española)
y diez comunidades en el Bajo Putumayo (Inga–Quechua, El Tablero, El Hacha,
La Quebradita, Santa Rita, El Progreso, Jiri Jiri, Tucunare, Lagarto
Cocha y Cecilia Cocha).
A finales del mismo
año se presentó y aprobó el proyecto de “Estudios para el apoyo a la integralidad
de los territorios indígenas Kamentza e Inga en el Valle del Sibundoy”
que busca conocer la situación territorial, ambiental, económica, cultural
y social que permita planificar el desarrollo alternativo, cultural y
sostenible del territorio con estrategias que logren disminuir los cultivos
ilícitos.
En marzo de 2000,
los ciento veinte cabildos indígenas de los doce grupos étnicos del Putumayo,
que cobijan a una población de aproximadamente 22.000 personas, pertenecientes
a la Organización Zonal Indígena del Putumayo (OZIP), presentaron al gobierno
nacional una propuesta denominada “Iniciativa Indígena Raíz por Raíz”,
que consiste en adelantar programas integrales de desarrollo alternativo,
los cuales contemplan la erradicación de cultivos de forma manual, la
seguridad alimentaria de la población, la protección del medio ambiente,
la legalidad de los territorios y el fortalecimiento y recuperación de
prácticas culturales.
La selección de zonas
para la puesta en marcha, inicialmente, de esta propuesta se hizo teniendo
en cuenta a las comunidades más afectadas por los cultivos y las fumigaciones.
En virtud de lo anterior, se suscribieron 5 convenios que benefician a
15 comunidades: nueve en Puerto Guzmán (Aguaditas, Barrialosa, Cerro Guadua,
Descanso Alpamanga, Alto Mango, Calenturas, Huasipanga y Playa Rica),
cuatro en Villa Garzón (Albania, Jerusalén, San Luis Alto Picudito y Santa
Rosa de Juanambú), una en Puerto Caicedo (Alpes Orientales) y una en Puerto
Asís (Santa Cruz de Piñuña).
Dentro del Plan de
Trabajo de la iniciativa “Raíz por Raíz”, se han venido realizando talleres
con las comunidades indígenas de Puerto Asís con miras a evaluar su situación
actual, formular proyectos de desarrollo alternativo y extenderlos a ocho
comunidades más.
Los representantes
de las comunidades indígenas presentaron el proyecto “Plan Chagras y Territorios”
que contempla, para los pueblos indígenas del Medio y Bajo Putumayo, la
instalación de cultivos lícitos sostenibles, cría y fomento de especies
menores, sistemas agroforestales y aprovechamiento sostenible del bosque
con productos medicinales. Para fortalecer estas acciones, se adelantarán
programas de capacitación en producción, comercialización, organización
comunitaria, legislación indígena y cultura.
Igualmente, en el
año 2000 se adelantó el proyecto “Apoyo a los indígenas artesanos Siona
y Cofán en la capacitación, producción y comercialización”.
Los Cofanes, grupo
étnico fuertemente afectado por las fumigaciones de finales de diciembre
y comienzos del presente año, han adelantado en los últimos años una valiosa
labor de unificación y fortalecimiento de su pueblo y han tenido un interés
siempre manifiesto de acercamiento al Estado.
Desde la celebración
del Primer Congreso Cofán Colombo-Ecuatoriano, llevado a cabo en Jardines
de Sucumbíos del 13 al 16 de marzo de 1.998, se ha iniciado un proceso
de fortalecimiento de la organización comunitaria del Pueblo Cofán.
En el marco de dicho
Congreso se conformó la Mesa Permanente de Trabajo por el Pueblo Cofán,
como organización del Pueblo Cofán e interlocutora ante el Estado y demás
instituciones. Igualmente, se nombró la Fundación ZIO A’I, Unión de Sabiduría,
como asesora de la Mesa Permanente.
Desde entonces se
adelanta un proceso de concertación y trabajo conjunto de las comunidades
y el Estado, liderado por la Mesa Permanente y la Fundación ZIO A’I, al
cual se han sumado los cabildos indígenas del Valle del Guamuéz y San
Miguel.
Desde mayo de 1.998,
se han celebrado varias reuniones interinstitucionales con la participación
del Ministerio del Interior, Ministerio del Medio Ambiente, Ministerio
de Relaciones Exteriores, Instituto Nacional de la Reforma Agraria – Incora
-, Plante, Instituto Nacional de Vías – INVIAS -, Corpoamazonía, Procuraduría,
Defensoría del Pueblo, autoridades municipales, entre otras, de las cuales
han surgido acuerdos y compromisos de apoyo, reconocimiento y respeto
a los derechos de las comunidades indígenas.
En este marco de
concertación y acompañamiento entre el Estado y las comunidades, éstas
formularon el “Plan de Vida del Pueblo Cofán y Cabildos Indígenas del
Valle del Guamuéz y San Miguel”.
Este Plan, que refleja
al mismo tiempo las aspiraciones y necesidades de todas las comunidades
de la región, tiene el propósito de orientar la solución de los problemas
sociales, culturales y ambientales que las aquejan, e incrementar las
posibilidades de supervivencia de las mismas.
Para el impulso y
gestión de dicho Plan, existe en la actualidad una coordinación entre
las autoridades indígenas y un Comité Interinstitucional del orden nacional.
En desarrollo de
los Programas de Desarrollo Alternativo, el Plante adelanta diferentes
proyectos con los Cofanes, como son los estanques piscícolas con las comunidades
de Nueva Isla, Bocanas de Luzón, Villa Nueva, Santa Rosa de Guamuéz y
Afilador Campoalegre, desde 1.999, y el apoyo en capacitación, producción
y comercialización a los indígenas artesanos Siona- Cofán, en el 2000.
Desde julio de 2000
el Plante se comprometió a apoyar el “Plan de Vida del Pueblo Cofán y
Cabildos Indígenas del Valle del Guamuéz y San Miguel”, inicialmente con
el componente de Economía y Producción.
En el mes de diciembre
de 2000, el Comité Técnico del Plante aprobó el proyecto “Programa para
el Desarrollo del Componente de Economía y Producción del Plan de Vida
del Pueblo Cofán y Cabildos Indígenas del Valle del Guamuéz y San Miguel,
Putumayo”, el cual será financiado y ejecutado a partir de 2001.
El 12 de enero pasado,
los representantes de las comunidades indígenas Cofán, Awa, Embera, Páez,
Quechua y Pastos involucrados dentro del Plan de Vida suscribieron, junto
con los representantes del gobierno nacional, un “Pacto Social de Desarrollo
Alternativo y Erradicación Voluntaria”, [2] . En éste las comunidades “manifiestan su voluntad de erradicar,
en forma voluntaria, las áreas de cultivos ilícitos existentes en sus
resguardos y territorios indígenas, en un plazo máximo de 12 meses, contados
a partir de la entrega de los recursos para iniciar la ejecución del proyecto
señalado en el punto anterior”. Texto éste que se refiere a los componentes
de economía y producción ya citados.
Por su parte, “el
gobierno nacional se compromete a través del Comité Interinstitucional
a apoyar y gestionar la ejecución de los demás componentes del Plan de
Vida” y “a restablecer aquellos proyectos productivos afectados por la
fumigación”.
Simultáneamente,
otras entidades nacionales e internacionales, han concertado y están desarrollado
proyectos con las comunidades indígenas o de campesinos, bien sea como
apoyo al Plante o en forma independiente. Estos pueden ser complementarios
a la búsqueda de la erradicación manual y voluntaria de los cultivos y
a la preservación del medio ambiente (Proyectos Corporación Ambiental,
Alcaldías, Umatas), o tener como objeto generar condiciones económicas
y sociales, que mejoren el nivel de vida de regiones con precaria atención
del Estado (Proyectos Red de Solidaridad Social, Corpoamazonía). Otros
proyectos son también resultado de los acuerdos en torno a la exploración
del petróleo (Proyectos Ecopetrol).
Sin importar su naturaleza,
se trata de iniciativas en las que se involucran recursos públicos en
el marco de la acción estatal. Por otra parte, se cuenta con proyectos
financiados por organismos internacionales, como los que promueve y financia
la Organización de las Naciones Unidas, fruto de compromisos del Estado
con esas instituciones.
3.2. Pactos de
Erradicación Voluntaria en el marco del Plan Colombia
Además de los esfuerzos
desplegados, desde años atrás, por las comunidades campesinas y étnicas
y el Estado para consolidar acuerdos de erradicación de cultivos ilícitos
y alternativas de desarrollo, existen una serie de iniciativas gestionadas
en el marco del Plan Colombia. Estas, que son lideradas por el Plante,
la Consejería para la Convivencia y Seguridad Ciudadana y la Gerencia
del Plan Colombia en el Sur, se han concretado en los llamados Pactos
de Erradicación Voluntaria y Desarrollo Alternativo [3] .
Según estos pactos,
la comunidad se compromete a erradicar la totalidad de los cultivos ilícitos
en el término de un año contado a partir del desembolso de los primeros
recursos por parte del Estado y éste, por su parte, se compromete al establecimiento
de actividades productivas, comenzando por aquellas de corto plazo y baja
complejidad en su diseño, como son las que hacen parte del componente
de seguridad alimentaria, y luego con el inicio de proyectos para la generación
de ingresos en el mediano y largo plazo.
Los
principios rectores de los pactos son corresponsabilidad, compromisos
colectivos, construcción participativa, soportes metodológicos y responsabilidades
indelegables del Estado.
El proceso previsto
para la construcción de los pactos, que se realiza simultáneamente en
cada uno de los nueve municipios incluidos dentro del Plan Putumayo, consiste
en las siguientes fases: i) convocatoria general, ii) difusión, iii) inscripción,
iv) priorización, v) diagnóstico, vi) formulación de proyectos de corto
plazo, vii) ajuste y suscripción de los pactos, viii) giro y ejecución
de los recursos, ix) ajustes de proyectos de mediano y largo plazo y x)
constitución de fondos locales de desarrollo alternativo.
Hasta la fecha se
han firmado los pactos que se indican a continuación. Los demás están
en proceso de concertación. En varios de ellos, los campesinos interesados
han suscrito, entre las fases i) y vii), las denominadas “Cartas de Intención
o de Compromiso”.
3.2.1.
Santana
El 2 de diciembre
de 2000, los representantes del gobierno nacional, del gobierno municipal
de Puerto Asís y de la comunidad del Corregimiento de Santana firmaron
el “Pacto Social de Erradicación Voluntaria y Desarrollo Alternativo”.
Este pacto cobija
a 540 familias y cubre 918 hectáreas por erradicar (promedio 1.7 hectáreas
por familia).
3.2.2.
Inspecciones El Danubio y Puerto Asis
El 15 de enero del
2001, en Puerto Asís – Putumayo, se suscribió el “Pacto Social por el
Desarrollo Alternativo” entre representantes del Gobierno nacional y municipal
y las comunidades de las Inspecciones de El Danubio y Puerto Asís.
Este pacto cobija
a la comunidad de las veredas de Ancura, Brisas del Hong Kong, Carmen
del Picuña, Cocaya, El Aguila, Jerusalén, Canacas, Las Acacias, Mansoya,
Nariño-Nariño, Peneya, Salónica, Santa Isabel, Sinaí, Peña-Sorá, La Danta,
Danubio, La Diana, Las Minas, Marmato, Nuevo Diamante, Paraíso, San José,
Sardinas, entre otras. Tiene una cobertura de aproximadamente 900 familias
y 1620 hectáreas por erradicar.
3.2.3.
Procesos de concertación en curso
Los procesos de concertación
se adelantan en el municipio de Puerto Asís tendentes a la firma de pactos
de erradicación voluntaria y desarrollo alternativo con 2000 familias
de Teteye, La Carmilita, La Libertad y Puerto Vega; con 800 familias de
Comandante y Bocanas del Cuembi; 490 familias de Piñuña Blanco y 531
familias de Villa Victoria.
También existen procesos
de concertación en curso con comunidades de otros municipios: con 700
familias de la Inspección Bloque San Juan del municipio de Villa Garzón;
150 familias de la Inspección de Puerto Limón del municipio de Mocoa;
1500 familias de las Inspecciones de Mayoyoque, Galilea, Gallinazo y El
Mandur en el municipio de Puerto Guzmán; 5000 familias de todo el municipio
de Orito, un número aún por definir de familias en el Valle del Guamuéz
y 6000 familias de todas las Inspecciones del municipio de Puerto Caicedo.
4.
ACCIÓN DEFENSORIAL
4.1. Conformación
de una Misión Interinstitucional que visitó el Putumayo
A raíz de las quejas
presentadas - fumigaciones indiscriminadas, daños a proyectos Plante y
de otras entidades, efectos ambientales, en la salud y en las condiciones
socioeconómicas - la Defensoría del Pueblo promovió la conformación de
una Comisión Interinstitucional, integrada con funcionarios de esta entidad,
el Plante, Corpoamazonía, las Umatas y las Personerías de los municipios
visitados. En algunos de los recorridos se contó además con la participación
de funcionarios de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados – ACNUR - y de periodistas de varios medios de comunicación
internacionales.
En desarrollo de
esta misión que, entre el 15 y el 25 de enero, visitó diferentes veredas
de los municipios de Puerto Asís, Valle del Guamuéz, San Miguel y Orito,
se recibieron declaraciones de las diferentes autoridades municipales,
comunidades y líderes de campesinos e indígenas. Asimismo, se visitaron
resguardos y cabildos indígenas, fincas y veredas de campesinos y colonos.
Adicionalmente, se recibieron pruebas documentales sobre los daños ocasionados
y se recopiló información por las entidades integrantes de la comisión.
De los lugares visitados se tomaron fotografías, se realizaron filmaciones
y se levantaron muestras.
A continuación se
indican las actividades realizadas por la Comisión:
4.1.1. Evaluación
General de los Efectos de las Fumigaciones.
La Comisión Interinstitucional
comprobó los impactos que están causando las fumigaciones aéreas utilizadas
para erradicar las plantaciones de coca, en las áreas detalladas en los
mapas No. 1 y 2 y en la relación georeferenciada de los lugares en que
se realizó el seguimiento de las fumigaciones en los municipios del Valle
de Guamuéz, San Miguel y Orito.
Estos impactos, que
han sido descritos en anteriores investigaciones elaboradas por parte
de la Defensoría del Pueblo y otros organismos, pueden resumirse así:
4.1.1.1. Impactos
Ambientales
-
Aumento de la deforestación del piedemonte putumayense. Se observa mayores
efectos de necrosamiento y muerte, dejando un panorama desolador en vastas
zonas de terreno.
-
Destrucción indiscriminada de la poca selva que aún subsiste, de los cultivos
de pancoger y de plantas medicinales, así como de potreros y estanques
piscícolas, entre otros.
-
Migraciones de los animales silvestres, principalmente, aves, reptiles
y anfibios, ocasionadas por la fragmentación de los bosques. Incluso se
recibieron quejas sobre la muerte de algunas aves, hecho que no se pudo
corroborar en el trabajo de campo realizado.
-
Daños sobre los cuerpos de agua.
-
Formación de diques en las quebradas a causa de la gran cantidad de hojas
caídas de los árboles y otras plantas que obstruyen el libre flujo de
las aguas y ocasionan su descomposición y contaminación. Muchos de estos
cuerpos de agua o manantiales son la fuente para consumo humano y vegetal.
Este fenómeno se evidenció en varias partes, como en el resguardo de Santa
Rosa del Guamuéz, en donde el agua cambia de color por los taninos liberados
por las hojas.
4.1.1.2 Impactos Sociales
-
Perjuicios en las condiciones alimenticias de los habitantes de la región.
Como se ha mencionado anteriormente, las aspersiones aéreas afectaron
indistintamente los cultivos ilícitos, los cultivos de pancoger (yuca,
caña, pida, chontaduro, plátano, arroz, maíz, vota, borojó y naranjos,
aguacate, fríjol, zapote, papaya), las plantas medicinales (Yagé principalmente,
sábila, descansel, mata de ratón, paico, yerbabuena), los potreros, estanques
piscícolas, galpones de gallinas, la salud de los campesinos e indígenas
y, en general, trastornaron la economía de la región. La Defensoría en
algunos casos, pudo observar daños en sitios ubicados a más de 150 metros
de las plantaciones de coca.
-
Disminución de la actividad productiva. Algunos de los habitantes no han
vuelto a sembrar en las zonas afectadas, bien sea por temor a nuevas fumigaciones
y o por falta de recursos para los insumos.
-
Incrementos en el costo de vida y pérdida de poder adquisitivo. Lo anterior
se desprende, tanto de las consecuencias del reciente paro armado, como
por problemas en la comercialización de los productos. Varios de éstos,
a pesar de no demostrar mayores síntomas de deterioro, corren el riesgo
de no ser vendidos porque no hay mercado para los mismos. Es así como
en la cabecera municipal de Valle del Guamuéz se informó a la Comisión
que no tienen mercado los chontaduros provenientes de las zonas que fueron
fumigadas. Es el caso de los procedentes del resguardo de Santa Rosa del
Guamuéz.
-
Fenómenos de desplazamiento hacia otras zonas de los mismos municipios
o hacia otros departamentos o incluso, de forma muy marcada, hacia el
Ecuador.
Aunque el fenómeno
es muy reciente y no existen estadísticas que puedan determinar la magnitud
de la situación, ya es posible constatar la existencia de personas desplazadas
de una vereda a otra, dentro de un mismo municipio (vgr, de la inspección
Jordán Güisia hacia El Venado, las dos localizadas en el Municipio del
Valle del Guamuéz).
De acuerdo con el
registro de población indígena desplazada, coordinado por la Red de Solidaridad
Social, en Bogotá se encuentran tres familias conformadas por diez personas
del pueblo Cofan provenientes del Valle del Guaméz. Neiva y Pasto han
recibido población indígena expulsada del Putumayo. Otra población sin
registro estadístico se ha desplazado al vecino país del Ecuador.
También se encuentran
caseríos casi abandonados (veredas el Maizal, Jordán Ortiz, San Carlos)
cuya población ha migrado, principalmente, a los departamentos de Nariño
y Cauca.
En el Consulado de
Colombia en la ciudad de Lago Agrio, Ecuador, se ha atendido a varias
familias desplazadas desde el Putumayo a causa de las fumigaciones aéreas.
Según la Cónsul, hace dos semanas se reportaron 750 personas como refugiadas.
En la tercera semana de enero, llegaron 11 familias (50 personas). La
situación obligó a construir o adecuar albergues, los cuales iniciarán
su funcionamiento en febrero. Al respecto, las oficinas del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR -, están consolidando
los datos. Algunas de las autoridades municipales, señalan que entre
el 70% y 80% de la población se ha desplazado a Ecuador.
La situación de refugiados
colombianos en Ecuador generó un incremento de la violencia en la ciudad
de Lago Agrio. En El Coca, otra población cercana, se impide el ingreso
de colombianos.
En las veredas visitadas
por la Comisión, algunos de los campesinos afectados manifestaron que
de no ofrecerse opciones por parte del Gobierno para volver a "sembrar
comida", ellos también tendrán que abandonar sus fincas e ir a buscar
refugio y comida a otra parte.
En la vereda San
Carlos del municipio de San Miguel, se cerró el colegio por falta de estudiantes
y se corre el riesgo de que las juntas de acción comunal pierdan la personería
jurídica por falta de socios. La profesora será reubicada en un colegio
de la cabecera municipal, en La Dorada.
-
Reclutamientos. Varias personas manifiestan que la falta de opciones
de subsistencia conducirá a que muchos jóvenes sean reclutados por los
grupos armados al margen de la ley.
-
Daños en la salud de las personas. Las quejas sobre la afectación a la
salud tienen que ver con problemas gastrointestinales, dérmicos, dolores
de cabeza y mareos, como las dolencias más comunes. En el hospital de
la Hormiga se han atendido varios casos diagnosticados bajo el cuadro
de “intoxicaciones exógenas”.
4.1.2.
Visitas a resguardos, cabildos indígenas, fincas y veredas de campesinos
y colonos y evaluación general de los efectos de las fumigaciones
Atendiendo las quejas
presentadas por las comunidades indígenas, se pudo constatar que las aspersiones
aéreas afectaron, de diferentes maneras, los proyectos que realizan dichas
comunidades y algunos campesinos con el apoyo del PLANTE y de otras entidades
estatales.
A continuación se
citan algunos de los proyectos que evidencian daños por causa de las fumigaciones,
los cuales se resumen en el cuadro No. 1.
4.1.2.1.
Proyectos Plante, directos o con otras entidades
Resguardo de Santa
Rosa del Guamuéz. Se adelanta el programa Plante-Banco Interamericano
de Desarrollo – BID - (ficha No. 027 de julio 27 de 1999) el cual tiene
los siguientes componentes: jardín medicinal, encuentro de sabedores,
un taller cultural, casa de medicina tradicional y un galpón para 200
gallinas ponedoras. En la visita no se evidenciaron mayores afectaciones
a los estanques, pero dos presentaban la vegetación quemada a su alrededor.
Los peces no se han muerto, pero según los indígenas, no estaban comiendo
y temían que se murieran. Los jardines medicinales (bosque donde crecen
plantas naturales, entre ellas, lianas de yagé, planta básica dentro de
la cultura Cofán,) resultaron afectados en las zonas más próximas a las
casas y a los cocales. Para poder utilizar el yagé, hay que esperar más
de cuatro años para que la planta crezca.
En algunas fincas
de este resguardo se habían sembrado semillas de chontaduro, suministradas
por Corpoamazonía, cuyo cultivo se inició hace varios años. En el momento
de la visita, algunas palmas presentaban clorosis progresiva (amarillamiento
en las puntas de las hojas).
Parcialidad de
Nueva Isla, Cabildo Indígena de Nueva Isla, del Pueblo Cofán. Se desarrolla
un proyecto Plante similar al de Santa Rosa del Guamuéz, el cual incluye
jardín medicinal, infraestructura de salud, estanques piscícolas y montaje
de galpón. Las afectaciones constatadas son similares a las señaladas
en el resguardo de Santa Rosa, pero en los bordes de los estanques el
daño es más severo, con pérdida total de más de dos mil peces. Los estanques
están por tal motivo desocupados. Del galpón avícola, según los indígenas,
se sacaron las gallinas para evitar su pérdida. No obstante, algunas murieron
posteriormente.
Parcialidad de
Nuevo Horizonte (indígenas Pastos). El Plante otorgó créditos para
ganadería, los cuales ya le fueron cancelados. Sin embargo, se fumigaron
los potreros. Allí, también se afectaron gran cantidad de cultivos de
pancoger y estanques piscícolas donde murieron algunas cachamas. Eventos
semejantes ocurrieron en los proyectos de chontaduro y siembra de bosque,
que financia Corpoamazonía. En éstos se observó amarillamiento y pérdida
de las hojas. Adicionalmente, la comunidad reportó la muerte de varios
cuyes del proyecto de cría que adelantan.
Vereda Miravalle.
El Plante financia un proyecto de piscicultura (cachama y carpa) que se
realiza con la Asociación de Piscicultores – Asopez, a la cual pertenecen
35 socios, 5 de los cuales ya han recibido recursos de esa entidad. La
Comisión visitó la finca de una mujer viuda, beneficiaria del proyecto,
quien denunció la muerte de cerca de 800 peces.
Valle del Guamuéz.
Ecopetrol, la Red de Solidaridad, el Plante y la Alcaldía, desde hace
tres años, financian la asociación de Yuqueros del Valle del Guamuéz,
Asoyug, que agrupa 46 socios. Algunas de las fincas de los miembros de
esta organización fueron fumigadas.
Vereda los Olivos,
municipio de San Miguel. La instalación de un trapiche, proyecto
del Plante, deberá someterse a revisión ante la fumigación de algunas
de las fincas en las que se siembra la caña.
Municipio de Orito
La comunidad de la vereda Batería Churuyaco I, recibió un cuarto frío
por parte del Plante y una planta de energía por parte de la Alcaldía.
El cuarto frío no está en uso pues su destino era conservar el pescado
de los estanques afectados por las fumigaciones en esta vereda. En esta
misma vereda funciona la Asociación de Arroceros de Orito, quienes recibieron
de la Alcaldía un molino de arroz (inaugurado en enero 28 del 2001), sin
embargo, varias hectáreas sembradas de arroz resultaron afectadas por
las fumigaciones.
4.1.2.2.
Proyectos Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria – Umata
- y de las comunidades
Vereda la Pradera.
Se afectaron proyectos que se llevan a cabo con el apoyo de la Umata del
municipio, así como sembrados de palmitos y de yucas.
En la misma vereda,
La Pradera, la Asociación de Productores Campesinos, que cuenta con 23
socios, ha aportado recursos y comprado tierras para poner en marcha un
proyecto en el que se producirán insumos (cultivos de yuca, plátano, arroz,
etc) para la elaboración de concentrados, que permitan sustituir gradualmente
las plantas de coca. A pesar de que el proyecto se encuentra en evaluación
del Plante, para su aprobación y financiamiento, los cultivos base para
la futura elaboración de concentrado fueron objeto de las fumigaciones
aéreas.
4.1.2.3.
Proyectos Naciones Unidas
Jordán Guisia.
Tres personas de la Inspección, quienes habían sido favorecidos hace
8 años por proyectos de Naciones Unidas, tenían cerca de 10 hectáreas
de caucho, las cuales resultaron afectadas por las fumigaciones.
Vereda Nueva Esperanza,
del municipio de San Miguel. Con el apoyo de Naciones Unidas se viene
realizando un proyecto de chontaduro, el cual, también se vió afectado.
San Miguel. Los
proyectos de la Asociación de Pimenteros de San Miguel, apoyados por el
Programa Nacional de Transferencia de Tecnología Agropecuaria – Pronata
- y por la Gobernación del Putumayo, también resultaron afectados por
las fumigaciones. Aunque los efectos vistos hacia mediados de enero no
son mayores, es posible que con el transcurrir de los días, los mismos
se incrementen.
4.1.3. Recepción
de Denuncias en torno a los Pactos de Erradicación Voluntaria en el marco
del Plan Colombia
Durante la visita
realizada al Putumayo, esta Defensoría recibió denuncias de fumigaciones
efectuadas sobre zonas en las que las comunidades habían suscrito actas
de intención o de compromiso de erradicación manual. Según los denunciantes,
el Gobierno nacional había manifestado, que con la suscripción de estas
actas, ya no procedían las fumigaciones y se iniciaba el proceso que culminaría
con la firma de los Pactos de Erradicación y Desarrollo Alternativo.
A manera de ejemplo,
en la inspección de Albania, municipio de Villa Garzón, el 20 de diciembre,
se firmaron actas de compromiso por parte de la comunidad para erradicar
los cultivos de coca, pero el 8 de enero se realizaron fumigaciones aéreas
afectando no sólo las plantas de coca, sino también los cultivos de pancoger.
Similares situaciones, indicaron los voceros de las comunidades, se
presentaron en las veredas de Miravalle y Laureles.
Los representantes
de las comunidades manifestaron que están recibiendo mensajes y tratamientos
contradictorios por parte del Estado en la formulación y ejecución del
“Plan Nacional de Lucha contra las Drogas. Colombia 1998-2002” y en la
puesta en marcha del Plan Colombia.
En comunicación dirigida
al Señor Presidente de la República, los miembros del Concejo del Municipio
del Valle del Guamuéz, manifiestan su preocupación por los efectos de
las fumigaciones y le informan que las comunidades “han suscrito Actas
de Intención y buena voluntad para erradicar manualmente lo que queda
de esos cultivos, las que ya están radicadas en el Despacho del Doctor
Gonzalo de Francisco, pero se requiere de una respuesta inmediata y
eficaz del Gobierno Nacional que nos oriente los pasos a seguir, para
lograr la suspensión de la fumigación....”. (Resaltado fuera de texto)
Sobre el particular,
esta Defensoría considera y recomienda que la firma de actas de intención
o de compromiso deben constituirse en instrumento suficiente para la
no procedibilidad de las operaciones de erradicación forzosa mediante
aspersión de químicos.
4.2. Reunión
con la Dirección Nacional de Estupefacientes – DNE -, el Plante y la
Consejería Presidencial para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana
Con el fin de analizar
y revisar las situaciones expuestas, el Defensor del Pueblo convocó a
los Directores de la DNE y del Plante a una reunión el pasado 2 de febrero.
En esta se contó con la presencia del Director Nacional de Estupefacientes
y el Subdirector Ejecutivo del Plante. Infortunadamente a la misma no
asistió el Consejero Presidencial y Gerente del Plan Colombia – Putumayo.
La Defensoría planteó
los siguientes temas:
-
A pesar de los compromisos del Gobierno nacional con las comunidades indígenas
y de campesinos, anteriores al 22 de diciembre, a partir de esa fecha
se iniciaron en forma indiscriminada las fumigaciones en el Putumayo.
-
Esto, sin perjuicio, de que mediante Oficio No. 0-4691 del día 22 de diciembre
de 2000, el Plante envió oficialmente a la Dirección Nacional de Estupefacientes
“17 mapas con ubicación a mano alzada de 41 proyectos productivos financiados
por el Plante y el listado de los mencionados proyectos”.
-
El 29 de diciembre del 2000, la Subdirección de Ejecución de Proyectos
y Unidad de Gestión del Plante dirigió una comunicación a la Dirección
Nacional de Estupefacientes y al Consejero Presidencial para la Seguridad
y Convivencia Ciudadana, en la cual pone en su conocimiento los perjuicios
ocasionados por las fumigaciones del 22 de diciembre a las comunidades
indígenas Cofán y a otros pueblos asentados en los municipios del Valle
del Guamuéz, Orito y San Miguel, con las cuales “viene adelantando proyectos
de erradicación voluntaria”. Solicita “que en lo sucesivo estas situaciones
no se vuelvan a presentar”.
-
Por otra parte, del 11 al 13 de enero, la Policía Antinarcóticos acompañada
por funcionarios del Plante y de la Red de Solidaridad Social, realizó
reconocimientos aéreos en los que se identificaron los proyectos productivos
y de sustitución que estas y otras entidades vienen impulsando y apoyando,
con recursos nacionales y de cooperación internacional. Lo anterior, en
desarrollo de la reunión realizada el 11 de enero, como consta en el Acta
No. 106.
-
De otro lado y como ya se mencionó, el 12 de enero se suscribió el Pacto
entre las autoridades Cofanes, Awa, Embera, Páez, Quechua y Pastos y el
gobierno nacional.
-
El 14 de enero, el jefe del área de Erradicación de Cultivos Ilícitos
de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional remitió al Comandante
Zona Sur-Florencia Caquetá, las coordenadas de los proyectos productivos
y de Sustitución en el Departamento del Putumayo que llevan a cabo el
Plante y la Red de Solidaridad Social [4] .
-
Sin perjuicio de lo señalado, el 18 de enero se efectuaron nuevas fumigaciones
que continuaron ocasionando daños a los proyectos Plante en territorios
indígenas, afectando entre otros a los resguardos Cofan y Yarimal y a
la comunidad indígena de Palestina. Igualmente se ocasionaron perjuicios
a campesinos y colonos de la región.
Con base en lo expuesto,
el Defensor del Pueblo le pidió al Director de Estupefacientes, transmitir
al Ministro de Justicia y al Director Antinarcóticos de la Policía Nacional,
las inquietudes y denuncias presentadas, así como la solicitud al Consejo
Nacional de Estupefacientes, para que suspendiera las actividades de aspersión
aérea de químicos, hasta tanto no se georeferenciaran los proyectos Plante
y los gestionados por otras instituciones nacionales e internacionales
[5] .
Igualmente, la Defensoría
llamó la atención sobre la necesidad de coordinar y articular los esfuerzos
de las diferentes entidades comprometidas en la lucha contra las drogas
y demás entidades del Estado, para lo cual resulta indispensable compartir
la información. De lo contrario, señaló se vulnerarían los derechos de
las comunidades, se perdería la confianza en el Estado y se desperdiciarían
esfuerzos y recursos del presupuesto del país.
El Director Antinarcóticos
de la Policía Nacional informó en Oficio No. 0192 DIRAN-DIREC del 2 de
los corrientes, lo siguiente: “... Que luego de una evaluación de la situación
de orden público presentada en las regiones, motivo de fumigación de los
cultivos ilícitos, de las peticiones de los señores Alcaldes y del señor
Gobernador del departamento del Putumayo, hechas al Doctor Gonzalo de
Francisco, en su calidad de Consejero Presidencial para la Seguridad y
la Convivencia Ciudadana, del análisis de publicaciones de prensa que
se viene dando sobre la afectación de algunas comunidades que están comprometidas
con la erradicación voluntaria de los cultivos ilícitos y de las comunidades
indígenas, de común acuerdo se ha tomado la decisión de reorientar los
operativos hacia otras zonas del país mientras se llega a conclusiones
de estos temas anteriormente anotados por las autoridades competentes.
Por otra parte, desde
el punto de vista técnico, se ha recibido la recomendación de realizar
mantenimiento a las aeronaves, someter a reparaciones las aeronaves que
han sido impactadas y atender el problema de cultivos ilícitos y las operaciones
de interdicción en otras regiones del país, (SIC) han generado la decisión
de levantar el dispositivo operativo en el sur del país.” (Resaltado
fuera de texto).
Mediante oficio sin
fecha, el Director Nacional de Estupefacientes remite copia del acta No.
106 del 11 de enero y los documentos “Informe sobre el proceso para localizar
geográficamente las zonas en las cuales se adelantan programas y proyectos
de sustitución de cultivos ilícitos con recursos nacionales y de cooperación
internacional” y “Consideraciones a determinar para el desarrollo del
Programa de Erradicación y de las zonas de exclusión”.
En el primero se
informa que el Consejo Nacional de Estupefacientes, en su sesión del 5
de diciembre de 2000, “acordó un procedimiento para georeferenciar las
zonas del país donde se vienen ejecutando los proyectos” de sustitución
de cultivos ilícitos, el cual se inició el 11 de diciembre pasado. Para
el 7 de febrero del año en curso estaba previsto contar con los mapas
para efectos de evaluar la información recolectada y programar el “procedimiento
y cronograma a seguir con las zonas por georeferenciar”. (SIC)
En el segundo, se
indica el procedimiento a seguir para efectos de definir una zona como
“objeto de exclusión del Programa de Erradicación Forzosa”. [6] . Esta tarea exige una labor
de coordinación interinstitucional entre las diferentes entidades responsables
de coordinar y ejecutar las políticas contra los cultivos ilícitos.
5.
CONCLUSIONES
Con fundamento en
los hechos y antecedentes expuestos y en la competencia de la Defensoría
del Pueblo, se concluye:
1. Desde el
mes de diciembre pasado, el Consejo Nacional de Estupefacientes definió
el procedimiento para dar un tratamiento diferencial a los proyectos y
programas de sustitución de cultivos con fines ilícitos, que se adelantan
con recursos nacionales e internacionales, frente a la estrategia de erradicación
forzosa.
2. A pesar de
lo anterior, las fumigaciones realizadas desde el 22 de diciembre en el
Putumayo se adelantaron de manera indiscriminada sobre cultivos ilícitos
y lícitos, afectando proyectos financiados por el Estado a través de entidades
como el Plante, la Red de Solidaridad Social, ECOPETROL, Corpoamazonía,
Pronata, Gobernación del Putumayo, Alcaldías Municipales y Umatas.
Varios de esos proyectos
son el resultado de procesos de concertación del Estado con comunidades
indígenas y con campesinos y colonos.
En algunos casos
(Jordán Guisia, Vereda Nueva Esperanza y San Miguel) se ocasionaron perjuicios
a proyectos financiados con recursos de cooperación internacional.
3. Pese a lo
señalado en el Plan Nacional de Lucha contra las Drogas
[7] , no parece existir una oportuna, efectiva y eficaz coordinación
entre las diversas instancias del Estado. Las aspersiones aéreas no guardan
consonancia con las acciones de los organismos estatales que tienen como
fin promover el desarrollo de las regiones, preservar y conservar el medio
ambiente y llevar a cabo las políticas de desarrollo alternativo (ECOPETROL,
Red de Solidaridad, Ministerio del Medio Ambiente, Corpoamazonía y Plante).
Por otra parte, la
relación entre la Policía Antinarcóticos – ejecutor de la política contra
las Drogas - y las demás entidades involucradas en la misma, revela vacíos
de información. Esto a pesar de que, tanto en el Plan como en el Procedimiento
de esa institución, se establecen dentro de las actividades de la denominada
fase “Detección Global e Identificación de Cultivos Ilícitos”, la de “unificar
criterios” con funcionarios de la Dirección Nacional de Estupefacientes,
el Plante, los Ministerios del Medio Ambiente y de Salud, entre otros.
Evidencia de ello es la falta de una información georeferenciada que permita
identificar claramente los lugares en donde se encuentran localizados
los proyectos promovidos o financiados con recursos del Estado .
4. Tampoco
parece existir una clara articulación entre las instancias que tienen
a su cargo el Plan citado, con las que ejecutan las estrategias del Plan
Colombia, particularmente las que se refieren a la lucha contra el narcotráfico
y al fortalecimiento institucional y desarrollo alternativo. Lo anterior
se evidencia en los mensajes contradictorios que confunden a los interesados
en erradicar los cultivos en forma manual.
5. No hay claridad
sobre la coherencia entre las fases previstas para la suscripción y puesta
en marcha de los pactos de erradicación voluntaria – documento del Plante
– y las directrices y lineamientos dictados por el Consejo Nacional de
Estupefacientes [8] , en torno a las fumigaciones, tal y como lo
dispone el Estatuto Nacional de Estupefacientes (Ley 30 de 1986) y la
Resolución del CNE No. 005 de 2000.
6. No se observa
por parte del Gobierno nacional, una voluntad expresa para indemnizar,
en forma inmediata, a las comunidades indígenas o de campesinos, que
se ven afectados como consecuencia de las operaciones de erradicación
forzosa. Se requiere, a la mayor brevedad, el establecimiento de un procedimiento
expedito que permita revisar las quejas, verificar el impacto de las aspersiones
y valorar las indemnizaciones a que hubiere lugar. Este procedimiento
debe discutirse dentro del Comité Técnico Interinstitucional, creado por
la Resolución del CNE, No. 005 de 2000.
[9]
7. El Gobierno
Nacional debe atender de manera inmediata a las poblaciones que se ven
perjudicadas por las fumigaciones, en especial, cuando éstas ponen en
peligro su salud y su seguridad alimentaria. Lo anterior para garantizar
sus derechos fundamentales.
8. No obstante
que el Director de la Policía Antinarcóticos ha informado al Defensor
del Pueblo, mediante Oficio No. 0192 DIRAN – DIREC del 2 de febrero de
2001, la decisión de “levantar el dispositivo operativo en el sur del
país”, ésta determinación sólo puede ser adoptada por el Consejo Nacional
de Estupefacientes, de conformidad con la normatividad vigente.
9. Por lo expuesto, resulta procedente la expedición de una Resolución
Defensorial que formule recomendaciones al gobierno nacional, y evitar
la vulneración de los derechos de poblaciones de escasos recursos, que,
además, se encuentran en buen grado marginadas de la acción del Estado.
[1] Ver Documentos Conpes Nos. 2734 de octubre de 1994, 2799 de agosto
de 1995, 2835 de febrero de 1996, 2896 de diciembre de 1996 y 2905 de
febrero de 1997.
[2] Ver “Pacto Social de Desarrollo Alternativo y Erradicación Voluntaria
con las comunidades indígenas Kofan, Awa, Embera, Páez, Quechua y Pastos
que forma parte del Plan de Vida del Pueblo COFAN y Cabildos Indígenas
del Valle del Guamuéz, San Miguel, Departamento del Putumayo, 12 de enero
de 2001”.
[3] Ver Documento Plante “Proyecto Construcción de Pactos Sociales
de Desarrollo Alternativo, en nueve municipios del Departamento del Putumayo”.
[4] Ver Documento Policía Antinarcóticos “Coordenadas de Proyectos
Productivos y Sustitución según Información Plante y RSS Departamento
del Putumayo”.
[5] Se entiende por georeferenciación la delimitación de áreas a
través de imágenes satelitales, aerofotografías, cartografía y otros sistemas.
[6] En el documento citado se establece que debe ser previamente
delimitada y que “debe ser beneficiaria de proyectos alternativos a los
cultivos ilícitos, bajo programas de gobierno y/o de cooperación internacional,
...”
[7] En el documento en comento se definen entre las estrategias
del Plan, la armonización de los esfuerzos nacionales, como la unidad
de acción que permitirá “unificar y optimizar los esfuerzos estatales
y dar sostenibilidad a las acciones ...”, y la organización gerencial,
la cual “no sólo depende de la acertada acción de cada una de las instituciones,
sino de la articulación de las mismas para que el logro de los objetivos
tenga un sentido conjunto y articulado”.
[8] Está integrado por el Ministro de Justicia y del Derecho, quien
lo preside, los Ministros de Defensa Nacional, de Educación Nacional,
de Salud, de Relaciones Exteriores y del Medio Ambiente, la Procuraduría
General de la Nación, la Fiscalía General de la Nación, los Directores
del Departamento Administrativo de Seguridad, de la Policía Nacional y
de la Dirección Nacional de Estupefacientes. Esta última ejerce las funciones
de Secretaría Técnica.
[9] De conformidad con el Artículo 7º, dicho Comité está integrado
por el Director Nacional de Estupefacientes, quien lo preside, por representantes
de la Policía Nacional- Dirección Antinarcóticos, del Ministerio del
Medio Ambiente, del Instituto Colombiano Agropecuario, del Ministerio
de Salud, del Plan Nacional de Desarrollo Alternativo, de la Auditoría
Técnica, del Instituto Nacional de Salud, del Instituto de Hidrología
y Meteorología y Estudios Ambientales, del Instituto Geográfico Agustín
Codazzi, y un representante de las Corporaciones Autónomas Regionales
con jurisdicción en las áreas donde se desarrolla el Programa de Erradicación
de Cultivos Ilícitos.