Letter
from Marulanda to Pastrana, January 6, 2002
Señor
Andrés Pastrana Arango
Presidente de la República
Ante el infructuoso
resultado de las reuniones de la Mesa Nacional de Diálogo y Negociación
los días 3 y 4 de enero doy respuesta a una carta sin firma, recibida
de manos del Alto Comisionado para la Paz, Doctor Camilo Gómez,
el día 24 de Diciembre.
En la misma encuentro
las siguientes afirmaciones: "... ustedes han permanecido ahí
en la zona y esa es la mejor muestra de que las garantías están
dadas." "Le reitero que todas las garantías están
dadas y no han variado desde el inicio del proceso." "...para
nadie es secreto que las FARC está en mora de cumplir el Acuerdo
de San Francisco. Ni el Estado, ni los colombianos, ni la comunidad internacional
entienden como las FARC firma un compromiso al más alto nivel,
pero no lo cumplen." "...mi gobierno ha sido claro y preciso
en que la calificación de sus actividades depende única
y exclusivamente de ustedes mismos y queda en sus manos si optan por el
camino de los actos terroristas y el narcotráfico, o el de una
organización con carácter político..." "
Usted propone un encuentro con lo que llama los poderes del Estado. Yo
le contesto esto es viable, en la medida que ustedes cumplan con su palabra
y con lo que firmaron." "De ustedes y solo de ustedes depende
que se mantenga la negociación o se clausure el proceso."
La alocución
presidencial del 7 de octubre anunciando cambios unilaterales en las garantías
en el funcionamiento de la Zona, lesionó el desarrollo normal del
proceso impidiendo dar curso al Acuerdo de San Francisco de la Sombra.
Por lo tanto, no se puede acusar a las FARC-EP de incumplir dicho Acuerdo,
que contempla temas como las recomendaciones de los Notables, la lucha
contra el paramilitarismo, tregua y cese al fuego, entre otros, y que
obliga por igual a ambas partes. Por el contrario, las múltiples
iniciativas presentadas por las FARC-EP, conocidas por la opinión
nacional e internacional, con el propósito de destrabar el proceso,
son otra prueba de la inagotable voluntad de paz que nos anima, y la disposición
de continuar con el proceso siempre y cuando estén restituidas
oficialmente las garantías, a través de los mismos medios
por los cuales se difundió la alocución presidencial del
7 de octubre de 2001.
El carácter
político de las FARC-EP, conquistado tras 37 años de lucha
por los intereses del pueblo, no es regalo de nadie, se deriva de los
objetivos de su lucha contenidos en el Programa Agrario, La Plataforma
Política para un Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación
Nacional y sus principios ideológicos y organizativos consignados
en los Estatutos, el Reglamento de Régimen Disciplinario y las
Normas Internas de Comando. Así mismo, la existencia de La Mesa
de Diálogo y Negociación y la presencia de la comunidad
internacional en el proceso de diálogos refrendan nuestro carácter
de organización política, razón por la cual no se
entiende que funcionarios civiles y militares del Gobierno que usted preside
y representantes oficiales del Gobierno norteamericano como la Embajadora
Anne Paterson, continúen dándonos el calificativo de terroristas.
La desmilitarización
de los cinco Municipios para el desarrollo de las conversaciones por acuerdo
de las partes, tiene su origen en la histórica presencia de las
FARC-EP por más de treinta años en esta zona y por lo tanto
no es una dádiva del Estado. Una prueba de esto la constituye la
reunión realizada, con plenas garantías, entre el Comandante
Manuel Marulanda y usted como Presidente electo, antes de acordar la desmilitarización
de la zona.
De otra parte, no
entendemos cómo aspectos tan elementales que se encuentran contenidos
en la Constitución Nacional como son el derecho a la libre movilización
de personas y mercancías hacia la Zona Desmilitarizada, se convierten
en factores no negociables que pueden llevar el proceso al colapso estando
de por medio la discusión en la Mesa de los temas sustanciales
que aquejan a los colombianos.
El cobro de impuestos
a nombre de los paramilitares por el ejército en las carreteras
de acceso a los cuatro municipios del Meta, la realización de retenes
donde se cometen abusos contra la población; la violación
de la Zona por las Fuerzas Militares y el sobrevuelo de aeronaves de guerra;
denuncias confirmadas por los medios de información y los pobladores,
son temas considerados no negociables por el Gobierno y el Estado. Si
esto tan sencillo no es negociable cómo será con los temas
sustanciales de la Agenda Común para el Cambio Hacia la Nueva Colombia.
Siendo así,
cobra importancia el encuentro propuesto con los Presidentes de los tres
Poderes y representantes del Régimen, ante el fracaso de las reuniones
de los días 3 y 4 de enero, para que se diga qué están
dispuestos a negociar en aras de la paz con justicia social en nuestro
país. Si son o no negociables temas como el Plan Colombia, el Plan
Nacional de Desarrollo, el desempleo, la extradición de nacionales,
el calendario electoral, un subsidio para los desempleados y el canje
o intercambio humanitario y la restauración de la soberanía
ante la injerencia extranjera, entre otros.
De llegar a presentarse
la clausura del proceso, la culpa será de quienes han arrinconado
al Presidente mediante presiones en la idea de imponer a las FARC-EP condiciones
no acordadas entre las partes, haciendo abortar el proceso de diálogo
para perpetuar así un vergonzoso sistema de privilegios a costa
del hambre, la miseria, la desocupación y la represión de
millones de colombianos.
Para finalizar, deseo
proponerle que una vez superada la situación actual, la Mesa de
Diálogos en los meses de febrero y marzo aborde el tema del desempleo
y la propuesta de las FARC-EP de crear un subsidio para los desempleados
y, para los meses de abril y mayo continuar con el intercambio sobre el
Cese de Fuegos y Hostilidades, ambos temas contenidos en el Acuerdo de
San Francisco de la Sombra.
Atentamente,
Manuel Marulanda
Vélez
Comandante en Jefe de las FARC-EP
Montañas de
Colombia, enero 6 de 2002
As of January 9, 2002,
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