FARC
Declaration, January 26, 2001
Un
Plan de dominación imperialista
"Colombia esta amenazada,
llamamos a los pueblos del mundo a que se opongan
y rechacen los planes intervencionistas e invasores de los EE.UU.":
FARC-EP
El llamado plan Colombia, es en realidad sólo una parte del proyecto
imperial de los Estados Unidos de América, para reposicionarse
militarmente y garantizar su dominación política, económica
y social en la región andina y la cuenca amazónica. Buscan
los EE.UU. a través de su presencia militar el control estratégico
de las riquezas naturales y recursos energéticos que posee la región.
El argumento utilizado es el combate contra el trafico de drogas, negocio
capitalista regulado bajo las reglas del libre mercado y del cual se lucran
principalmente los países consumidores, en cuyo sistema financiero
y comercial se reciclan los dineros producidos por segundo negocio en
importancia para el mercado mundial.
La supuesta lucha contra el narcotráfico, toma el lugar y el papel
de la otrora llamada teoría de la seguridad nacional, y debe crear
las condiciones militares a la instrumentalización y exigencias
de la globalización neoliberal, en un continente donde sus pueblos
se niegan a aceptarlas con resignación y toman el camino de la
lucha; se levantan los trabajadores y los sectores populares contra la
imposición de la unidad monetaria imperial o dolarización
de la economía; indígenas y campesinos rechazan las medidas
impuestas por la banca mundial y se movilizan masivamente; caen regímenes
de tipo dictatorial, mientras otro pueblos optan en las urnas por candidatos
alternativos de izquierda y en algunos países se forjan experiencias
de gobiernos democráticos y anti-neoliberales que ven en la soberanía
y autonomía de nuestros pueblos la senda del progreso y el desarrollo.
En Colombia, el plan busca detener el avance del movimiento guerrillero,
componente fundamental del movimiento popular y única forma posible
de oposición en un país donde el terrorismo de Estado a
impedido el ejercicio de la oposición abierta y legal.
En la concepción del plan Colombia, se conjugan los
intereses estadounidenses con los de una oligarquía antinacional
que incapaz de solucionar las necesidades y exigencias de un pueblo y
enrumbar el país por la senda del desarrollo, recurre a su patrón
del norte para que este le ayude a garantizar sus privilegios y riquezas.
La violencia método de desarrollo capitalista
En Colombia fue la acción violenta de la oligarquía, representada
en los dos partidos tradicionales, la que obligo hace ya más de
medio siglo al campesino Colombiano a armarse para defender el derecho
a poseer su propia tierra y su propia vida. Para descampesinar el campo
y ensanchar el latifundio se utilizo desde los años 50 y se siguen
utilizando las bandas paramilitares, dos millones de colombianos desplazados
que deambulan por las calles de las grandes ciudades son testimonio presente
de la intensificación que ha tenido esa política en los
últimos años. Ha sido la violencia ejercida desde el poder,
el método principal para la adquisición, concentración
y usufructo de la riqueza.
Es en la lucha del campesinado colombiano organizado en movimiento agrario
y respondiendo a la agresión imperialista de los EE.UU. que nace
en 1964 el movimiento guerrillero de las FARC que la antidemocracia, simbolizada
en el monopolio exclusivo y concertado del poder en dos partidos y sus
practicas violentas para cerrar el camino a cualquier opción distinta,
ha convertido, 36 años después, en un verdadero ejercito
guerrillero al servicio del pueblo y en una real alternativa al poder
de las oligarquías.
En 1964 se llamo plan LASSO, y como hoy sus objetivos eran los habitantes
del sur del País, el argumento; la lucha contra el Comunismo
internacional: En el 2000 se llama Plan Colombia, el argumento la
lucha contra el Narcotráfico Internacional. Que mala
memoria, en 36 años no aprendieron que la solución no es
la guerra.
Hoy, el accionar político y militar de las FARC-EP y su vocación
para buscar una solución política negociada al conflicto
armado, ha obligado al gobierno Colombiano a aceptar un proceso de dialogo.
Iniciado en 1999 este proceso ha tenido que soportar atentados y superar
escollos puestos por los enemigos de la Paz que son los beneficiarios
de la guerra. No obstante hemos logrado ponernos de acuerdo en una agenda
de doce puntos y desarrollar importantes mecanismos de participación
popular, a través de las audiencias públicas, verdaderos
foros democráticos, en los que han participado más de 25.000
colombianos y que pese al cerco informativo montado por los grandes medios
de prensa han demostrado la identidad y respaldo de la población
con las propuestas de las FARC-EP.
La lucha por la Paz es la lucha por grandes transformaciones sociales
Para las FARC-EP, la búsqueda de la paz no se contrapone con la
lucha por grandes transformaciones sociales y del poder. En Colombia la
lucha por la Paz se complementa con la lucha revolucionaria. Entendemos
la Paz como un proceso de construcción de un nuevo país,
donde las causas que originaron y alimentan el alzamiento en armas desaparezcan
y un nuevo régimen político garantice el disfrute de los
derechos y el bienestar de las mayorías. La paz es para nosotros,
mucho más que un simple acuerdo y de ninguna manera el mero silencio
de las armas, por eso la desmovilización y el desarme son temas
que no están en discusión.
La paz demanda un modelo económico que le sea compatible y que
ponga al centro de su preocupación a la población y no los
intereses del capital mundial; un modelo económico que permita
a los más el disfrute de las grandes riquezas con que la naturaleza
nos ha premiado; que proteja los esfuerzos productivos de los colombianos
de la voracidad de las empresas transnacionales y que idee variadas y
diversas formas de propiedad.
La paz solo será posible con democracia real y garantías
para el ejercicio pleno de los derechos y las libertades políticas.
La Paz necesita una justicia que deje de ser un instrumento de guerra
al servicio de los intereses del poder y se convierta en garantía
para la convivencia entre los ciudadanos. La Paz en Colombia pasa por
el desmonte de los grupos paramilitares que actúan además
como política contrainsurgente del Estado y que son responsables
del asesinato y desaparición de miles de colombianos, sindicalistas,
obreros, campesinos, dirigentes populares y lideres políticos de
la izquierda.
La paz no soporta unas FFAA que fungen como verdadera maquina de guerra
contra su propia población, debe erradicarse de su conducta la
doctrina de la seguridad nacional y reemplazarse por una doctrina patriótica
inspirada en el ideario de unidad e independencia del libertador Simón
Bolívar.
Y definitivamente, no habrá paz en Colombia, mientras no se cancele
la deuda que tiene Colombia con sus campesino y se les devuelvan sus tierras
acompañadas de medios tecnológicos, de prestamos, créditos
y programas de comercialización de sus productos. Una nueva política
agraria que permita dejar quietos los bosques y brindar alternativas a
los actuales colonos que se han internado más allá de la
frontera agrícola, entre ellos a las 500.000 familias dedicadas
a cultivos ilegales. Solo así se podrá avanzar en la erradicación
de los cultivos de coca, se deben suspender definitivamente las fumigaciones,
que como lo muestran las cifras, significan una doble destrucción
ya que los cultivadores se corren más adentro de la selva a seguir
tumbando, a sembrar dos hectáreas más por cada una que es
fumigada. En el caso de la coca, el enemigo no es la planta, sino el negocio
capitalista. Y ese negocio no está propiamente en las selvas, donde
los campesinos desplazados violentamente siembran para resistir y sobrevivir.
Es necesario combatir el negocio donde este se desarrolla. ¿ por
que no legalizar bajo control científico el consumo de drogas,
si de verdad se quiere combatir el flagelo?.
Hay que persistir
Lamentablemente el proceso de dialogo se encuentra congelado, hasta tanto
el gobierno no presente y desarrolle un plan contundente de lucha contra
el paramilitarismo que en lo que va corrido del año ha cometido
una masacre cada día y asesinado a cerca de 200 colombianos.
Insistimos, las FARC-EP están dispuestas a continuar buscando soluciones
pacificas, pero estas deben significar bienestar y justicia social para
la población, democracia y participación, una paz excluyente
es una paz de mentiras. Los guerrilleros farianos no confundimos paz con
rendición, no confundimos paz con renuncia a la lucha por la construcción
de una alternativa de sociedad. Los pueblos del mundo no podemos soportar
con resignación el desarrollo voraz del capitalismo que cada día
nos hunde más y más en la miseria e invierte los valores
de nuestras sociedades, el sistema esta en crisis, su actual modelo el
neoliberalismo- también, sin embargo es necesario desarrollar la
lucha consciente para derrumbarlo y construir las sociedades que nuestros
pueblos se merecen y por las cuales luchan, sociedades dignas, justas
y soberanas, que consulten realmente la situación particular de
cada uno de los países, sin modelos, ni moldes predeterminados
y sin hegemonismos.
A los colombianos nos asiste el derecho a determinar y construir autónoma
y soberanamente nuestro propio futuro, sin ningún tipo de injerencias
ni intervenciones, así estas se disfracen de humanitarias.
Colombia esta amenazada, llamamos a los pueblos del mundo a que se opongan
y rechacen los planes intervencionistas e invasores de los EE.UU. y mientras
persistimos en la búsqueda de soluciones civilizadas, les aseguramos
que para las FARC-EP, la defensa de nuestra población es prioritaria
y que bajo tales preceptos continuamos construyendo caminos hacia la nueva
Colombia.
Contra el Imperialismo ... Por la patria
Contra la oligarquía ... Por el Pueblo
Hasta la victoria final ... Somos FARC EP
Comisión Internacional
FARC EP
Zurich, enero 26 del 2001