"Washington
prepara guerra en América del Sur," from FARC publication Resistencia
25, February 2001 (Spanish)
Washington prepara
guerra en América del Sur
Con el mal llamado Plan Colombia, Washington cubre su estrategia de guerra
contra los pueblos de América del Sur y particularmente compromete
la soberanía y dignidad de los países bolivarianos y vecinos
de Colombia, afianza los planes expansionistas de dominación y
explotación en la región, limita la presencia, el aporte
y la inversión de Europa en América Latina y el Caribe,
estrecha las innegables posibilidades del Brasil, a la cabeza del Merco
Sur.
El plan geoestratégico
del imperio avanza con el incondicional apoyo del gobierno del Presidente
Andrés Pastrana, el establecimiento y la clase gobernante de Colombia.
Ellos andan por el mundo implorando millonarios aportes en dólares
para pagar los altos costos del mal llamado Plan Colombia, con un pretexto
convertido en peligroso gancho, dada la real necesidad de combatir el
fenómeno del narcotráfico.
El secreto, guardado
tras la fachada de luchar contra los narcóticos, no se pudo conservar
por mucho tiempo, por el interés y la premura de garantizar recursos
suficientes, con marcada inclinación en comprometer abiertamente
a los gobiernos y pueblos de la región en la defensa de las políticas
de Estados Unidos.
El secreto ya no
existe, es mucha la información descubierta sobre el verdadero
fondo de la calculada estrategia de expansión, dominio y control
diseñada por Washington, sobre los pueblos, su soberanía,
dignidad y fortunas inmensas de América del Sur.
La Casa Blanca encontró
en el combate a las drogas, un formidable pretexto para mejorar la capacidad
operativa de las Fuerzas Militares y de Policía de Colombia contra
la guerrilla. Mientras, incrementa su presencia con más hombres,
dotados de sofisticadas armas y recursos suficientes para posesionarse
del agua y de la biodiversidad de la cuenca amazónica, región
donde existe el más importante laboratorio de vida, sin contaminación
ambiental, para las futuras generaciones.
Sin embargo, los
objetivos hegemónicos del Imperio tropiezan con los logros políticos
de Cuba Socialista, de Venezuela Bolivariana, de la creciente combatividad
del movimiento guerrillero y popular colombianos, contra los altos niveles
de desempleo en poblados y campos, los bajos salarios, los elevados impuestos,
la corrupción en las instituciones gubernamentales y privadas,
el endeudamiento externo e interno, la violación de los Derechos
Humanos y la criminal represión e intimidación a la oposición
política revolucionaria al régimen, con indiscutible responsabilidad
del Estado.
Es innegable que
los colombianos se incentivan cada día más con las distintas
luchas políticas y sociales desarrolladas en la región,
debido a las desigualdades sociales en crecimiento a consecuencia de la
globalización de las mafias del capitalismo, con su modelo neoliberal.
Las FARC-EP, al conocer
los perversos objetivos buscados por la política gringa al amparo
de la llamada ayuda a Colombia, con el sofisma del combate al narcotráfico,
procede a denunciar públicamente la maniobra en distintos escenarios,
alertamos a tiempo sobre la peligrosa estrategia de guerra, destinada
a detener y obstaculizar la unidad y lucha libertaria de los pueblos de
América Latina y el Caribe. Estrategia en la cual el gobierno y
la clase gobernante de Colombia, con contadas excepciones, desempeñan
el vergonzoso oficio de punta de lanza, con su labor de títeres
al servicio de intereses del imperio. Ellos mismos, de forma indigna y
comprometidos hasta la médula con la entrega de la soberanía
y sin escrúpulos usan expresiones groseras contra quienes se niegan
a participar del conflicto interno de los colombianos, bajo el paraguas
de contribuir con recursos para enfrentar al Narcotráfico.
Afortunadamente,
encontramos en los gobiernos y pueblos de Europa, América Latina
y del Caribe, sensibilidad, sensatez, comprensión y preocupación
por los previsibles efectos políticos, económicos, sociales,
culturales y ambientales de la confrontación.
Dadas las imprevisibles
consecuencias que podría tener para el futuro de los pueblos hermanos,
el surgimiento de nuevos conflictos entre los pueblos vecinos de Colombia;
a causa de una eventual participación militar externa en nuestro
territorio. Las FARC-EP, acudimos a la sabiduría de popular y al
patriotismo heredado del ideario de los próceres de nuestra independencia;
a unir inteligencias, fuerzas y experiencias para aislar y derrotar al
puñado de dirigentes títeres e indignos y aventureros interesados
en congraciarse con el Imperio. En la obscena cacería de privilegios
personales y de grupo a causa del hambre, el dolor, muerte y destrucción
de los más pobres y necesitados. Porque no serían ellos,
los primeros en la línea de combate.
Tambores de guerra.
Son los que se escuchan desde diversos ángulos, paradójicamente,
todos tratando de cubrirse con la bandera de la paz y el bienestar de
las mayorías nacionales.
Con mucha prepotencia,
producto de la seguridad que les da el desarrollo del Plan Colombia y
los espaldarazos de los gringos, el gobierno nacional en representación
del establecimiento, la clase dominante colombiana al servicio del imperio
estadounidense, entrampan cada vez más el proceso de construcción
de la paz que se desarrolla en la zona desmilitarizada.
Ahora están
dedicados a vender la idea que este plan de guerra es la solución.
Éso intentó Andrés Pastrana en sus diversos viajes
al exterior, pero no logró ningún respaldo internacional.
La posición de la comunidad internacional es unánime, apoya
la paz, la búsqueda de soluciones, y se mantiene a prudente distancia
del plan imperial, a pesar de las presiones.
La cumbre de presidentes
suramericanos es muestra palpable de ello. Todavía resuena la rabieta
del delegado gringo en la Conferencia de Ministros de Defensa, desarrollada
en Manaos, Brasil, cuando ante dicha actitud, se salió de la ropa
y afirmó "el Plan Colombia se adelantará, con o sin
ayuda de los países vecinos". Claro, es entendible, pues responde
a los intereses del Imperio y nada tiene que ver con mejores perspectivas
de vida para los latinoamericanos. Al contrario, significa el avance rapaz
sobre la Amazonía.
También se
dedican a la llamada reingeniería de las Fuerzas Armadas Oficiales,
que es uno de sus principales objetivos y para éso siguen llegando
"asesores" militares. Ya realizó la primera inspección
el teniente general Peter Pace, nuevo comandante del Ejército Sur
de los Estados Unidos, ahora miembro honorario de la Marina Nacional.
Todo ésto sin ningún rubor y ante la indignidad del gobierno
y el establecimiento nacionales.
Y qué decir
de los medios de comunicación, que mantienen su campaña
de desprestigio y desinformación sobre todo lo que tiene que ver
con el proceso de conversaciones y la guerrilla, clamando, desde su óptica
de tierra arrasada, por la derrota militar de la guerrilla.
Incluso, sectores
de la llamada "sociedad civil", bien diferentes de la población
civil, que desde sus escritorios se presentan como voceros del pueblo
colombiano, pero desconocen los avances del proceso entre gobierno y FARC-EP,
tratan con y en diferentes eventos de restarle importancia, en busca de
administrar las limosnas de los países desarrollados y seguir con
sus "proyectos"que nada tienen que ver con la realidad ni con
los intereses de nuestro pueblo, pero les permite conocer todo el mundo
y lucrarse con el dolor y el sufrimiento ajenos. Por ejemplo el centro
de salud o el jardín infantil que en nada contribuyen a la solución
real de los problemas o sus "sesudos" estudios.
Provocaciones, montajes,
persecuciones, satanizaciones, se han vuelto el pan de cada día,
se resalta todo lo que pueda dañar el proceso, todo lo que implique
obstáculos para este, pero la realidad les impide acabarlo, pues
es lo único que tiene el gobierno de Pastrana, sigue utilizándolo
para implorar ayuda, que dedica exactamente a lo contrario, a atizar la
confrontación.
Su intento de obligar
a las FARC-EP a declinar su voluntad de paz, ha fracasado, siguen en pie
las propuestas reales de encontrar soluciones diferentes a la guerra,
pero se acercan las definiciones, se acerca la concreción de propuestas
que necesariamente van a tocarles el punto más doloroso, el bolsillo,
porque, quién va a financiar el desarrollo de las propuestas sobre
generación de empleos? Pues, los que siempre se han quedado con
la riqueza que produce la mayoría con su trabajo.
En este punto, para
la clase dominante, para el Imperio pierde todo encanto la paz. Claro,
para ellos la paz es el silencio de los fusiles y la negativa a luchar
por los derechos de los pueblos, mantener sus negocios y preservar las
ganancias que les deja la explotación.
Por eso, no han querido
avanzar en el tema del cese de fuegos y hostilidades, acostumbrados como
están a imponer sus puntos de vista y a la ley del embudo, consideran
que sólo las retenciones y secuestros son hostilidades, que sólo
las operaciones militares de la guerrilla son hostilidades, nada dicen
del terrorismo de Estado y su política de guerra sucia a través
del paramilitarismo, de la política de miseria impuesta, de la
falta de educación y trabajo, de la criminalización de la
protesta social, del antidemocrático y violento sistema electoral,
de la depredación del medio ambiente con sus fumigaciones, de los
derechos de millones de desplazados, en fin, de los derechos de colombianos
y colombianas a vivir dignamente y en paz.
A esos tambores de
guerra que suenan, seguimos oponiendo los sonidos musicales de los pueblos
del mundo que se expresan y nos dicen "adelante, pero sin ceder,
sin rendirse". La paz sólo es posible en una sociedad que
garantice todos los derechos a sus ciudadanos.