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Last Updated:4/21/01
"Washington prepara guerra en América del Sur," from FARC publication Resistencia 25, February 2001 (Spanish)

Washington prepara guerra en América del Sur

Con el mal llamado Plan Colombia, Washington cubre su estrategia de guerra contra los pueblos de América del Sur y particularmente compromete la soberanía y dignidad de los países bolivarianos y vecinos de Colombia, afianza los planes expansionistas de dominación y explotación en la región, limita la presencia, el aporte y la inversión de Europa en América Latina y el Caribe, estrecha las innegables posibilidades del Brasil, a la cabeza del Merco Sur.

El plan geoestratégico del imperio avanza con el incondicional apoyo del gobierno del Presidente Andrés Pastrana, el establecimiento y la clase gobernante de Colombia. Ellos andan por el mundo implorando millonarios aportes en dólares para pagar los altos costos del mal llamado Plan Colombia, con un pretexto convertido en peligroso gancho, dada la real necesidad de combatir el fenómeno del narcotráfico.

El secreto, guardado tras la fachada de luchar contra los narcóticos, no se pudo conservar por mucho tiempo, por el interés y la premura de garantizar recursos suficientes, con marcada inclinación en comprometer abiertamente a los gobiernos y pueblos de la región en la defensa de las políticas de Estados Unidos.

El secreto ya no existe, es mucha la información descubierta sobre el verdadero fondo de la calculada estrategia de expansión, dominio y control diseñada por Washington, sobre los pueblos, su soberanía, dignidad y fortunas inmensas de América del Sur.

La Casa Blanca encontró en el combate a las drogas, un formidable pretexto para mejorar la capacidad operativa de las Fuerzas Militares y de Policía de Colombia contra la guerrilla. Mientras, incrementa su presencia con más hombres, dotados de sofisticadas armas y recursos suficientes para posesionarse del agua y de la biodiversidad de la cuenca amazónica, región donde existe el más importante laboratorio de vida, sin contaminación ambiental, para las futuras generaciones.

Sin embargo, los objetivos hegemónicos del Imperio tropiezan con los logros políticos de Cuba Socialista, de Venezuela Bolivariana, de la creciente combatividad del movimiento guerrillero y popular colombianos, contra los altos niveles de desempleo en poblados y campos, los bajos salarios, los elevados impuestos, la corrupción en las instituciones gubernamentales y privadas, el endeudamiento externo e interno, la violación de los Derechos Humanos y la criminal represión e intimidación a la oposición política revolucionaria al régimen, con indiscutible responsabilidad del Estado.

Es innegable que los colombianos se incentivan cada día más con las distintas luchas políticas y sociales desarrolladas en la región, debido a las desigualdades sociales en crecimiento a consecuencia de la globalización de las mafias del capitalismo, con su modelo neoliberal.

Las FARC-EP, al conocer los perversos objetivos buscados por la política gringa al amparo de la llamada ayuda a Colombia, con el sofisma del combate al narcotráfico, procede a denunciar públicamente la maniobra en distintos escenarios, alertamos a tiempo sobre la peligrosa estrategia de guerra, destinada a detener y obstaculizar la unidad y lucha libertaria de los pueblos de América Latina y el Caribe. Estrategia en la cual el gobierno y la clase gobernante de Colombia, con contadas excepciones, desempeñan el vergonzoso oficio de punta de lanza, con su labor de títeres al servicio de intereses del imperio. Ellos mismos, de forma indigna y comprometidos hasta la médula con la entrega de la soberanía y sin escrúpulos usan expresiones groseras contra quienes se niegan a participar del conflicto interno de los colombianos, bajo el paraguas de contribuir con recursos para enfrentar al Narcotráfico.

Afortunadamente, encontramos en los gobiernos y pueblos de Europa, América Latina y del Caribe, sensibilidad, sensatez, comprensión y preocupación por los previsibles efectos políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de la confrontación.

Dadas las imprevisibles consecuencias que podría tener para el futuro de los pueblos hermanos, el surgimiento de nuevos conflictos entre los pueblos vecinos de Colombia; a causa de una eventual participación militar externa en nuestro territorio. Las FARC-EP, acudimos a la sabiduría de popular y al patriotismo heredado del ideario de los próceres de nuestra independencia; a unir inteligencias, fuerzas y experiencias para aislar y derrotar al puñado de dirigentes títeres e indignos y aventureros interesados en congraciarse con el Imperio. En la obscena cacería de privilegios personales y de grupo a causa del hambre, el dolor, muerte y destrucción de los más pobres y necesitados. Porque no serían ellos, los primeros en la línea de combate.

Tambores de guerra.


Son los que se escuchan desde diversos ángulos, paradójicamente, todos tratando de cubrirse con la bandera de la paz y el bienestar de las mayorías nacionales.

Con mucha prepotencia, producto de la seguridad que les da el desarrollo del Plan Colombia y los espaldarazos de los gringos, el gobierno nacional en representación del establecimiento, la clase dominante colombiana al servicio del imperio estadounidense, entrampan cada vez más el proceso de construcción de la paz que se desarrolla en la zona desmilitarizada.

Ahora están dedicados a vender la idea que este plan de guerra es la solución. Éso intentó Andrés Pastrana en sus diversos viajes al exterior, pero no logró ningún respaldo internacional. La posición de la comunidad internacional es unánime, apoya la paz, la búsqueda de soluciones, y se mantiene a prudente distancia del plan imperial, a pesar de las presiones.

La cumbre de presidentes suramericanos es muestra palpable de ello. Todavía resuena la rabieta del delegado gringo en la Conferencia de Ministros de Defensa, desarrollada en Manaos, Brasil, cuando ante dicha actitud, se salió de la ropa y afirmó "el Plan Colombia se adelantará, con o sin ayuda de los países vecinos". Claro, es entendible, pues responde a los intereses del Imperio y nada tiene que ver con mejores perspectivas de vida para los latinoamericanos. Al contrario, significa el avance rapaz sobre la Amazonía.

También se dedican a la llamada reingeniería de las Fuerzas Armadas Oficiales, que es uno de sus principales objetivos y para éso siguen llegando "asesores" militares. Ya realizó la primera inspección el teniente general Peter Pace, nuevo comandante del Ejército Sur de los Estados Unidos, ahora miembro honorario de la Marina Nacional. Todo ésto sin ningún rubor y ante la indignidad del gobierno y el establecimiento nacionales.

Y qué decir de los medios de comunicación, que mantienen su campaña de desprestigio y desinformación sobre todo lo que tiene que ver con el proceso de conversaciones y la guerrilla, clamando, desde su óptica de tierra arrasada, por la derrota militar de la guerrilla.

Incluso, sectores de la llamada "sociedad civil", bien diferentes de la población civil, que desde sus escritorios se presentan como voceros del pueblo colombiano, pero desconocen los avances del proceso entre gobierno y FARC-EP, tratan con y en diferentes eventos de restarle importancia, en busca de administrar las limosnas de los países desarrollados y seguir con sus "proyectos"que nada tienen que ver con la realidad ni con los intereses de nuestro pueblo, pero les permite conocer todo el mundo y lucrarse con el dolor y el sufrimiento ajenos. Por ejemplo el centro de salud o el jardín infantil que en nada contribuyen a la solución real de los problemas o sus "sesudos" estudios.

Provocaciones, montajes, persecuciones, satanizaciones, se han vuelto el pan de cada día, se resalta todo lo que pueda dañar el proceso, todo lo que implique obstáculos para este, pero la realidad les impide acabarlo, pues es lo único que tiene el gobierno de Pastrana, sigue utilizándolo para implorar ayuda, que dedica exactamente a lo contrario, a atizar la confrontación.

Su intento de obligar a las FARC-EP a declinar su voluntad de paz, ha fracasado, siguen en pie las propuestas reales de encontrar soluciones diferentes a la guerra, pero se acercan las definiciones, se acerca la concreción de propuestas que necesariamente van a tocarles el punto más doloroso, el bolsillo, porque, quién va a financiar el desarrollo de las propuestas sobre generación de empleos? Pues, los que siempre se han quedado con la riqueza que produce la mayoría con su trabajo.

En este punto, para la clase dominante, para el Imperio pierde todo encanto la paz. Claro, para ellos la paz es el silencio de los fusiles y la negativa a luchar por los derechos de los pueblos, mantener sus negocios y preservar las ganancias que les deja la explotación.

Por eso, no han querido avanzar en el tema del cese de fuegos y hostilidades, acostumbrados como están a imponer sus puntos de vista y a la ley del embudo, consideran que sólo las retenciones y secuestros son hostilidades, que sólo las operaciones militares de la guerrilla son hostilidades, nada dicen del terrorismo de Estado y su política de guerra sucia a través del paramilitarismo, de la política de miseria impuesta, de la falta de educación y trabajo, de la criminalización de la protesta social, del antidemocrático y violento sistema electoral, de la depredación del medio ambiente con sus fumigaciones, de los derechos de millones de desplazados, en fin, de los derechos de colombianos y colombianas a vivir dignamente y en paz.

A esos tambores de guerra que suenan, seguimos oponiendo los sonidos musicales de los pueblos del mundo que se expresan y nos dicen "adelante, pero sin ceder, sin rendirse". La paz sólo es posible en una sociedad que garantice todos los derechos a sus ciudadanos.

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