"¿Negociar con los 'paras'?" por Adam Isacson, El
Tiempo (Colombia), 6 de febrero del 2002
SÍ, PERO AHORA
NO... - REFLEXIONES EN LA ENCRUCIJADA (IV)
¿Negociar
con los paras?
POR ADAM ISACSON *
En algún momento los paramilitares van a tener que ser tratados
en un proceso y creo que el Gobierno y la sociedad colombianos deberán
decidir cómo abordar este asunto.
Con estas palabras, en octubre de 2000, Phil Chicola, entonces encargado
de Asuntos Andinos del Departamento de Estado, causó gran controversia
en Colombia. Quizá estaba en lo cierto. Es probable que eventualmente
haya que negociar con los paramilitares. Pero, sin avanzar mucho más
en los diálogos con la guerrilla, por ahora no tiene sentido.
En los últimos
años, las autodefensas se han convertido en una fuerza numerosa
y creciente, que controla territorio y tiene una agenda política,
aunque simplista y embrionaria. Mientras el corazón rechaza la
idea de negociar con un grupo que usa métodos tan brutales, la
razón recuerda que el Gobierno colombiano negocia con otro grupo
que viola rutinariamente el derecho internacional humanitario.
El Gobierno colombiano
no negocia por ser pacifista, sino por no contar con la capacidad militar
para someter a los alzados en armas. Hacerlo, requeriría varias
veces más recursos y sangre de los que Colombia ha dado hasta ahora.
El Ejército cuenta con alrededor de 40 mil hombres que pueden desplegarse
al combate muchos más que hace tres años, pero muy
lejos de la proporción de diez a uno que recomienda la doctrina
de contrainsurgencia. Ni siquiera la ayuda de Estados Unidos puede
llenar esta carencia. La clase dirigente tampoco se ve dispuesta al sacrificio;
aunque elogia a las Fuerzas Armadas, no contribuye con los recursos necesarios
para ganar la guerra y excluye a sus bachilleres del combate. Mientras
tanto, los grupos de derechos humanos continúan documentando los
lazos con los paramilitares que generan dudas sobre la verdadera voluntad
de combatirlos.
Sin opción
militar, queda la estrategia que promete salvar más vidas
de la negociación. Por eso, es casi inevitable un eventual diálogo
con las Auc. Pero no de inmediato. Hay varias razones, en el corto plazo,
para dialogar sólo con las Farc y el Eln.
La guerrilla ha dejado
muy claro que saldría de la Mesa si se empezaran diálogos
entre el Gobierno y los paramilitares, y ya lo hizo cuando el Ministro
del Interior se reunió con Carlos Castaño. Habría,
además, que poner a prueba la tesis guerrillera de que los paramilitares
son parte inseparable del Estado. De ser cierta, este podría desmantelar
fácilmente a las Auc como parte de un proceso de paz exitoso con
la guerrilla. Y si es cierta otra tesis, de un estudio de la Corporación
Rand en 2001, según la cual los paramilitares son sólo una
reacción a la guerrilla, las Auc también desaparecerían
si la guerra termina con una negociación exitosa.
Todas esas razones
apuntan al aplazamiento, tal vez indefinido, de una negociación
con los paramilitares. Pero es fácil imaginar que las tesis de
la Rand y la guerrilla resulten equivocadas. En ese escenario, bastante
probable, sería necesario comenzar diálogos con las Auc.
También sería
necesario determinar la naturaleza de esos diálogos: ¿una
discusión de la reintegración del grupo a la sociedad, o
unas negociaciones sobre una agenda política, con el otorgamiento
implícito de un estatus político? Esta pregunta, muy especulativa,
no puede contestarse ya. Las Auc carecen de un discurso político
coherente que vaya más allá del odio a la guerrilla y la
defensa del statu quo. Además, sería absurdo negociar lo
contrario de lo acordado con la guerrilla. Y no es claro si a los que
apoyan económicamente a las Auc les guste verlas convertirse en
una fuerza política fuera de su control.
Por el momento, el
Gobierno colombiano debe continuar progresando en los diálogos
con la guerrilla, mientras usa sus recursos limitados para proteger a
la población de todos los grupos armados, incluso de los paramilitares.
Esto incluye acabar definitivamente con cualquier lazo que existe con
las autodefensas. Esforzarse en esto agilizaría los diálogos
con la guerrilla y mejoraría la posición inicial del Gobierno
en una eventual negociación con las Auc.
(*) Oficial de programas
en el Centro para las Políticas Internacionales, Washington.
isacson@ciponline.org
As of February 6, 2002,
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