Discurso
del administrador de la DEA Asa Hutchinson, Bogotá, 26 de marzo
del 2002
General
Gilibert y todos mis amigos de la Policía Nacional de Colombia: Quiero
expresarles mi agradecimiento por el gran honor que me han hecho este día,
es un momento que llevaré en mi corazón.
En la dirección
general de la DEA en Washington tenemos un cuadro de honor con los nombres
y fotos de 72 agentes y oficiales, quienes entregaron sus vidas en nuestra
lucha común contra las drogas ilícitas.
Nosotros honramos
sus vidas, pero es de igual importancia honrar a los policías colombianos,
quienes han pagado con el máximo precio el cumplimiento del deber.
Estoy asombrado por el coraje y el sacrifico demostrado por cada uno de
ustedes y por aquellos policías a quienes honramos en el día
de hoy.
Su coraje diario
y sacrificio en esta gran guerra contra los narcotraficantes y terroristas
deben ser reconocidos por todos aquellos en el mundo que aman la libertad
y oran porque la ley triunfe sobre la delincuencia y la criminalidad.
Me siento complacido
por tener aquí presentes algunos representantes de los medios de
comunicación de los Estados Unidos. Es importante que los norteamericanos
comprendan cuál es el compromiso de ustedes, el honor de ustedes
y el sacrificio de ustedes. Siéntanse seguros de que la historia
de su liderazgo en este esfuerzo será contada a lo largo de Estados
Unidos por siempre.
Para los cientos
de hijos que perdieron a un padre en esta guerra contra las drogas, no
les puedo dar condolencia alguna que sea igual o suficiente para reemplazar
la pérdida de sus seres queridos, pero sí les puedo decir
que es de eterno valor el sacrificio que se hace en el nombre de la patria,
la libertad y la justicia.
Estamos entrando
en un tiempo histórico de la batalla de Colombia por la paz, la
democracia y la seguridad. En tiempos difíciles los Estados Unidos
no se apartan de sus amigos, la DEA se encuentra al lado de ustedes para
apoyarlos y admirarlos.
El presidente Bush
permanece comprometido a continuar con el apoyo de los Estados Unidos
a Colombia en su lucha contra el terror... terror que el mundo ahora sabe
que se sostiene en gran parte por las drogas ilícitas.
El Negro Acacio,
el líder del frente 16 de las Farc, ha sido acusado como narcotraficante,
mientras que él y otros se esconden en la selva esperando como
un león agachado presto a caerle a su próxima víctima.
Él cree que está por encima de la ley, pero está
equivocado y tiene que ser sometido a la justicia.
Con su valor y su
sacrificio ustedes han demostrado que la justicia puede prevalecer y en
una sociedad civilizada nadie está por encima de la ley.
Hoy aplaudo al valiente
pueblo de Colombia. Su trabajo valiente es un ejemplo para cada oficial
de policía que enfrenta los peligros al aplicar la ley en su diario
cumplimiento a la causa de la justicia en el mundo de hoy.
Gracias, y que Dios
los bendiga en sus esfuerzos
As of March 27, 2002,
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