Contra-Fact
Sheet USAID, por Ricardo Vargas (Acción Andina / Transnational
Institute), 18 de abril del 2002
Comentarios al Fact
Sheet de USAID de abril 8 de 2002
[1]
El pasado 8 de abril
la U.S. Agency for Internacional Development emitió una Fact Sheet sobre
la evolución de su Programa de Desarrollo Alternativo en Colombia iniciado
en mayo de 2001. Aquí se expresan algunos comentarios a dicho documento.
Background:
El Programa USAID en Colombia, teniendo en cuenta los montos presupuestales
asignados y la significación de la estrategia antidrogas del Plan Colombia,
está focalizado en primer lugar en la reducción de los cultivos de coca
y amapola. Subsidiariamente contiene recursos orientados al fortalecimiento
de la Democracia y los Derechos Humanos y a la atención de desplazados.
Implementation
Status: Contra los argumentos presentados en largas discusiones que
tuvimos en la sede de AID en Washington, el desarrollo alternativo busca
en Colombia jugar el papel de “zanahoria” a la erradicación forzosa o
ser la base de transacciones con las comunidades implicadas en cultivos
ilícitos, para que abandonen dicha actividad e ingresen a actividades
legales.
Estas dos características
del DA expresan un punto de partida equivocado. Mientras el objetivo es
disminuir a toda costa los cultivos ilícitos, se desconoce una vez más
que el punto de partida debe ser los temas del desarrollo regional, dentro
del cual la economía de la pasta básica de coca (pbc) y del látex de amapola
son un obstáculo y deben ser tratados como tal.
Si se aceptase esta
segunda opción el punto de arranque debería ser la estructuración de un
plan de desarrollo regional que identifique las potencialidades y limitaciones
del territorio, de la población hoy asentada y de los recursos existentes.
Así mismo un conocimiento riguroso sobre el estado de la administración
regional y local.
Como conclusión,
si bien es cierto que la situación de seguridad es un obstáculo a la
implementación del programa, se puede decir que esta es una característica
por la que atraviesa todo el país y no sólo las áreas productoras de coca
y amapola.
En segundo lugar,
si el requisito de la seguridad y el control soberano del Estado de las
zonas productoras se reiteró como la conditio sine qua non en las
fases preliminares del Plan Colombia, no se entiende como se escogió una
zona como el Putumayo como punto de partida de los programas. Y aún aceptando
que fuese el Putumayo y en primer lugar el municipio de Puerto Asís, no
se entiende cómo existiendo en ese municipio una brigada antinarcóticos
del ejército, un batallón de las fuerzas armadas, una sede de la policía
nacional, un gobierno local democráticamente elegido, se plantee entonces
que hay un problema de seguridad. Y más aún, asociando inseguridad con
presencia de la guerrilla.
Bajo las anteriores
condiciones debería precisarse a qué exactamente se refiere la afirmación
en el caso de Puerto Asís, cuando se asevera que “ the security situation
remains the largest obstacle to succesful and timely implementation of
the program” [2] .
Y si se sustenta
ese hecho adecuadamente entonces debería aclararse por qué, contra todo
sentido común y evidencia, se inició el programa e DA en el Putumayo.
De cualquier manera pareciera haber una alta responsabilidad política
de quienes diseñaron el programa.
Progress in 2001:
Consecuente con el punto de partida arriba ya cuestionado, se señalan
como los primeros síntomas de acciones exitosas el apoyo a los siguientes
cultivos:
Cultivo
|
Area (hectáreas)
alcanzada a abril de 2002
|
Palmito
|
260 .
|
Caucho
|
2499
|
Agroforestería
|
2648
|
Estos cultivos no
hacen parte de un programa sólido de largo plazo en función de una propuesta
macro que integre un ejercicio de ordenamiento territorial. Adicionalmente
su impacto en la región es inseguro y de muy baja capacidad, con una
incidencia mínima frente a las dimensiones del problema de la monodependencia
de los cultivos ilícitos y sobre todo frente al tamaño de la economía
de servicios, empleo directo e indirecto, que sustenta la coca en la región.
En realidad, no hay
proyectos identificados en dirección al largo plazo más allá de la planta
procesadora de palmito, proyecto inconcluso de la administración Samper
que generó grandes sobrecostos para ser terminada.
La planta procesadora
tiene capacidad para atender una producción de 1300 hectáreas de cinco
municipios. Actualmente existen tan sólo 180 hectáreas en producción y
260 sembradas. Los requerimientos para atender la demanda de palmito para
ser procesado se están cubriendo a través de compras al Ecuador.
[3] De acuerdo con el total de producción de 1300 hectáreas, a un
promedio de dos hectáreas por familia, podrían beneficiar 650 esto es
un 1.75% del total de familias firmantes de los pactos.
Development Challenge:
La elaboración de propuestas de intercomunicación terrestre bajo la idea
de garantizar un desplazamiento de la producción alternativa, sin el diseño
de un mapa sobre el potencial biofísico y agroecológico y sobre él redefiniendo
la utilización del territorio y resolviendo los conflictos por su uso,
termina consolidando toda la irracionalidad en el poblamiento (ocupación)
que generó la coca sobre un territorio que tiene su potencial en actividades
de protección y uso del bosque. Esta es una consecuencia clara del punto
de partida arriba señalado del DA. Adicionalmente, la gran irracionalidad
con que se manejó la llamada autosuficiencia alimentaria, (suministro
de semovientes hoy sin programas de manejo) termina acentuando la improvisación
que ha caracterizado el papel de las instituciones de orden nacional
en la región.
Adjustments to
the Program: En general los ajustes del programa deberían partir de
un balance a fondo del rol jugado por las instituciones colombianas del
orden nacional en la implementación de los proyectos, comenzando por el
programa Plante y siguiendo con la serie de entidades que hacen un verdadero
paralelismo institucional en lo cual se diluye la responsabilidad política
del mismo. Se puede afirmar que hoy la parte institucional del programa
es caótica y que esto dificulta la cooperación pretendida por USAID.
En segundo lugar,
ese balance debería hacerse con las comunidades que han sido parte del
proceso sin el chantaje – tan característico del sistema político colombiano
- de que quien formule críticas pueda verse afectado en el apoyo a sus
proyectos. [4]
Si el punto de partida
de los ajustes del programa va a ser, como lo dice la Fact Sheet, [5] reconocer como válido que las
comunidades están dispuestas a cambiar coca por una vía y acceso a agua
potable, el resultado será sin lugar a duda otro estruendoso fracaso como
evidencia cierta del profundo desconocimiento del problema y de sus soluciones
realmente eficaces. Esta es, una vez más, otra consecuencia de una política
pobre que busca cambiar coca por satisfacción de necesidades básicas sin
pensar en la verdadera sostenibilidad del largo plazo ni en el desarrollo
regional, tal vez el aspecto más débil del programa de desarrollo alternativo
en Colombia.
Vacíos del Fact
Sheet
Finalmente USAID
que empieza a tener una experiencia sobre el terreno en Colombia, debería
pronunciarse acerca de la relación entre fumigaciones y desarrollo alternativo
y sobre qué tipo de obstáculos genera la erradicación forzosa implementada,
a los programas alternativos. Si hay quejas de inseguridad, las fumigaciones
junto con la guerra, conforman los dos mayores obstáculos a la seguridad
en la región y a la confianza entre las comunidades y el Estado y por
consiguiente con respecto a las entidades cooperantes. Entonces la inseguridad
es también responsabilidad del Estado colombiano y de la administración
de Estados Unidos.
Así mismo la conversión
de la ayuda antidrogas en guerra contrainsurgente manda una señal problemática
en las regiones envolviendo gravemente a quienes, como USAID, buscan alternativas
de vida a los productores. De esta manera y muy rápidamente, una entidad
dedicada al desarrollo termina, sin quererlo, haciendo parte de una imagen
contradictoria en el sentido de ser la parte limpia de una estrategia
de guerra, que cada día se degrada más en Colombia. Es decir USAID estaría
lamentablemente implicada en una guerra que tiene los costos humanitarios
más graves del hemisferio.
[1] Por Ricardo Vargas Meza, Acción Andina-TNI.
[2] USAID, Alternative development Program in Colombia,
Fact Sheet, April 8 2002, Washington.
[3] La baja producción de hoy se explica por la serie
de errores cometidos por el Estado al convocar a la siembra sin haber
asegurado el funcionamiento de la planta. Muchos cultivadores se quedaron
con la producción y sin su compra.
[4] Para dar un solo ejemplo: la persona que más conoce
sobre impactos de salud del round up en Colombia, fue castigada con la
exigencia de su renuncia del Ministerio de Salud por el sólo hecho de
haber emitido un concepto técnico que no defendía el uso del round up
en una diligencia judicial que auscultaba los argumentos alrededor del
tema de los impactos del salud de las fumigaciones de cultivos ilícitos.
Esto quiere decir que la “ democracia” colombiana tiene una amplia tradición
en el uso de sistemas persecutorios de quien disienta de las políticas
de Bogotá.