Home
|
Analyses
|
Aid
|
|
|
News
|
|
|
|
Last Updated:6/17/02
Speech by U.S. Ambassador to Colombia Anne Patterson, Ibagué, Tolima, Colombia, June 1, 2002

DEL GOBIERNO SALIENTE Y DEL ELECTO,
DEL COMPONENTE SOCIAL DEL PLAN COLOMBIA Y OTROS ASUNTOS DE INTERÉS BILATERAL
Discurso de Anne W. Patterson, embajadora de Estados Unidos,
ante la LXXIII Conferencia Anual del Club Rotario Internacional, Distrito 4290
(Ibagué, 1º de junio de 2002)

Señor gobernador, doctor Alfonso Jaramillo; doctor Jaime Ospina, gobernador del Distrito del 4290 del Club Rotario Internacional; excelentísimo señor Peter von Jagow, embajador de la República Federal de Alemania en Colombia; excelentísimo señor Luis Ortiz Monasterio, embajador de México en Colombia; doctor Gustavo Medina Ordóñez, exembajador de Colombia ante Japón y exgobernador de Cundinamarca; distinguidos miembros de los clubes rotarios de Colombia; damas y caballeros:

Muchas gracias, doctor Alvarado, por su amable introducción. Y, muchas gracias, al Club Rotario Internacional por esta invitación, la cual me ha dado la primera oportunidad de visitar la capital de la música en Colombia. Por encima de todo, muchas gracias por la oportunidad de decir unas palabras sobre el punto de vista del gobierno de Estados Unidos al apoyar los esfuerzos para la construcción de una Colombia de prosperidad, de justicia y de paz.

Uno de los lemas rotarios es "Servir antes de pensar en sí". Su trabajo es conocido por unir a los líderes empresariales para proporcionar servicio humanitario, alentar las altas normas éticas en todas las profesiones y crear buena voluntad y paz por el mundo. En más de 160 países, más de un millón de personas son miembros de más de 30.000 clubes rotarios.

La lista de logros de los clubes rotarios de este Distrito es impresionante, especialmente por el trabajo con la juventud de la región. Me gustaría mencionar unos pocos proyectos que me han llamado la atención: el Club Rotario de Ibagué Ciudad Musical, a través de sus programas con el albergue infantil "Alfonso Lopez" y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ha logrado ofrecer protección moral y física, apoyo nutricional, así como educación y capacitación vocacional para los desplazados, abandonados o jóvenes en grave riesgo, y una sala de cuidados intensivos para niños prematuros en Ibagué.

El Club Nuevo Ibagué ha hecho posible la ayuda alimenticia y el apoyo educativo en los barrios más necesitados de Ibagué. El Club de Armero ofrece apoyo para niños desamparados y para ancianos. Y el programa de prevención y educación sobre SIDA del Distrito 4290 que ha llegado a unos 23.000 escolares y 6.000 adultos, se está replicando en otras partes del país.

Esta generosidad de su tiempo y recursos es una norma de espíritu cívico que es esencial para los colombianos que tratan de sostener su sociedad y sus instituciones civiles. Merecen el aplauso de todos.

Me han solicitado hablarles hoy sobre "El componente social del Plan Colombia". Tengo mucho gusto de aprovechar esta oportunidad para hablar sobre un elemento tan importante pero también tan desconocido de nuestra política en Colombia. Primero, me gustaría situar el componente social de nuestra ayuda en el contexto más amplio de las actividades y políticas actuales y futuras del gobierno de Estados Unidos en Colombia.

En la última semana los colombianos eligieron a un nuevo presidente en elecciones que triunfaron sobre la presión y la intimidación. Como ustedes saben, el presidente Bush ya le envió al presidente electo Uribe un mensaje de felicitación, en el cual anticipa que tendrán una buena relación de trabajo conjunto.

Como anotó la prensa extranjera, lo más admirable fue la cantidad de colombianos dispuestos a enfrentarse al ambiente de tensión y posible violencia para continuar con la larga tradición de elecciones abiertas, libres e íntegras, demostrando su preferencia. Debemos además felicitar a los funcionarios electorales y a las fuerzas de seguridad por el excelente trabajo, garantizando que el pueblo pudiera votar en un ambiente seguro, sabiendo que su voto contaría. El mínimo de violencia que se presentó el día de las elecciones fue prueba de su dedicación y sacrificio.

Creo que lo más importante de los resultados electorales es que dos terceras partes de los votantes demostraron su fuerte deseo de que haya un verdadero cambio. Al examinar las propuestas de los diferentes candidatos y revisar los medios y el diálogo público durante la campaña, los temas de más resonancia entre el pueblo eran la modernización del Estado, la lucha anticorrupción, y un concepto político-militar más amplio para el conflicto.

Otra nota sobre las elecciones: Creo que el voto tan vigoroso por Álvaro Uribe en áreas de las FARC, así como los votos por Horacio Serpa en áreas de dominación de las Autodefensas, demuestran que los colombianos rechazan la impunidad de los organizaciones armadas al margen de la ley. La administración Uribe podrá apoyarse en esos votos cuando se enfrente a los asuntos decisivos de derechos humanos.

Ahora el interés en las elecciones se disipa y el verdadero trabajo de formar un gobierno comienza. Nos reunimos ayer con el presidente electo Uribe y él mostró mucho interés en ampliar y profundizar el Plan Colombia. En particular, estamos enfocando los aspectos sociales y económicos de nuestra relación bilateral, pero esperamos colaborar con la nueva administración para desarrollar una estrategia nacional de seguridad integral y coherente, contra los tres grupos armados al margen de la ley. Estaremos a disposición del doctor Uribe durante el período de empalme.

También esperamos una colaboración cercana con Colombia en temas económicos. Confío en que el doctor Uribe continuará con la política nacional de mantener las buenas relaciones con los organismos financieros internacionales. Buscaremos oportunidades para que nuestros dos países fortalezcan su importante relación comercial. Espero que nuestro Congreso apruebe muy pronto la renovación y ampliación del ATPA, legislación que proporcionará muchos de los nuevos empleos que Colombia necesita para su recuperación económica.

Y, por supuesto, como sé que ustedes ya habrán oído, el presidente Bush ha invitado al presidente electo Uribe a reunirse con él en Washington dentro de tres semanas, para comenzar a dialogar en serio. También esperamos que la administración Uribe reciba el respaldo de toda la comunidad internacional para ejecutar los objetivos del Plan Colombia diseñado por el presidente Pastrana.

Quiero mencionar que aunque existen muchos críticos de las políticas del presidente Pastrana, me parece que él ha logrado avanzar los intereses de Colombia. Una de las cosas más importantes fue restaurarle a Colombia su buena imagen internacional. Él ha logrado buenas amistades en Washington, donde a él y al embajador Moreno los tienen en la más alta estima.

Entre los otros logros del presidente Pastrana, quiero mencionar los pasos que dio en la profesionalización y capacitación de las Fuerzas Armadas, las reformas económicas que apenas empiezan, y sus grandes esfuerzos por lograr un proceso de paz exitoso con las FARC. Estoy segura que la historia verá el legado del presidente Pastrana como no lo ven sus críticos actualmente.

Además, nos ha causado buena impresión la colaboración entre el Gobierno saliente de Andrés Pastrana y el entrante de Alvaro Uribe. Espero que el presidente Pastrana use sus buenas relaciones en Washington y Europa para ayudar a suavizar la transición allá también.

Ahora, después de haberles descrito el contexto del apoyo de Estados Unidos a Colombia, me gustaría volver al tema de hoy: los programas sociales de nuestro apoyo a Colombia. Esos programas cuestan mucho menos que el apoyo al entrenamiento militar o a la erradicación aérea. El éxito de estos programas no ha recibido la misma atención tanto de los medios de Estados Unidos como de Colombia. Pero son muy amplios y son una parte esencial de nuestro apoyo a Colombia.

Uno de nuestros programas más importantes ha sido el de apoyo a los desplazados (unos US $30 millones este año). Los programas de apoyo financiados por el Gobierno de Estados Unidos han proporcionado asistencia a más de 312.000 desplazados, o sea, a unas 60.000 familias. Este es un programa popular en el Congreso de Estados Unidos, y esperamos poder ampliarlo en el año entrante.

Por medio de estos programas, los desplazados reciben, entre otras ayudas, acceso a programas de salud, de generación de ingreso, de empleo, de educación, de capacitación vocacional, de microcrédito, de traslado y de reubicación. Estos programas cubren todo el territorio colombiano. Quiero darles una idea de nuestro apoyo para los desplazados aquí en Tolima. Hemos proporcionado más de US $700.000 en asistencia a más de 1.200 familias de Tolima. En cuatro proyectos, hemos ayudado a reubicar a 95 familias en la comunidad de Hacienda La Miel. Hemos ayudado a desplazados de Rioblanco a formar la cooperativa Renacer. Proporcionamos apoyo para un programa de microcrédito para unas 480 personas en Tolima. Y, hemos ayudado a ofrecer capacitación vocacional a 588 personas en el Departamento. En cada uno de estos programas nos hemos asociado con grupos colombianos, entre ellos, la Empresa Comunitaria Nueva Esperanza; Emprender; la Cooperativa CORFAS de Crédito Solidario; la oficina del gobernador; y la Pia Sociedad Salesiana.

También estamos colaborando en algo muy importante: los derechos humanos. Hemos proporcionado casi US $2.5 millones en asistencia para proteger unos 2.000 colombianos amenazados por su trabajo en protección de derechos humanos. Hemos ayudado a reubicar casi 600 colombianos amenazados, en su mayoría, a sitios más seguros en Colombia. Hemos proporcionado vehículos y protección para las oficinas de trabajadores de derechos humanos y líderes sindicales amenazados. Entre las oficinas que hemos ayudado está la del Sindicato de Maestros de Tolima.

Hemos colaborado también con la Defensoría del Pueblo para establecer un sistema de alerta temprana, el cual identifica la posibilidad de ataques a comunidades rurales por parte de las FARC o las AUC. La Defensoría del Pueblo le pasa la información a las fuerzas de seguridad para que éstas puedan responder en forma rápida y prevenir grandes abusos de los derechos humanos por parte de los grupos terroristas. Se espera abrir dos centros regionales adicionales cada año, hasta tener seis centros funcionando.

Desde que empezó a funcionar en junio de 2001, el sistema de alerta temprana ha advertido sobre más de 125 posibles ataques a pequeñas comunidades en Cauca, Meta, Arauca, Antioquia, Risaralda, Chocó y Tolima. El número de masacres reportadas en ese tipo de comunidades se ha reducido en un 21%. Como el apoyo a los desplazados, éste es uno de nuestros programas más importantes, porque en el ambiente de violencia, salva vidas.

Pero amenazas de este tipo por parte de las FARC y de las AUC suceden constantemente. La respuesta efectiva requiere la presencia del Estado: de la Policía, de las autoridades judiciales y de las fuerzas militares. Como ya mencioné, simplemente no hay suficientes fuerzas de seguridad y representantes judiciales para cubrir todo el territorio. Bajo esas circunstancias, es muy difícil que las autoridades colombianas respondan a todas las alertas tempranas. El mejor ejemplo de esto es el de la tragedia de hace tres semanas en Bojayá. El sistema de alerta temprana avisó el 23 de abril de encuentros entre las FARC y las AUC en el área, y del riesgo para la población civil. Todos sabemos cuáles fueron los resultados trágicos. Por eso, las instituciones estatales están ahora más conscientes de la importancia del sistema de alerta temprana. Estamos colaborando con el Defensor del Pueblo y la fuerza pública para mejorar las comunicaciones y volver ese programa más efectivo.

Tenemos bajo el Plan Colombia sólo en el sector de la justicia, programas que valen más de US $123 millones. Hemos iniciado programas para las Unidades de Derechos Humanos en Colombia. Por medio de ellos, fiscales e investigadores colaboran en un ambiente de fuerza de tarea para proporcionar rapidez en la investigación y procesamiento por masacres y otros casos de derechos humanos. El Departamento de Justicia empezó este programa en 1999. Ya hemos establecido nueve unidades satélites de derechos humanos en Barranquilla, Medellín, Cali, Neiva y Villavicencio. Próximamente se establecerán unidades en Cúcuta y Bucaramanga. Estamos gastando US $25 millones en este programa.

Además, estamos proporcionando programas para promover la gobernabilidad y la reforma judicial.

Uno de los objetivos del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha sido desarrollar ciertas actividades que permitan modernizar las instituciones judiciales en Colombia. Entre enero y abril de 2002, por solicitud del Fiscal General, los ministros del Interior y de Justicia presentaron al Congreso el proyecto de ley de reforma de los artículos de la Constitución relacionados con el procedimiento penal. Se espera que este proyecto tendrá como resultado cambios trasparentes hacia un sistema acusatorio donde los procesos serán más ágiles y habrá una disminución de la impunidad.

Otro de nuestros programas es el de mejoramiento del sistema penitenciario. Se busca mejorar, reglamentar y asegurar los diferentes procesos en las prisiones, como garantía de la seguridad de los colombianos, del Estado y de sus instituciones. Además, será un mecanismo anticorrupción y de respeto de los derechos humanos de los presos. La Penitenciaria Nacional de Valledupar se considera modelo de administración penitenciaria. Cuenta con un sistema que registra el comportamiento del interno, ofrece capacitación, y presenta disminución en la corrupción administrativa.

Se consideran fundamentales en la política penitenciaria aspectos como una infraestructura física adecuada, la preparación académica práctica para el preso, asesorada y dirigida por la Oficina de Prisiones de Estados Unidos, un régimen interno que limite al preso y garantice sus derechos. El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) exige a sus empleados los conocimientos básicos necesarios para las funciones de custodiar y vigilar. Se espera que a través de la colaboración del Departamento de Justicia y su Oficina de Prisiones se pueda contribuir a la formación especializada de los funcionarios de Valledupar, del Pabellón de alta seguridad de la Picota y de otras prisiones en Colombia.

Nuestra meta es mejorar la efectividad, trasparencia y acceso al sistema judicial. Hemos ayudado a establecer dieciocho Casas de Justicia desde julio de 2001. Estas Casas de Justicia ayudan a resolver violencia familiar y comunitaria en barrios humildes. En las Casas de Justicia se ventilan unos cien casos diarios en cada una. Más de un millón de personas han tenido acceso a la justicia por medio de las Casas de Justicia. Acabamos de inaugurar un Centro de Convivencia in Barrancabermeja. Y pronto se abrirá la Casa de Justicia en San Vicente del Caguán. Para finales de 2005 esperamos haber establecido cuarenta Casas de Justicia.

Apoyamos dos tipos de infraestructura municipal. Apoyamos proyectos de infraestructura física, como acueductos, y rehabilitación de escuelas y de servicios públicos. Apoyamos también proyectos que promueven el desarrollo económico local, como la producción cafetera, producción y procesamiento de alimentos, y las granjas piscícolas. Cada proyecto cuesta alrededor de US $25.000, con contribuciones municipales en especie. El presupuesto total para proyectos de infraestructura en Putumayo, Caquetá y Tolima es de US $1.2 millones.

Permítanme mencionar algo sobre los programas del desarrollo alternativo. El apoyo de Estados Unidos al desarrollo alternativo continuará, pero con importantes ajustes. Continuaremos apoyando algunos proyectos de gran escala en palmito, caucho y desarrollo maderero en Putumayo. Pero no tenemos pensado aumentar esas actividades de gran escala. Vamos a poner mayor énfasis en proyectos de infraestructura de pequeña escala en Putumayo. A largo plazo, pensamos extender nuestro programa de desarrollo alternativo hacia otras áreas de Colombia, principalmente al occidente y norte de los Andes, donde las condiciones son más favorables para el desarrollo alternativo.

Sin embargo, hemos tenido algún éxito en desarrollo alternativo. Campesinos en Putumayo, especialmente en Orito, han erradicado manualmente unas 1.800 hectáreas de coca. Esperamos que esos esfuerzos aumenten y se intensifiquen al acercarse la fecha límite para cumplir con los pactos sociales, el 28 de julio. Desde esa fecha, las plantas de coca en terrenos de pactos sociales de desarrollo que no hayan sido erradicadas manualmente, quedarán sujetas a la erradicación aérea.

Se ha tenido gran éxito en desarrollo alternativo en los cultivos de amapola. El mes pasado un grupo de 388 cultivadores de amapola se comprometieron a cultivar 610 hectáreas de maracuyá en Neiva, Huila.

Aquí en Tolima, estamos proporcionando casi un millón de dólares para ayudar a cinco proyectos de desarrollo alternativo que benefician a 11.000 ex cultivadores de amapola.

El libre comercio para llevar a Colombia a una economía de crecimiento y de prosperidad también es parte fundamental de nuestra política en Colombia. Quiero asegurarles que la administración Bush sigue comprometida con el ATPA. El presidente Bush y muchos altos funcionarios del Gobierno estadounidense, así como miembros del Congreso de ambos partidos, han solicitado reiteradamente la pronta renovación del ATPA. El 23 de mayo la plenaria del Senado aprobó el proyecto de ley del ATPA. Esperamos que muy pronto sea enviado a una comisión accidental, para resolver las diferencias entre las versiones aprobadas por el Senado y la Cámara. Esperamos también que se amplíe la lista de productos que cubre y que los beneficios sean retroactivos al 4 de diciembre de 2001, cuando venció el ATPA.

También me pidieron que hablara hoy sobre lo que ustedes, como rotarios y como colombianos, pueden hacer para ayudar a construir un mejor país. Mi consejo es: continúen haciendo lo que hacen. Son esenciales sus esfuerzos para organizar la ayuda a quienes más la necesitan. Sus actividades hacen mucho bien. Al contribuir al bien social desde el sector privado, están ayudando a los gobiernos a cumplir otros compromisos. E, igualmente importante, están ayudando a mantener y crear fuertes valores cívicos. Esos valores son la clave para unir a la sociedad colombiana a medida que afronta el terrorismo de las FARC y de las AUC. Ustedes también pueden alentar a sus conciudadanos a apoyar a la nación para enfrentar el narcotráfico y el terrorismo. Hay mucho por hacer.

Primero, hay necesidades en el área de derechos humanos. Las Fuerzas Armadas de Colombia han progresado mucho en este sentido. Durante la administración del presidente Pastrana ha habido una mayor colaboración entre las autoridades civiles y las fuerzas armadas en la investigación, enjuiciamiento y condena por la justicia ordinaria del personal militar acusado de violaciones de los derechos humanos.

Según las autoridades colombianas, la fuerza pública ha capturado más de mil paramilitares desde mediados de 1998. Pero los logros deben continuar y acelerarse. El gobierno de Colombia tendrá que movilizar recursos contra los paramilitares. Al no hacerlo, se menoscaba el apoyo del Congreso estadounidense hacia Colombia. El apoyo continuado será insostenible si Colombia no actúa contra los paramilitares.

También, el gobierno de Colombia requiere el compromiso de todos los colombianos para hacer más para garantizar su seguridad. Eso incluye mayor inversión en defensa, lo cual quiere decir pagar más impuestos, para crear un ejército más profesional y para fortalecer a la Policía Nacional. Sabemos que los colombianos están pagando en carne propia. Pero cuando las encuestas demuestran que los colombianos no están dispuestos a pagar más impuestos; cuando hay grandes capitales fugados del país; y cuando hay un gran éxodo de la clase media hacia Estados Unidos, el Congreso estadounidense y la opinión internacional, naturalmente, se preguntan cuál es el compromiso de los colombianos en la defensa de su propio país.

Es lógico y legítimo que el Congreso de los Estados Unidos formule tales preguntas cuando los fondos que ha aprobado convierten a Colombia en el tercer mayor receptor de asistencia estadounidense en el mundo. Y no es sorprendente que el Congreso formule tales preguntas cuando Estados Unidos gasta una cantidad enorme en la lucha antinarcóticos dentro de sus propias fronteras. Yo creo que es esencial que continúe el apoyo de Estados Unidos a Colombia. Pero también sé que no será fácil convencer al Congreso de Estados Unidos de apoyar nuevas iniciativas el año que viene. Convencer al Congreso de apoyar esas iniciativas será imposible si el Congreso no cree que la ayuda de Estados Unidos está ayudando a Colombia a ayudarse a sí misma.

Encontrar los recursos nacionales para mejorar la seguridad de los colombianos, ampliar la capacidad de la fuerza pública, fortalecer la economía, mejorar el sistema judicial, todos son tremendos desafíos. Pero esa inversión humana de los colombianos es la mejor inversión posible en el futuro de Colombia a largo plazo. Y es la única inversión que puede garantizar el futuro que todos buscamos: un futuro de paz, justicia y prosperidad para todos los colombianos.

As of June 17, 2002, this document was also available online at http://www.viaalterna.com.co/patterson.htm

Google
Search WWW Search ciponline.org

Asia
|
Colombia
|
|
Financial Flows
|
National Security
|

Center for International Policy
1717 Massachusetts Avenue NW
Suite 801
Washington, DC 20036
(202) 232-3317 / fax (202) 232-3440
cip@ciponline.org