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Last Updated:10/2/02
Statement by Attorney-General John Ashcroft on indictment of Colombian paramilitaries, September 24, 2002

Hoy el Departamento de Justicia está presentando acusación de cargos por tráfico de más de 17 toneladas de cocaína a Estados Unidos y Europa, desde 1997, contra líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Las AUC son un grupo de paramilitares colombianos y figuran en la lista de Organizaciones Terroristas Internacionales del Departamento de Estado.

En la acusación se formulan cinco cargos por narcotráfico contra el cabecilla de las AUC, Carlos Castaño y otros dos miembros. Se incluyen los nombres del comandante militar, Salvatore Mancuso, y de Juan Carlos Sierra Ramírez. Estados Unidos ha solicitado a la República de Colombia la extradición de los tres acusados. Colombia es uno de nuestros más cercanos aliados internacionales en la ejecución de la ley. Los acusados enfrentarán sentencias hasta de cadena perpetua si son hallados culpables de todos los cargos.

El 16 de septiembre el periódico The Washington Post informó que Carlos Castaño había dicho que "iría y se sometería a la justicia de Estados Unidos" si Estados Unidos le formulaba acusación. Le hacemos un llamado a Carlos Castaño para que cumpla su palabra y se someta a las autoridades estadounidenses.

La acusación contra estos jefes de las AUC señala, una vez más, la convergencia de dos de las prioridades del Departamento de Estado: la prevención del terrorismo y la reducción del uso de drogas ilícitas. Los cargos se formulan después de la acusación hecha en marzo a algunos de los miembros de las FARC, un grupo guerrillero que también figura en la lista de Organizaciones Terroristas Internacionales del Departamento de Estado. La acusación de hoy formula cargos contra los cabecillas de las AUC no por su lucha antiguerrillera contra las FARC que proclaman es su objetivo, sino por ser delincuentes, violentos narcotraficantes que envenenan a nuestros ciudadanos y son una amenaza para nuestra seguridad nacional.

Según la acusación, Carlos Castaño dirigió las actividades de producción y distribución de cocaína en regiones de Colombia controladas por las AUC, incluyendo la protección de los laboratorios de procesamiento de coca, el establecimiento de controles de calidad y de precios para la cocaína, así como la organización y protección de los embarques de cocaína, tanto dentro como fuera de Colombia. Castaño y los demás acusados, usaban la violencia, la fuerza y la intimidación para mantener la autoridad sobre las actividades del tráfico de cocaína. Por ejemplo, la acusación afirma que Castaño se valía del secuestro y las amenazas, y que Salvatore Mancuso fue el causante del brutal asesinato de otro narcotraficante colombiano en represalia por no haber pagado una deuda relacionada con la droga.

Quiero agradecer al director de la DEA, Asa Hutchinson, a Michael Chertoff, jefe de la división criminal del Departamento de Justicia, y a John Varrone, comisionado auxiliar para Investigaciones del Servicio de Aduana de Estados Unidos. Todos ellos están aquí conmigo hoy, y les agradezco su excelente liderazgo. La acusación de hoy es la culminación de dos años y medio de investigación dirigida por la Administración para Control de Drogas, en cooperación con la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas del Departamento de Estado.

Quiero hacerle un reconocimiento al Servicio de Aduanas y al Servicio de Guardacostas de Estados Unidos por su colaboración. También quiero agradecer a nuestros compañeros de ejecución de la ley extranjeros, entre ellos los Carabineros de Chile, la Guardia Civil de España, la Policía Judicial de Portugal, el Servicio de Guardacostas de los Países Bajos y otras agencias en Martinica.

En particular, en nuestros esfuerzos para llevar a los narcotraficantes ante la justicia, la cooperación de las autoridades colombianas ha sido de valor incalculable. Desde 1997, ha habido más de 50 extradiciones de nacionales colombianos hacia Estados Unidos. Quiero, sobre todo, agradecer a los oficiales de la Policía Nacional de Colombia por sus incansables esfuerzos en esta investigación. El apoyo diario de la Policía Nacional para nuestros agentes y fiscales fue esencial para el éxito de este caso y de otros contra los narcotraficantes que amenazan a nuestro Hemisferio. Permítanme también un momento para reconocer el liderazgo y el compromiso del presidente colombiano, Alvaro Uribe, por proceder enérgicamente contra los narcotraficantes y terroristas dondequiera que ellos se encuentren.

Los hombres acusados son responsables de la venta de una de las drogas más peligrosas y adictivas: la cocaína. La cocaína, incluyendo el crac, es la droga más frecuentemente mencionada en 14 de las 20 ciudades de la Red de Advertencia sobre Abuso de Drogas. Además, el 50% de los casos relacionados con drogas que fueron atendidos en urgencias hospitalarias entre 1999 y 2000, fueron causados por la cocaína.

Hoy vemos más claro que nunca la interdependencia que existe entre el terrorismo que amenaza a los estadounidenses y las drogas que amenazan el potencial estadounidense. Como la acusación de hoy nos recuerda, la anarquía que produce terrorismo también es tierra fértil para el narcotráfico que mantiene al terrorismo. Rendirse a cualquiera de estas amenazas es rendirse a ambas.

El Departamento de Justicia esta comprometido a triunfar en la lucha contra el abuso de las drogas y el terrorismo, y a proteger la libertad y la dignidad humana que tanto el abuso de las drogas como el terrorismo tratan de destruir.

Gracias.

Washington, D.C.
24 de septiembre de 2002

As of October 2, 2002, this document was also available online at http://usembassy.state.gov/posts/co1/wwwsauc5.shtml
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