Declaración
del designado como Embajador por la Casa Blanca, William B. Wood, ante
la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, June 3, 2003
Me honra
y me encanta aparecer ante esta Comisión como designado del Presidente
para ocupar el cargo de Embajador ante la República de Colombia.
Con el
apoyo del Congreso, la Administración se ha embarcado en una
ambiciosa agenda de políticas para ayudar el Gobierno de Colombian
a enfrentar el terrorismo del narcotráfico y de la subversión;
responder a las necesidades humanitarias inmediatas de Colombia; proporcionar
más seguridad y mayores oportunidades al pueblo colombiano; y
difundir los derechos humanos, la democracia y el imperio de la ley
por todo el territorio nacional.
La Administración
del Presidente Uribe, con quien muchos miembros de esta Comisión
se han reunido, celebrará su primer aniversario en agosto. Él
fue elegido por una mayoría de colombianos, basados en su claridad
y firmeza; su programa de "Seguridad democrática" encarna
ese esfuerzo. La estrechez de nuestro diálogo político
con Colombia se demuestra con la aparición esta mañana
ante el la Comisión de Drogas del Senado, del vicepresidente
Santos de Colombia.
Estados
Unidos y Colombia están de acuerdo en que las amenazas del narcotráfico
y del terrorismo de la subversión son dos lados de la misma moneda
falsa. Cada uno cobra vigor con la violencia, destrucción y desesperanza
creadas por el otro. La eliminación en las calles de Estados
Unidos de las drogas ilícitas procedentes de Colombia sigue siendo
nuestro objetivo principal. Los terroristas de las FARC, el ELN, y los
paramilitares son en realidad narcotraficantes tratando de asumir otra
identidad.
La decisión
crucial de incluir por primera vez en la Ley de Asignaciones Suplementarias
de 2002 la posibilidad de utilizar los recursos antinarcóticos
para luchar contra las FARC, el ELN y los paramilitares demuestra que
el Congreso comparte la decisión de luchar conjuntamente contra
los narcotraficantes y los grupos armados al margen de la ley. Si se
me ratifica como embajador en Colombia, yo haría todo lo posible
por garantizar que ese consenso se traduzca en éxito operacional.
Hemos progresado.
Hemos proporcionado entrenamiento a las fuerzas militares y a la policía
de Colombia así como equipos (incluyendo costosas pero necesarias
aeronaves de ala fija y rotatoria), y coordinación de nuevos
esfuerzos de interceptación e inteligencia. Los colombianos están
ampliando la cobertura de la presencia estatal por su territorio y enfrentando
más agresivamente a los narcotraficantes y a los grupos armados
al margen de la ley. La Administración Uribe ha extraditado a
más de 44 personas para ser juzgadas en Estados Unidos. Estamos
ayudando exitosamente a los colombianos a proteger el oleoducto y otra
infraestructura.
Lo más
importante: los colombianos están llevando a cabo, con nuestra
asistencia, unos extensos programas de erradicación de drogas,
de manera segura para los habitantes y el ambiente. El año pasado
se redujo en un 15% la cantidad de hectáreas con cultivos de
coca, por primera vez en una década. La cantidad de hectáreas
con cultivos de amapola disminuyó en un 25%, y se calcula que
es la menor desde 1988. Si se me ratifica como embajador en Colombia,
me comprometo a dedicarme a la erradicación de toda la producción
ilícita de cocaína y heroína en Colombia.
Los narcotraficantes
y los grupos armados al margen de la ley están sintiendo la presión
y están devolviendo los golpes. Eso quiere decir que no todas
las noticias serán buenas, como hemos visto en varios ejemplos
trágicos de los últimos meses, incluyendo el asesinato
y secuestro de estadounidenses. Hay informes del aumento en los blancos
terroristas en áreas urbanas, incluyendo la Embajada de Estados
Unidos. Tales demostraciones de barbarie por parte de nuestros oponentes
nos deben renovar nuestro sentido de misión. Y debemos estar
dispuestos a continuar fortaleciendo la capacidad colombiana con recursos,
apoyo político y cooperación bilateral.
Sin optimismo
respecto a su futuro, es comprensible que los los colombianos no quieran
ponerle el hombro a las cargas del presente. Nosotros estamos ayudando
a proporcionarles oportunidades como una alternativa a los pactos con
el demonio del narcotráfico y de los grupos armados al margen
de la ley. Estados Unidos está ayudando a los dos millones de
desplazados a reasentarse pacífica y establemente, a encontrar
empleo y capacitación, educación para sus hijos, y servicios
de salud. Nuestros programas de desarrollo alternativo han apoyado cultivos
lícitos en unas 24.000 hectáreas, incluyendo unas 17.000
hectáreas anteriormente dedicadas a la producción de coca.
La asistencia
de Estados Unidos también ha contribuido a 208 proyectos para
construcción de carreteras, sistemas de acueducto y alcantarillado,
escuelas, y a ejecutar reformas realacionadas con la democracia, el
imperio de la ley, y los derechos humanos, valores con los cuales la
Administración Uribe está total y activamente comprometida.
También estamos ofreciendo asistencia para la reforma judicial,
que ayude a superar el legado de impunidad, a proteger a los líderes
vulnerables y a sus familias, y a que los colombianos a establezcan
gobiernos locales sólidos a través de iniciativas como
las casas de justicia. Si se me ratifica como embajador en Colombia,
yo apoyaría decididamente los programas que ayuden a Colombia
a cumplir con sus necesidades en derechos humanos, servicios básicos
humanitarios, desarrollo, y reformas institucionales.
Nos preocupa
todavía la colaboración entre elementos de las fuerzas
militares colombianas y grupos paramilitares. En el caso de los paramilitares,
el enemigo de nuestro enemigo no es nuestro amigo. El panorama de Colombia
que esos grupos ofrecen (de anarquía, violencia, narcotráfico,
crueldad, falta de respeto por los derechos de los ciudadanos y las
responsabilidades de la democracia) es uno al cual nos oponemos. Si
se me ratifica como embajador en Colombia, me comprometo a colaborar
con el Presidente Uribe para romper todos los vínculos entre
el personal militar colombiano y las actividades paramilitares.
En total
estamos proporcionando unos $300 millones de los año fiscales
2002 y 2003 en asistencia para el desarrollo económico, social
y de los derechos humanos en Colombia. Por su lado, el Presidente Uribe
ha manejado con disciplina el presupuesto del gobierno colombiano, y
ha logrado acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones
financieras internacionales. Él ha obtenido casi un millardo
en préstamos comerciales internacionales para Colombia. Los periódicos
de hoy informan que la economía colombiana creció un 3,8%
en el primer trimestre, y que, como resultado, las tasas de preéstamos
internacionales para Colombia disminuyeron un poco. El Representante
Comercial Zoellick viajará a Colombia próximamente para
tratar la posibilidad de un acuerdo libre comercio bilateral. Si se
me ratifica como embajador en Colombia, trabajaré intensamente
con el Presidente Uribe para crear un ambiente comercial seguro y confiable,
y estimular los flujos comerciales y financieros que lo reflejan.
Este es
un programa de políticas formidable. La Embajada en Bogotá
incluye 32 agencias y dependiendo del conteo, es la embajada de Estados
Unidos más grande del mundo. La Embajadora Patterson y sus colegas
son un equipo diplomático de primera clase. Si se me ratifica
como embajador en Colombia, mi principal prioridad administrativa será
mantener una embajada efectiva y eficiente, con atención especial
y continua a la seguridad de la comunidad estadounidense oficial y no-oficial.
Si se me
ratifica como embajador en Colombia, también tengo la intención
de procurar mantener consultas detalladas, francas y frecuentes con
los miembros de esta Comisión y todos los miembros de la rama
legislativa interesados en Colombia. No puedo prometer estar completamente
de acuerdo con todos los matices. Pero me he comprometido a cumplir
con mi obligación, y hacer más todavía, para garantizar
comprensión total, que no haya sorpresas, y un enfoque común
a los desafíos y oportunidades que vemos hoy en Colombia. Espero
tener la oportunidad frecuente de ser anfitrión de ustedes y
su personal en Colombia. Agradezco su atención y su consideración.
Washington,
D.C.
03 de junio de 2003
As of June
26, 2003, this document was also available online at http://usembassy.state.gov/posts/co1/wwwsww02.shtml