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Last Updated:6/26/03
Declaración del designado como Embajador por la Casa Blanca, William B. Wood, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, June 3, 2003

Me honra y me encanta aparecer ante esta Comisión como designado del Presidente para ocupar el cargo de Embajador ante la República de Colombia.

Con el apoyo del Congreso, la Administración se ha embarcado en una ambiciosa agenda de políticas para ayudar el Gobierno de Colombian a enfrentar el terrorismo del narcotráfico y de la subversión; responder a las necesidades humanitarias inmediatas de Colombia; proporcionar más seguridad y mayores oportunidades al pueblo colombiano; y difundir los derechos humanos, la democracia y el imperio de la ley por todo el territorio nacional.

La Administración del Presidente Uribe, con quien muchos miembros de esta Comisión se han reunido, celebrará su primer aniversario en agosto. Él fue elegido por una mayoría de colombianos, basados en su claridad y firmeza; su programa de "Seguridad democrática" encarna ese esfuerzo. La estrechez de nuestro diálogo político con Colombia se demuestra con la aparición esta mañana ante el la Comisión de Drogas del Senado, del vicepresidente Santos de Colombia.

Estados Unidos y Colombia están de acuerdo en que las amenazas del narcotráfico y del terrorismo de la subversión son dos lados de la misma moneda falsa. Cada uno cobra vigor con la violencia, destrucción y desesperanza creadas por el otro. La eliminación en las calles de Estados Unidos de las drogas ilícitas procedentes de Colombia sigue siendo nuestro objetivo principal. Los terroristas de las FARC, el ELN, y los paramilitares son en realidad narcotraficantes tratando de asumir otra identidad.

La decisión crucial de incluir por primera vez en la Ley de Asignaciones Suplementarias de 2002 la posibilidad de utilizar los recursos antinarcóticos para luchar contra las FARC, el ELN y los paramilitares demuestra que el Congreso comparte la decisión de luchar conjuntamente contra los narcotraficantes y los grupos armados al margen de la ley. Si se me ratifica como embajador en Colombia, yo haría todo lo posible por garantizar que ese consenso se traduzca en éxito operacional.

Hemos progresado. Hemos proporcionado entrenamiento a las fuerzas militares y a la policía de Colombia así como equipos (incluyendo costosas pero necesarias aeronaves de ala fija y rotatoria), y coordinación de nuevos esfuerzos de interceptación e inteligencia. Los colombianos están ampliando la cobertura de la presencia estatal por su territorio y enfrentando más agresivamente a los narcotraficantes y a los grupos armados al margen de la ley. La Administración Uribe ha extraditado a más de 44 personas para ser juzgadas en Estados Unidos. Estamos ayudando exitosamente a los colombianos a proteger el oleoducto y otra infraestructura.

Lo más importante: los colombianos están llevando a cabo, con nuestra asistencia, unos extensos programas de erradicación de drogas, de manera segura para los habitantes y el ambiente. El año pasado se redujo en un 15% la cantidad de hectáreas con cultivos de coca, por primera vez en una década. La cantidad de hectáreas con cultivos de amapola disminuyó en un 25%, y se calcula que es la menor desde 1988. Si se me ratifica como embajador en Colombia, me comprometo a dedicarme a la erradicación de toda la producción ilícita de cocaína y heroína en Colombia.

Los narcotraficantes y los grupos armados al margen de la ley están sintiendo la presión y están devolviendo los golpes. Eso quiere decir que no todas las noticias serán buenas, como hemos visto en varios ejemplos trágicos de los últimos meses, incluyendo el asesinato y secuestro de estadounidenses. Hay informes del aumento en los blancos terroristas en áreas urbanas, incluyendo la Embajada de Estados Unidos. Tales demostraciones de barbarie por parte de nuestros oponentes nos deben renovar nuestro sentido de misión. Y debemos estar dispuestos a continuar fortaleciendo la capacidad colombiana con recursos, apoyo político y cooperación bilateral.

Sin optimismo respecto a su futuro, es comprensible que los los colombianos no quieran ponerle el hombro a las cargas del presente. Nosotros estamos ayudando a proporcionarles oportunidades como una alternativa a los pactos con el demonio del narcotráfico y de los grupos armados al margen de la ley. Estados Unidos está ayudando a los dos millones de desplazados a reasentarse pacífica y establemente, a encontrar empleo y capacitación, educación para sus hijos, y servicios de salud. Nuestros programas de desarrollo alternativo han apoyado cultivos lícitos en unas 24.000 hectáreas, incluyendo unas 17.000 hectáreas anteriormente dedicadas a la producción de coca.

La asistencia de Estados Unidos también ha contribuido a 208 proyectos para construcción de carreteras, sistemas de acueducto y alcantarillado, escuelas, y a ejecutar reformas realacionadas con la democracia, el imperio de la ley, y los derechos humanos, valores con los cuales la Administración Uribe está total y activamente comprometida. También estamos ofreciendo asistencia para la reforma judicial, que ayude a superar el legado de impunidad, a proteger a los líderes vulnerables y a sus familias, y a que los colombianos a establezcan gobiernos locales sólidos a través de iniciativas como las casas de justicia. Si se me ratifica como embajador en Colombia, yo apoyaría decididamente los programas que ayuden a Colombia a cumplir con sus necesidades en derechos humanos, servicios básicos humanitarios, desarrollo, y reformas institucionales.

Nos preocupa todavía la colaboración entre elementos de las fuerzas militares colombianas y grupos paramilitares. En el caso de los paramilitares, el enemigo de nuestro enemigo no es nuestro amigo. El panorama de Colombia que esos grupos ofrecen (de anarquía, violencia, narcotráfico, crueldad, falta de respeto por los derechos de los ciudadanos y las responsabilidades de la democracia) es uno al cual nos oponemos. Si se me ratifica como embajador en Colombia, me comprometo a colaborar con el Presidente Uribe para romper todos los vínculos entre el personal militar colombiano y las actividades paramilitares.

En total estamos proporcionando unos $300 millones de los año fiscales 2002 y 2003 en asistencia para el desarrollo económico, social y de los derechos humanos en Colombia. Por su lado, el Presidente Uribe ha manejado con disciplina el presupuesto del gobierno colombiano, y ha logrado acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y otras instituciones financieras internacionales. Él ha obtenido casi un millardo en préstamos comerciales internacionales para Colombia. Los periódicos de hoy informan que la economía colombiana creció un 3,8% en el primer trimestre, y que, como resultado, las tasas de preéstamos internacionales para Colombia disminuyeron un poco. El Representante Comercial Zoellick viajará a Colombia próximamente para tratar la posibilidad de un acuerdo libre comercio bilateral. Si se me ratifica como embajador en Colombia, trabajaré intensamente con el Presidente Uribe para crear un ambiente comercial seguro y confiable, y estimular los flujos comerciales y financieros que lo reflejan.

Este es un programa de políticas formidable. La Embajada en Bogotá incluye 32 agencias y dependiendo del conteo, es la embajada de Estados Unidos más grande del mundo. La Embajadora Patterson y sus colegas son un equipo diplomático de primera clase. Si se me ratifica como embajador en Colombia, mi principal prioridad administrativa será mantener una embajada efectiva y eficiente, con atención especial y continua a la seguridad de la comunidad estadounidense oficial y no-oficial.

Si se me ratifica como embajador en Colombia, también tengo la intención de procurar mantener consultas detalladas, francas y frecuentes con los miembros de esta Comisión y todos los miembros de la rama legislativa interesados en Colombia. No puedo prometer estar completamente de acuerdo con todos los matices. Pero me he comprometido a cumplir con mi obligación, y hacer más todavía, para garantizar comprensión total, que no haya sorpresas, y un enfoque común a los desafíos y oportunidades que vemos hoy en Colombia. Espero tener la oportunidad frecuente de ser anfitrión de ustedes y su personal en Colombia. Agradezco su atención y su consideración.

Washington, D.C.
03 de junio de 2003

As of June 26, 2003, this document was also available online at http://usembassy.state.gov/posts/co1/wwwsww02.shtml
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