Alerta
Frente a las Cifras Gubernamentales Sobre Derechos Humanos en Colombia,
por la Comisión Colombiana de Juristas
ALERTA
FRENTE A LAS CIFRAS GUBERNAMENTALES SOBRE DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA
El Gobierno
Nacional ha dicho que durante los últimos seis meses se ha registrado
una significativa disminución de las violaciones a los derechos humanos
en el país y que durante el último semestre empezó una tendencia
a la baja en la cantidad de homicidios, masacres, asesinatos de sindicalistas,
secuestros, desapariciones forzadas y ataques a poblaciones, entre otros
delitos [1] . Lamentablemente eso no es cierto. Los homicidios
y desapariciones por razones sociopolíticas se mantienen en el mismo
nivel de los últimos tres años, que es escalofriante.
Este documento
se orienta a demostrar que las afirmaciones sobre una tendencia a la
baja son infundadas y que se basan en una tergiversación de la realidad.
En el primer acápite se ilustra cómo las estadísticas sobre violaciones
al derecho a la vida por violencia sociopolítica registradas para el
período julio de 2002 a junio de 2003 son igual de graves a las de los
dos años anteriores que, a su vez, son el doble de graves que hace cinco
años [2] . En el segundo acápite se analiza un ejemplo
que ilustra la forma como se elabora y divulga la información gubernamental
sobre derechos humanos.
1. Siete
mil homicidios políticos y desapariciones en primer año del Gobierno
Uribe: peor que con Pastrana
En el último
año (julio 1 de 2002 a junio 30 de 2003), más de 19 personas en promedio
diario fueron asesinadas, desaparecidas o muertas en combate en razón
de la violencia sociopolítica. Un año antes el promedio había sido superior
a 20; y hace dos años había sido superior a 18. Es decir, el saldo de
víctimas del último año se enmarca dentro del promedio de los últimos
tres años. Ese promedio es casi el doble del que se registró entre 1998
y 1999 (11 personas diariamente) y superior al de 1999-2000 (15 personas
diariamente).
Eso significa
que en el último año, es decir entre el 1 de julio de 2002 y el 30 de
junio de 2003, murieron o desaparecieron por violencia sociopolítica
la misma cantidad de personas que en los dos años anteriores: 6.978,
frente a 7.426 el año pasado y 6.621 el año antepasado
[3] . La diferencia entre el último y el penúltimo no es significativa.
Además de ser una reducción muy leve, contrasta con el aumento frente
al número de víctimas de hace dos años (357 más este año). Es decir,
tanto en el último año, como en el anterior y como en el precedente,
el saldo total de personas muertas y desaparecidas por violencia sociopolítica
ha estado alrededor de 7.000. No ha habido cambios significativos ni
hacia arriba, ni hacia abajo. Las diferencias que se presentan de un
año a otro son normales, y no puede hablarse de tendencia a un cambio
en ningún sentido.
Respecto
de las violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho
humanitario ocurridas por fuera de combate en el último año (julio de
2002 a junio de 2003), en las cuales se conoce el autor genérico, el
69,58% se atribuyó presuntamente a agentes estatales: por perpetración
directa, el 7,71% (152 víctimas); por omisión, tolerancia, aquiescencia
o apoyo a las violaciones cometidas por grupos paramilitares, el 61,87%
(1.220 víctimas). A las guerrillas se les atribuyó la presunta autoría
del 30,43% de los casos, con 600 víctimas
[4] .
En relación
con el período inmediatamente anterior, lo que sí se percibe es una
relativa disminución de los hechos directamente atribuibles a grupos
paramilitares, quienes habían sido presuntamente autores de 1.882 de
las violaciones registradas un año antes, frente a 1.220 este último
año [5] . En contraste con esta reducción, se observa
un aumento de las violaciones perpetradas contra líderes, activistas
sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos, personas tradicionalmente
perseguidas por los grupos paramilitares, en las cuales se desconoce
la presunta autoría de los hechos. Entre julio de 2001 y junio de 2002,
estos casos representaban el 10,55% del total de las violaciones al
derecho a la vida por causas sociopolíticas (467 víctimas), mientras
que para el último año representan el 17,11% del total de las violaciones
registradas (677 víctimas).
Teniendo
en cuenta que el Gobierno está llevando a cabo conversaciones de paz
con los grupos paramilitares, cabe preguntarse si este aumento en el
número de casos atribuidos a un grupo armado sin identificar corresponde
a acciones realizadas por ellos y no reivindicadas, con el fin de dar
la apariencia de haber reducido sus crímenes, pues uno de los compromisos
adquiridos por estos grupos con el Gobierno es abstenerse de cometer
asesinatos contra personas civiles. El propio Gobierno se plantea esta
hipótesis cuando señala que Las cifras (incluidas las atribuibles
a las autodefensas) en ningún momento brindan un panorama sobre las
actuaciones de esta clase de agrupaciones. Se debe tener en cuenta que
en las víctimas atribuidas a desconocidos se pueden concentrar la mayoría
de las que se pueden asociar con autodefensas
[6] . Por lo demás, el compromiso de abstenerse de asesinar
civiles no se ha cumplido, a pesar de la reducción en el número de muertes
y desapariciones atribuidas a grupos paramilitares, a quienes se atribuyó
en todo caso la presunta autoría de 1.220 este último año.
Por otra
parte, resulta muy preocupante el inusitado aumento de los casos de
muertes en combate y en fuego cruzado, hecho que se viene registrando
desde hace dos años. De 1.691 víctimas entre julio de 2000 y junio de
2001, se pasó a 3.000 víctimas entre julio de 2001 y junio de 2002.
Una cifra semejante se produjo el último año, en el que se registraron
3.022 muertes en combate y en fuego cruzado. Esto obedece al aumento
de los casos de personas muertas en combate reportadas por la Fuerza
Pública: 851 hace dos años y 1.955 en el último año.
Frente
a los informes emitidos por la Fuerza Pública se presentan varios problemas.
Algunos de los reportes sobre muertes en combate son inconsistentes
y poco claros, por lo cual a veces resulta dudosa incluso la efectiva
realización de un combate
[7] . En otros casos, la Fuerza Pública ha reportado como combatientes
muertos en combate a personas civiles que realmente habían sido ejecutadas
extrajudicialmente [8] . También ha pretendido encubrir ejecuciones extrajudiciales
de personas civiles, presentándolas en sus reportes como muertes ocurridas
en medio del fuego cruzado por enfrentamientos con grupos guerrilleros
[9] .
En conclusión,
no es cierto que durante el último año se haya presentado una reducción
en el número de violaciones al derecho al vida dentro del contexto de
violencia sociopolítica
[10] . Por el contrario, lamentablemente este se ha mantenido en
el promedio de los tres últimos años y se ha duplicado con respecto
al de hace cinco años. Se presentó dentro del período analizado una
relativa disminución de los hechos atribuibles a los grupos paramilitares.
Sin embargo, en contraste con esa reducción se observó un aumento de
las violaciones contra líderes sociales, sindicales y defensoras y defensores
de los derechos humanos, en las cuales se desconoce la presunta autoría.
Fuentes gubernamentales han señalado que la autoría de muchos de esos
casos podría ser atribuida a grupos paramilitares. Por último, se observó
que ha continuado aumentando el número de casos de muertes en combate
y en fuego cruzado, hecho que se viene registrando desde hace dos años,
lo cual obedece al incremento de casos de personas muertas en combate
reportadas por la Fuerza Pública, sobre cuya veracidad hay serias razones
para dudar [11] .
2. Propaganda
oficial y tergiversación de la situación de derechos humanos
En marzo
de 2003, la Vicepresidencia de la República presentó el informe Indicadores
sobre la situación de los derechos humanos con énfasis en los últimos
seis meses [12] .
A partir de ese informe, el Centro Nacional de Noticias del Estado,
perteneciente a la Presidencia de la República, emitió un comunicado
de prensa titulado Significativa reducción en Colombia de violaciones
a los derechos humanos [13] . Un análisis somero del
documento permite ver que hay un contraste notorio con el mensaje transmitido
en el comunicado. Sin embargo, ese mensaje es el que luego se difunde
a través de los medios de comunicación. Este episodio es ilustrativo
de una de las formas como se tergiversa actualmente la realidad sobre
la situación de derechos humanos en Colombia.
El documento
de la Vicepresidencia tiene muchas inconsistencias. Una de ellas es
la confusión que genera con respecto a la actualidad de los datos estadísticos
en él suministrados. El título de dicho informe indica que este tiene
un énfasis en los últimos seis meses. Es decir
que, si el informe fue publicado en el mes de marzo de 2003, la información
en él contenida debería estar actualizada a dicho mes. Sin embargo,
el documento contiene datos que van en su mayoría solo hasta el mes
de diciembre de 2002 y en algunos items hasta enero de 2003. Por lo
tanto, no resulta adecuado que el comunicado indique una mejoría de
la situación de derechos humanos en un período que el informe realmente
no cubre.
De otra
parte, el informe de la Vicepresidencia habla de tendencias a la baja
a partir de pequeñas oscilaciones en los datos estadísticos entre un
mes y otro, dentro de un mismo año (el 2002). Esto revela una notoria
falta de rigor. No es correcto afirmar que un pequeño cambio en el comportamiento
de las cifras en un período de cuatro meses signifique una tendencia.
Pero, aparte
de lo anterior, el informe describe un agravamiento en la situación
de derechos humanos, que no es mencionado en el comunicado, el cual
se concentra en potenciar la idea de que hay una tendencia al mejoramiento
de la situación. El documento de la Vicepresidencia dice que la degradación
del conflicto amenaza la vigencia de los derechos humanos en Colombia
y que las acciones contra los ciudadanos indefensos marcan
el acontecer de la disputa por el territorio. Señala también
que cada vez más y como recurso estratégico, los grupos armados
al margen de la ley utilizan el terror en sus acciones contra la población
civil, por medio de homicidios selectivos, masacres, secuestros y desapariciones
forzadas, los cuales se ejercen de manera indiscriminada.
Los términos
degradación y cada vez más, usados
por la Vicepresidencia en la introducción de su documento no indican
que haya una mejoría en la situación de derechos humanos. Sin embargo,
inexplicablemente, el comunicado de prensa plantea una significativa
reducción en Colombia de las violaciones a los derechos humanos.
Para lograr que los destinatarios de la información puedan sacar
tal conclusión, dado que el informe no la saca, para el comunicado se
adaptó la información de la Vicepresidencia, cambiando algunas de sus
afirmaciones y ocultando o dejando de nombrar todos aquellos datos que
no eran funcionales para sustentar su planteamiento.
El comunicado
señala, por ejemplo, que durante el año 2002 se registraron las cifras
de homicidios más bajas en los últimos cinco años. Lo que en realidad
dice la Vicepresidencia es que la tasa de homicidios bajó durante los
últimos meses de 2002, pero que el año 2002 mostró la tasa de homicidios
más elevada desde 1997, manteniéndose un incremento permanente
en los últimos cinco años al pasar de 56,6 por cada cien mil habitantes
en 1998, a 58,6 en 1999, a 62,7 en 2000, a 64,6 en 2001 y a 65,6 en
2002.
Mientras
el comunicado señala que en los asesinatos selectivos se presentó una
tendencia a la baja, el informe de la Vicepresidencia
indica que es muy factible que estos hayan aumentado.
La Vicepresidencia señala que hubo municipios en los cuales el aumento
fue significativo, indicando, por ejemplo, que en la ciudad de Cúcuta
(Norte de Santander) en el año 2002 hubo 405 homicidios más que en el
2001; en Valledupar (Cesar) hubo un incremento de 133 homicidios y en
la ciudad de Medellín se incrementó en 133 homicidios selectivos.
La Vicepresidencia señala también que los homicidios selectivos
se incrementaron en Manizales, en Cartagena y en Barranquilla.
Aquellos
aspectos sobre los cuales el documento de la Vicepresidencia señala
que hubo un deterioro significativo de la situación no son mencionados
en el comunicado, entre ellos los siguientes:
El documento
de la Vicepresidencia indica que en el año 2002 se desplazaron
269.693 personas que significan alrededor de 61.406 hogares; 31,8% más
que en el 2001 (183.748) y 53,7% más que en el 2000 (124.695).
Dice la Vicepresidencia que Respecto a la distribución geográfica
del desplazamiento forzado, en 2002, 890 municipios fueron afectados,
es decir, más que en 2001 y 410 más que en 2000. Estas cifras indican
que no solo el número de desplazados aumenta sino que también es mayor
el conjunto de poblaciones afectadas, doblando lo que se presentó en
el año 2000.
El documento
plantea que los desplazamientos se generaron la mayoría de las veces
por amenazas y acciones directas contra la población civil y otras veces
por enfrentamientos entre subversivos y paramilitares.
Sobre la situación de los dos primeros meses del año 2003, la Vicepresidencia
dice: En los dos primeros meses del año 2003, esta dinámica
se ha seguido presentando como una constante, incrementándose cada vez
más, no sólo como una consecuencia de las acciones de los grupos armados
sino también como una estrategia directa hacia la población civil.
El documento
de la Vicepresidencia muestra un incremento en las violaciones a los
derechos humanos de algunos sectores de la población. Indica, por ejemplo,
que La situación de derechos humanos de los Concejales se deterioró
significativamente durante el 2002. (...) este año se disparó el número
de Concejales asesinados en el país. Afirma también que los
ataques a los miembros de la Iglesia Católica aumentaron de una manera
alarmante y destaca que durante 2002 el aumento ha sido de
más del 100%.
Es evidente
que el Gobierno en el comunicado de prensa sólo mostró lo que le interesó
mostrar, evitando presentar públicamente aquellos aspectos que el informe
de la Vicepresidencia, a pesar de sus grandes debilidades, deja entrever.
Consecuencia de esto es que la información sobre el tema divulgada por
los medios de comunicación nacionales reproduce casi textualmente el
comunicado y excluye la mención de aquellos aspectos no convenientes
para el propósito gubernamental, contenidos en el informe de la Vicepresidencia
[14] .
La información
presentada por el Gobierno contrasta además con las múltiples preocupaciones
expresadas por la Defensoría del Pueblo sobre la situación de derechos
humanos en el país. Por ejemplo, durante el mes de mayo de 2003, la
Defensoría del Pueblo presentó un informe sobre la situación en el departamento
de Arauca. Dicho informe evalúa los efectos de la declaratoria de varios
municipios de este departamento como zonas de rehabilitación y consolidación,
y concluye que la estrategia de seguridad del Gobierno no muestra
resultados alentadores, especialmente en Arauca, ya que se continúa
en una escalada de violencia, en donde las muertes selectivas y otras
actividades vulneratorias de los derechos humanos y el derecho humanitario
muestran un sostenido aumento. Esta situación ha traído como consecuencia
la zozobra de la población civil [15] .
Sería muy
importante que el Gobierno conociera y divulgara la real situación de
derechos humanos en el país. Para ello podría recurrir, entre otras
fuentes, a la información suministrada por la Defensoría del Pueblo,
dado que esta es la entidad estatal a la cual la Constitución ha encomendado
velar por el respeto de los derechos humanos. El acatamiento de sus
recomendaciones y de las instancias internacionales de protección de
los derechos humanos seguramente contribuiría a que algún día fuera
verdad la significativa reducción de violaciones a los derechos
humanos.
Conclusiones
y recomendaciones
1.
Las estadísticas presentadas en este informe indican que durante el
último año ( julio de 2002 a junio de 2003) se mantiene la tendencia
a la degradación de la situación de derechos humanos y del derecho humanitario
en Colombia a lo largo de los últimos cinco años.
2.
El Gobierno ha tergiversado la información emitida por las mismas dependencias
estatales. Esto puede conducir a la comunidad nacional e internacional
a creer equivocadamente que la política de seguridad democrática
ha dado resultados satisfactorios en materia de derechos humanos.
3.
Para remover de la realidad colombiana las violaciones a los derechos
humanos es indispensable partir de un reconocimiento, por parte
del Gobierno, de la comunidad internacional y de la sociedad
en general, de la gravedad de la situación y de cuáles son sus
causas.
4.
Resulta muy importante que la comunidad internacional, especialmente
las instancias de protección de los derechos humanos, verifiquen la
situación de derechos humanos en el país, utilizando para ello, entre
otros mecanismos, visitas in loco, y que la Unión Europea y otros países
amigos de Colombia desarrollen actividades de cooperación en ese sentido.
Bogotá,
julio 4 de 2003
[1] Significativa reducción de violaciones a los derechos
humanos, Sistema de Información de la Defensa Nacional, 17 de
marzo de 2003, en www.mindefensa.gov.co/derechos_humanos/documentos/20030317
[2] Por violencia sociopolítica entendemos hechos que configuran
atentados contra la vida, la integridad física y la libertad personal
producidos por abuso de autoridad de agentes del Estado, los originados
en motivaciones políticas, los derivados de la discriminación hacia
personas socialmente marginadas, o los causados por el conflicto armado
interno. El presente documento analiza exclusivamente los datos sobre
violencia sociopolítica, sobre los cuales la Comisión Colombiana de
Juristas dispone de información creíble. Sin embargo, como se verá más
adelante, este análisis permite extraer conclusiones también sobre la
posible evolución de la violencia común y del total de homicidios en
el país durante el último año.
[3] Ver cuadro 2 col.8, filas A a G.
[4] Ver cuadro 1 col. 4, filas A
a C.
[5] Ver cuadro 3 col. 2, filas F y G.
[6] Indicadores sobre la situación de los derechos humanos con
énfasis en los últimos seis meses, Observatorio de Derechos Humanos
de la Vicepresidencia de la República, marzo de 2003, en www.derechoshumanos.gov.co
[7] Ver anexo, caso 1, bombardeos
de la Fuerza Aérea.
[8] Ver anexo, caso 2, ejecución extrajudicial de los jóvenes indígenas
Evelio Sanapi Sintua y Fernando Antibia, Tadó (Chocó).
[9] Ver anexo, casos 3 y 4, ejecución extrajudicial
de la niña Mileidy Dayana David Tuberquía y de la señora Julia Rodríguez
de Reyes.
[10] Teniendo en cuenta que no hay reducción en los niveles de
violaciones al derecho a la vida por razones sociopolíticas, no es creible
que pueda haberse presentado tampoco una reducción en el número total
de homicidos en el país.
[11] El presente documento no analiza el secuestro ni los ataques
a poblaciones, por falta de información suficiente en el momento. Sin
embargo, las conclusiones de este estudio sobre homicidios y desapariciones
por razones sociopolíticas en el último año muestran que no hay un cambio
significativo en el comportamiento de las guerrillas en materia de homicidios,
por lo cual no es muy probable que los grupos guerrilleros, a los que
en los últimos años se atribuye aproximadamente el 55% de los secuestros,
hayan disminuido esa práctica. Puede que sí la hayan reducido (aunque
no suprimido) los grupos paramilitares, interesados en preservar el
proceso de conversaciones de paz iniciado con el Gobierno. A ellos se
atribuía en promedio, aproximadamente, el 10% de los secuestros. El
35% restante ha sido atribuido en años anteriores a la delincuencia
común. En cuanto a los ataques a poblaciones, si bien pueden haber disminuido,
es posible que en parte se deba a la relativa disminución de masacres
por grupos paramilitares. Sería prudente, en todo caso, no concluir
apresuradamente que ello se deba a una neutralización de las guerrillas.
[12] Ver en: www.derechoshumanos.gov.co
[13] Ver en: www.mindefensa.gov.co
[14] Ver al respecto: Bajan violaciones a los derechos humanos,
Revista Cambio, Bogotá, 17 de marzo de 2003, www.revistacambio.com.co; Colombia redujo
sus violaciones a derechos humanos, según Vicepresidencia, periódico
El Espectador, Bogotá, 18 de marzo de 2003, www.elespectador.com;
y Disminuyen las violaciones a los derechos humanos, dice el Gobierno,
periódico El Colombiano, Medellín, 17 de marzo de 2003,
pág. 12 A.
[15] Defensoría del Pueblo, Informe de derechos humanos, sobre
la zona de rehabilitación y consolidación en el departamento de Arauca,
Bogotá, mimeo, pág. 7.