"En
boca cerrada no entran moscas," por Eduardo Pizarro Leongómez,
El Tiempo (Colombia), 14 de septiembre del 2003
En boca
cerrada no entran moscas (Septiembre 14 de 2003)
El verdadero
debate debería ser si los informes de las ONG de derechos humanos
son serios, ponderados y rigurosos.
El presidente
Álvaro Uribe Vélez cometió, sin duda, un grave
error al responder en términos altisonantes y desmedidos al informe
de las ochenta ONG titulado 'El embrujo autoritario. Primer año
de gobierno de Alvaro Uribe Vélez'. Un error, al menos en tres
planos: en primer término, el Presidente no debe responder a
todos y cada uno de los cuestionamientos de su gestión. Se desgasta
sin sentido en polémicas innecesarias. A este Informe, a lo sumo,
debía responder el Consejero de Paz, Luis Carlos Restrepo. Ni
siquiera la Ministra de Defensa.
En segundo
término, el tono empleado genera la impresión de un gobierno
intolerante con la opinión ajena, lo cual no le conviene a un
Gobierno que ha insistido hasta la saciedad en su carácter democrático
y pluralista. En tercer término, le genera un ambiente internacional
hostil, pues, como se ha observado esta semana, su intervención
ha generado múltiples reacciones negativas en la comunidad internacional.
Esta es
una de las caras de la moneda. La otra cara, es el propio informe presentado
por las ONG. Las preguntas son simples: ¿Están asumiendo
estas frente al país una actitud responsable? ¿O están,
por el contrario, actuando de manera insensata, contribuyendo a la deslegitimación
total de las instituciones democráticas y a la polarización
ideológica y política?
El debate
no es si unas u otras ONG están infiltradas por los grupos armados
de izquierda o derecha, o si por identidad ideológica terminan
sirviendo de caja de resonancia de los actores armados. Plantear la
discusión en estos términos termina siendo un sendero
propicio para el abismo: en un país asediado por grupos extremistas,
este tipo de discurso puede terminar alimentando la violencia. Sólo
las autoridades judiciales deben entrar a dirimir si una organización
tiene vínculos orgánicos con grupos armados ilegales,
ya sean de extrema izquierda o extrema derecha. En las condiciones de
Colombia, jamás el poder Ejecutivo.
Por ello,
el verdadero debate debería ser si los informes de las ONG de
derechos humanos son serios, ponderados y rigurosos.
En Colombia
se están configurando dos grandes corrientes en el campo de las
ONG con alto protagonismo público: de una parte, las ONG comprometidas
con el tema de la paz y la salida negociada al conflicto, quienes han
asumido una posición moderada, responsable, equilibrada. De otra
parte, las ONG de derechos humanos que han asumido un discurso radical,
condenatorio del Estado, de denuncia y de confrontación. Una
lectura cuidadosa del Informe 'El embrujo autoritario', deja un mal
sabor en la boca.
Colombia
no soporta más estas actitudes. Como todos sabemos, el conflicto
armado que sufre nuestro país es uno de los cuatro más
antiguos del mundo. Si tomamos como fecha de iniciación del conflicto
armado contemporáneo, el nacimiento de las denominadas "guerrillas
de primera generación", es decir, entre 1964 y 1967 (Farc,
Eln y Epl), solamente tres conflictos: la disputa por la región
del Casimir entre la India y Pakistán (1946), el conflicto entre
Israel y Palestina (1949) y la guerra de secesión territorial
de la región de Shan en Burma (1960), superan en duración
al conflicto colombiano. Tras cuatro dolorosas décadas, es la
hora de acabar con esta carnicería estéril.
Sin duda,
Álvaro Uribe Vélez se equivocó y debería
en una futura intervención pública cambiar el tono de
sus señalamientos hacia el mundo de las ONG. Pero, a su turno,
las ONG -en particular, aquellas orientadas hacia los DD.HH.- deben
llevar a cabo una honda reflexión interna: el infierno está
lleno de hombres de buena voluntad. Lo bueno que hacen con una mano
(proteger los derechos humanos), lo borran con la otra (discursos radicales,
polarizadores, manipuladores).
Las ONG
deben ser responsables en el uso de la palabra, responsables en el uso
de las estadísticas, responsables en el uso de los adjetivos;
en una palabra, responsables con Colombia.
* Profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales
de la Universidad Nacional de Colombia.
As of September
17, 2003, this document was also available online at http://eltiempo.terra.com.co/opinion/colopi_new/eduardopizarroleongomez/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-1253283.html