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Updated:8/6/04
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Response from
Colombian President Álvaro Uribe to letter from 23 U.S. Senators,
August 3, 2004
Bogotá, D.C., Agosto 3 de 2004 Honorable
Senador Distinguido Senador: Con gran atención leí su carta del pasado 27 de julio, que contiene importantes consideraciones acerca de los DDHH y DIH en Colombia. En nuestra Patria, tan afectada por la violencia y el terrorismo, valoramos el interés de gobiernos, dirigentes y organizaciones de países amigos por los derechos, la seguridad y la justicia en Colombia. Su mensaje es positivo para la esperanza colectiva de los colombianos. La transformación de la realidad colombiana tiene como requisito el concurso de la comunidad internacional. Compartimos plenamente los ideales de libertad, democracia, solidaridad, respeto por las leyes, tolerancia con la diferencia, espíritu emprendedor y convivencia pacífica que usted expresa. Ese es precisamente el fundamento de la política de Seguridad Democrática a través de la cual mi Gobierno defiende y protege a la población de los constantes y crueles ataques del terrorismo. Nos estimula el reconocimiento que expresa en su carta sobre el particular. La reducción del homicidio, del desplazamiento forzado, de las masacres, del asesinato de sindicalistas, del secuestro y los ataques indiscriminados, entre otros, demuestra un mejoramiento de la situación de derechos humanos. Sin embargo, nuestro país padece con intensidad y acritud el terrorismo, financiado por el narcotráfico. Aun falta mucho por hacer. Los resultados logrados hasta ahora han sido posibles en buena parte gracias a la cooperación del gobierno norteamericano y en virtud del apoyo del Congreso de los Estados Unidos. Fue precisamente en el Gobierno del presidente Bill Clinton cuando comenzó el Plan Colombia. Apreciamos y agradecemos esta ayuda y esperamos seguir contando con su solidaridad para consolidar los resultados de esta política. Cada día recibimos más apoyo y comprensión de los Estados Unidos y de la comunidad internacional en temas fundamentales como exigir a los terroristas la liberación incondicional de los secuestrados, el cese de hostilidades y de las agresiones y atropellos contra la población, así como un diálogo sincero que el Gobierno está dispuesto a emprender con seriedad y generosidad. Quiero reiterarle con toda claridad que mi administración valora altamente la tarea que adelantan en bien de nuestro país los individuos y organizaciones que promueven y defienden los DDHH. Ellos cuentan con todas las garantías por parte del Estado para realizar su labor, sean amigos o contradictores del Gobierno. Valoramos y respetamos su trabajo pero, como corresponde a un gobierno democrático y pluralista, nos reservamos el derecho de disentir cuando sus informes son inexactos o no se basan en hechos ciertos. En relación con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quiero destacar que extendimos por cuatro años la presencia de un delegado de esa oficina en nuestro país. Desde el inicio del Gobierno, el delegado mantiene un diálogo permanente y sin restricciones a través de la Vicepresidencia de la República -ente rector de la política de DDHH y DIH-, respecto de las recomendaciones. Con la participación de los Embajadores de Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, España, Suecia, Suiza y Países Bajos se les hace permanente seguimiento. Sobre el particular encuentro pertinente comentarle:
Agradezco
una vez más su interés por Colombia. Lo invito a mantener
y profundizar su interlocución con nosotros acerca de éstos
y otros temas y a visitar nuestro país para que pueda tener una
visión directa de las realidades, avances y desafíos de
nuestra democracia. As of August 6, 2005, this document was also available online at http://www.presidencia.gov.co/sne/2004/agosto/05/10052004.htm |
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