"Declaration
of Lago Agrio," signed by organizations meeting near the Colombian-Ecuadorian
border, April 19, 2001
Las organizaciones
sociales, de derechos humanos, gremiales, eclesiásticas Organismos
Internacionales y Organizaciones No Gubernamentales de Bolivia, Brasil,
Colombia, Ecuador, España, Francia, Guatemala, México, Panamá,
Perú, Puerto Rico, Reino Unido, Suecia y Venezuela, asistentes
al Encuentro Internacional "IMPACTO DE LA MILITARIZACION EN LAS ZONAS
FRONTERA" realizado en Lago Agrio entre el 16 y 19 de abril del 2001
CONSIDERANDO:
1. Que la aplicación
del Plan Colombia y la Iniciativa Andina, y su consecuente militarización
de las zonas de frontera responden a intereses geopolíticos y económicos
de los Estados Unidos y otros Estados dirigidas al control de zonas y
recursos estratégicos, con la implementación de la militarización
en Colombia, Panamá y de bases militares en Manta (Ecuador), Aruba
y Curacao, Comalapa (El Salvador), Liberia (Costa Rica), Vieques (Puerto
Rico), Nanai en Loreto y en el Alto Huallaga (Perú) entre otras,
así como el uso de estrategias y tecnologías de guerra;
que además este Plan, ratificado por la mayoría de Estados
contraviene el espíritu del Convenio 169 de la OIT que establece
la libre determinación y respeto a los pueblos indígenas;
2. Que existe una
relación entre el modelo económico que pretende extender
los Acuerdos de Libre Comercio de las Américas para imponer la
política favorable al capital mundial en la región y la
implementación del Plan Colombia y la Iniciativa andina, como expresión
militar del proyecto económico;
3. que las políticas
de los Gobiernos en las zonas de frontera se han caracterizado por un
aprovechamiento irracional de los recursos naturales, generando efectos
negativos de carácter ambiental, social, cultural y económico
en las poblaciones fronterizas, dentro de las que están incluidas
comunidades indígenas y afro-descendientes;
4. que para solucionar
los conflictos sociales y económicos de las zonas fronterizas por
parte de los Estados regionales se ha utilizado la militarización
y la fuerza, con mecanismos represivos de control social, a través
de prácticas de sometimiento, temor y obediencia ciega;
5. que otra consecuencia
de esta militarización es el incremento en las inversiones y el
comercio legal e ilegal de armamentos, del que se benefician únicamente
los Estados, compañías y agentes productores y comercializadores
de armas.
6. que el recrudecimiento
del conflicto armado en Colombia ha significado: el reclutamiento forzado
de indígenas y afro-descendientes; la exacerbación de prejuicios
raciales, xenófobos y otras formas de intolerancia, incompatibles
con la construcción de una cultura de paz y respeto a la diversidad.
Además, las partes en contienda han involucrado a niños
y niñas como estrategia de guerra que vulnera la autonomía
de las comunidades y los derechos de los niños y niñas;
7. que la militarización,
en lugar de proporcionar seguridad a la población civil, genera
graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario, produce secuestros,
masacres, ejecuciones extrajudiciales y obliga a los desplazamientos forzados
y al exilio;
8. que la hoja de
coca no es una sustancia estupefaciente, por lo tanto es lícita,
su uso tradicional ha significado un pilar fundamental en el desarrollo
de las culturas indígenas ancestrales de América; por otra
parte, la cocaína sí es un producto ilícito, elaborado
en su mayoría con componentes químicos provenientes de los
países del Norte;
9. que el narcotráfico
es un fenómeno de carácter global que incluye producción,
procesamiento, comercio, consumo de drogas y enriquecimiento de sectores
financieros transnacionales, y que sin embargo la política antinarcóticos
no se ha dirigido a los eslabones de producción y comercio, sino
a fumigaciones de cultivos en los países productores y, por lo
tanto, se ataca el eslabón más débil de esta cadena,
sin afectar a quienes obtienen y acumulan la mayor rentabilidad en el
negocio.
10. que la fumigación
masiva de coca y amapola, que se viene ejecutando en el marco del Plan
Colombia no es la solución al narcotráfico; esa acción
indiscriminada constituye un atentado contra la salud de las poblaciones
y pone en serio peligro el equilibrio ambiental de las comunidades y territorio
andino y amazónico;
11. que el Estado
colombiano ha incumplido reiteradamente las recomendaciones internacionales
para desmantelar, procesar y sancionar a los grupos paramilitares;
12. que al constatar
que en el mundo se levantan voces que demandan solución al conflicto
social y armado en Colombia, a través del diálogo, y contra
la estrategia militarista que constituye una amenaza para la paz de la
región;
13. que en la resolución
del conflicto deben participar activamente las autoridades, organizaciones
y pueblos indígenas, afro-descendientes y demás poblaciones
de zonas de frontera,
RESUELVEN
1. Reafirmar el decidido rechazo al Plan Colombia y a la Iniciativa Andina
que él significa, frente a los cuales las organizaciones participantes
nos levantamos para mantener la vigilancia ciudadana y la denuncia de
esta grave intervención por parte del gobierno de los Estados Unidos
en los asuntos internos y la paz de nuestra región.
2. Mantener la defensa
de los recursos naturales y estratégicos, puesto que en ellos descansa
la posibilidad de construcción del proyecto histórico de
las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendientes en la
América Latina. En consecuencia, los Estados deberán promover
y acelerar los procesos de legalización y entrega de territorios
y tierras a las comunidades étnicas y campesinas de la región.
3. Reiterar la obligación
de los Estados latinoamericanos de proteger, promover y garantizar los
derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos y en consecuencia,
atender efectivamente las recomendaciones de los organismos internacionales.
4. Apoyar la solución
política negociada de los conflictos y el diálogo como mecanismo
para abordar las causas estructurales que los originan.
5. Plantear que las
comunidades indígenas, afro-descendientes y los pueblos fronterizos
tienen el más firme compromiso con el desarrollo integral y sostenible
de la región, frente a los cuales los Estados, junto con la cooperación
internacional, deben establecer políticas sociales tendientes a
elevar el nivel de vida de la población, con pleno respeto por
la cosmovisión de los pueblos indígenas y afro-descendientes.
6. Llamar a los Estados
de América Latina a implementar leyes para refugiados que estén
acordes con los instrumentos internacionales en la materia y representen
en la práctica la protección de las personas solicitantes
de asilo y desplazadas internas en el contexto del conflicto armado interno.
7. Demandar la inmediata
suspensión de la erradicación forzada de cultivos de coca
y buscar la desmilitarización de los territorios de los pueblos
que utilizan la coca como planta sagrada.
8. Solicitar a los
Gobiernos de Ecuador, Aruba, Curacao, El Salvador, Costa Rica, Perú
y Puerto Rico el desmantelamiento de las bases militares norteamericanas
y propiciar jornadas de movilización ciudadana y desobediencia
civil en todos estos lugares, en rechazo a su presencia. Solicitar igualmente
a los Estados latinoamericanos que eviten la militarización de
las fronteras como política oficial para mantener el control.
9. Hacer un llamado
de urgencia a los Estados latinoamericanos para que ratifiquen los instrumentos
internacionales de protección de los derechos humanos, entre ellos,
el Estatuto de Roma que da lugar a la Corte Penal Internacional y la Convención
Internacional para la protección de los Derechos de los Trabajadores
Migratorios y sus Familias.
10. Exhortar a los
Parlamentos Andino, Latinoamericano, Amazónico e Indígena
a coadyuvar en la búsqueda de soluciones alternativas al conflicto
social y armado colombiano, la promoción y la defensa de los derechos
humanos y la paz en la región.
11. Expresar su solidaridad
y apoyo a las iniciativas de las comunidades, que en medio del conflicto,
han optado por una cultura de la no-violencia y tratan de sacar adelante
sus proyectos de vida y esperanza.
12. Exigir a los
Estados Unidos indemnización por los efectos nocivos del Plan Colombia
en orden al impacto al ecosistema y de orden social de Colombia y los
países vecinos, en especial Ecuador.
13. Instar a los
gobiernos de América Latina a que incorporen las demandas y derechos
de las comunidades y pueblos indígenas y afro-descendientes dentro
de la Declaración y Plan de Acción de la próxima
Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación
Racial, la Xenofobia y todas las formas de Intolerancia Relacionadas,
a celebrarse en Sudáfrica en el segundo semestre del 2001.
14. El Seminario
Internacional reafirma su fe en la solidaridad entre los pueblos y por
ende su compromiso en la defensa de los derechos de las comunidades indígenas,
afro-descendientes y fronterizas binacionales.
Dado en la ciudad
de Nueva Loja (Lago Agrio), Sucumbios, Ecuador, a los 19 días del
mes de abril del 2001.