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Last Updated:4/27/06

La Cultivación de coca en Colombia, 2005 (27 de abril de 2006)


CIP - Programa de Colombia
Abril 27, 2006

La Cultivación de coca en Colombia, 2005

A las 5:00 de la tarde del Viernes Santo, el gobierno de los Estados Unidos anunció que en Colombia el año pasado, la cultivación de coca totalizó 144.000 hectáreas, el nivel más alto desde el 2002[1]. Mientras esto parece ser un incremento de 30.000 hectáreas sobre la coca colombiana medida en el 2004 (114.000 hectáreas), la oficina de prensa del Zar antinarcóticos de la Casa Blanca advierte que mucho del incremento se debe a nuevos descubrimientos de coca en unas áreas que los satélites de Estados Unidos no estaban monitoreando anteriormente.

Es decepcionante y penoso que el gobierno de los Estados Unidos esté obligado a reportar un resultado tan pobre, después de seis años y $4,7 mil millones de dólares invertidos desde que el Congreso estadounidense aprobó el primer aporte al “Plan Colombia”. La estrategia escogida, la cual se basa principalmente en fumigaciones aéreas de herbicidas sobre zonas empobrecidas y sin gobierno, ha fallado de forma espectacular. Esto puede ser medido no solo en las hectáreas de coca, sino también en el precio y la disponibilidad de la cocaína en las calles de América.

Sin considerar la razón por el gran número de cultivos detectados en el 2005, los siguientes puntos son indiscutibles.

1. Según un reporte de la Casa Blanca publicado en octubre del 2000, “La meta del Plan Colombia del Presidente Pastrana (octubre 1999) es de reducir la cultivación, procesamiento, y distribución de drogas en un 50% dentro de seis años”[2]. Las cifras de la cultivación de coca del 2005 reportadas el viernes demuestran que Plan Colombia no ha logrado su meta. Ni siquiera se ha aproximado.

La cifra de 144.000 hectáreas en el 2005 sobrepasa la cantidad que el gobierno de los Estados Unidos midió en 1999, el año antes de que el Plan Colombia comenzara (122.500 hectáreas), y 2000, el primer año del Plan (136.200 hectáreas).

Aun si aceptamos el argumento del gobierno estadounidense que las cifras elevadas se deben al descubrimiento de cultivos en áreas nuevas, es imposible decir que Plan Colombia ha logrado una reducción del 50% en la cultivación de coca en los últimos seis años. No puede ser convenientemente dicho que mejores medidas hubieran mostrado que la cultivación de coca era del doble – 288,000 hectáreas – en 1999 y en el 2000.

Cultivos de Coca en los Países Andinos, según los informes del Departamento de Estado del gobierno estadounidense

 

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

Colombia

79.500

101.800

122.500

136.200

169.800

144.400

113.850

114.000

Peru

68.800

51.000

38.700

34.100

34.000

36.600

31.150

27.500

Bolivia

45.800

38.000

21.800

14.600

19.900

21.600

23.200

24.600

Total

194.100

190.800

183.000

184.900

223.700

202.000

168.200

166.100

 

 

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

Colombia

34.000

42.400

40.100

37.500

37.100

39.700

44.700

50.900

Peru

115.530

121.685

121.300

120.800

129.100

108.800

108.600

115.300

Bolivia

48.925

52.900

50.300

47.900

45.500

47.200

48.100

48.600

Total

198.455

216.985

211.700

206.200

211.700

195.700

201.400

214.800

 

2. La cifra de 144.000 hectáreas en el 2005 representa la cifra de coca más alta que ha mostrado Colombia desde el 2002, cuando el gobierno de Estados Unidos reportó 144.400 hectáreas. Ese fue el segundo año más alto en la historia.

Colombia o ha retornado a este nivel de cultivación, o las “reducciones” reportadas en el 2002 y en el 2003 fueron falsas debido a cálculos irregulares. Si las reducciones fueron falsas, entonces los oficiales estadounidenses, por equivocación, durante varios años habían hecho reclamos falsos y engañosos sobre el éxito de las fumigaciones aéreas en Colombia. Tres de muchos ejemplos siguen:

  • El testimonio de Roberto Charles, Secretario Adjunto de Estado para Narcóticos Internacionales, el 29 de octubre del 2003: “Una de las metas del Plan Colombia era reducir la cultivación de coca en un 50% para el 2005. El apoyo del Presidente Uribe para continuar con la fumigación y el profesionalismo y eficacia por parte del Departamento de Estado nos han puesto más allá de la meta.”[3]
  • El 27 de febrero del 2003 en una rueda de prensa con respecto a la reducción de coca del 2002 la oficina del Zar Antidrogas dijo: “Estas cifras capturan el mejoramiento dramático atribuido a las actividades para controlar la producción de coca que comenzó en agosto con la inauguración de Presidente Uribe. … ‘Nuestros esfuerzos antidrogas en Colombia se están viendo, y nosotros creemos que esto representa un punto de giro,’ dijo John Walters, Director de National Drug Control Policy.”[4]
  • El testimonio de Adolfo Franco, asistente del administrador de USAID para Latinoamérica, el 11 de mayo del 2005: “La reducción de los cultivos de coca en la región ha sido muy significativa en Colombia. La erradicación aérea ha reducido impresionantemente la capacidad de producción regional y ha hecho que la presión de los traficantes incremente ya que tienen que lidiar con la presión de los costos para resembrar y la reconstrucción de cultivos. … Como el Plan Colombia ya llega a su final, los éxitos son contables y es buena razón para redoblar los esfuerzos en los programas que le han causado daño a los traficantes.”[5]

3. Los estimados del gobierno estadounidense para los tres principales países andinos productores de coca - Colombia, Bolivia, y Perú - muestran que 208.500 hectáreas de coca existieron en la región andina el año pasado. Este es el estimado más alto desde el 2001. Es el sexto estimado más alto en los 18 años desde 1988.

4. El 2005 fue el primer año desde 1995 en que las cifras de Estados Unidos mostraron un incremento simultáneo de la coca en los tres países andinos.

5. Las “siembras intentadas” de coca en Colombia – el término refiere a la coca erradicada más la coca no erradicada - han aumentado vertiginosamente de 183.500 hectáreas en el 2000 a 315.400 hectáreas en el 2005. Esto es un incremento de 72% en cinco años. Es decir, como respuesta a las fumigaciones, los cultivadores talaron bosques para sembrar coca en 72% más territorio el año pasado que en el 2000, incluyendo los parques naturales. Esto – aun más que los efectos del glifosato - es el verdadero desastre medioambiental causado por la fumigación.

Al nivel de la región andina en su totalidad, las “siembras intentadas” incrementaron en un 62%, de 246.124 hectáreas en el 2000 a 398.100 hectáreas en el 2005.

 

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Coca Colombia no erradicada

57.200

79.500

101.800

122.500

136.200

169.800

144.400

113.850

114.000

144.000

Erradicación Colombia

5.600

19.000

31.123*

43.246

47.371

84.251

122.695

132.817

136.555

171.400

Coca Perú no erradicada

94.400

68.800

51.000

38.700

34.100

34.000

36.000

31.150

27.500

38.000

Erradicación Perú

1.259

3.462

7.825

13.800

6.200

3.900

7.000

11.313

10.339

12.200

Coca Bolivia no erradicada

48.100

45.800

38.000

21.800

14.600

19.900

24.400

28.450

24.600

26.500

Erradicación Bolivia

7.512

7.026

11.621

16.999

7.653

9.435

11.839

10.000

8.437

6.000

Total

214.071

223.588

241.369

257.045

246.124

321.286

346.334

327.580

321.431

398.100

*1998 datos poco fidedignos, la cifra es el promedio de 1997 y 1999, para entonces mantener la continuidad del gráfico.

6.
Una docena de años de fumigación aérea en Colombia ha demostrado claramente una cosa: fumigar a gente que no tiene otras alternativas económicas solo es efectivo para reducir cultivos de coca en áreas específicas, por un periodo de tiempo muy específico. (De hecho, estamos sorprendidos que la rueda de prensa del Zar Antidrogas solo indicó una reducción de coca en un 10% en las áreas que estaban siendo fumigadas el año pasado; hubiéramos esperado que esta cifra fuera más alta.)

Pero la gente que no tiene otras alternativas económicas no ha sido disuadida por la fumigación. Ellos vuelven a cultivar rápidamente (Las Naciones Unidas reportó el año pasado que 62% de los cultivos de coca que sus satélites detectaron en el 2004 no existían en el 2003[6]), y se reubican en otras áreas - incluyendo áreas que los satélites del gobierno de Estados Unidos no se habían medido.

Los datos del 2005 muestran que pasados seis años del Plan Colombia, los cultivadores de coca aun siguen por delante de las aeronaves de fumigación. A Colombia no le hacen falta selvas ni sabanas remotas y difíciles de acceder donde habitan pocas personas; en estos lugares la presencia del gobierno es casi nula y allá la coca puede ser sembrada y recolectada. Estas zonas, en conjunto, son casi del tamaño del estado de California – y aun así desde el 2000 las fumigaciones de Estados Unidos solo han cubierto, de forma cumulativa, una área un poco más grande del tamaño del estado pequeñísimo de Delaware.

La coca tiene bastante campo en el cual moverse y unos pocos aviones más de fumigación no harán una gran diferencia. Aun si se duplicara el numero actual de aproximadamente 20 aeronaves (lo cual nadie propone debido al costo) haría poca diferencia.

7. La verdadera lección que podemos tomar de las cifras del 2005 es que la fumigación no es un sustituto para la gobernabilidad. La fumigación aérea de herbicidas pareció ser un atajo, una forma barata de reducir el suministro de drogas sin tener que dedicarse a lo que en inglés se llama “nation-building,” un esfuerzo político-militar de construir instituciones estatales donde no existen. Esto implica una estrategia de largo plazo para establecer una presencia gubernamental y una economía legal en las zonas rurales pobres y alejadas de Colombia. Solo gobernabilidad –un esfuerzo que sí lleva un alto costoso, y que se tendría que financiar mayoritariamente con fondos colombianos – traerá verdaderas reducciones en los cultivos de coca. La fumigación es un pobre sustituto. En vez de un atajo, la fumigación ha probado ser un callejón sin salida.

8. El Centro para las Políticas Internacionales ha venido prediciendo el resultado del 2005 por varios años.

  • Marzo 22, 2004: Una cosa que la guerra antinarcóticos nos ha demostrado en los últimos veinte años es que los cultivos de coca se dispersan. La respuesta común a la erradicación en una zona es la cultivación en otras áreas. … Aunque las estadísticas de los Estados Unidos muestran menos coca, hay varias razones por las cuales la demanda de estos suministros han continuado. Es posible que nuevos cultivos de coca están apareciendo en áreas que no han sido medidas por las imágenes de los satélites.[7]
  • Febrero 27, 2003: Mientras partidarios del programa alaban los hallazgos como evidencia de la efectividad de la fumigación, las cifras no pueden tomarse como reflejo de un descenso total en el país o en la región, no fueron diseñados para medir la resiembra de coca en áreas fuera de las zonas claves que fueron fumigadas. … Hemos visto que la fumigación es capaz de reducir la siembra de coca temporalmente en áreas limitadas, pero la resiembra en áreas nuevas ocurrirá tan rápido como manden las leyes de oferta y demanda[8].
  • Abril 11, 2002: Es obvio para todos que los problemas de Colombia sobrepasan la cuestión de los narcóticos y hemos discutido que nuestro énfasis en respuesta militar y fumigación no hará más que dispersar la cultivación de coca por toda Suramérica.[9]
  • Septiembre 10, 2001: En vez de reducir la cultivación de coca, la fumigación ha hecho que los cultivos se dispersen geográficamente. Rosea en una parte y aparecerá en otra. Este juego del gato y ratón podrá perdurar indefinidamente: toda la coca sembrada en Suramérica en el 2000 cabria en un área dos tercios del tamaño de Rhode Island. La selva y llano colombiana son del tamaño de California.[10]
  • Abril del 2000: Los campesinos colombianos continuaran cultivando coca y heroína mientras permanezca la demanda por parte de Estados Unidos sigue, y mientras la zona rural de Colombia carezca de oportunidades económicas. Es cuestión de subsistencia. Fumigación aérea no cambiará eso – si algo hace, desplazará la cultivación de coca a áreas remotas controladas por la guerrilla.[11]


[1]http://www.whitehousedrugpolicy.gov/news/press06/041406.html.

[2]http://ciponline.org/colombia/102601.htm.

[3]http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile- english&y=2003&m=October&x=20031030170301neerge0.2703974&t=usinfo/wf -latest.html

[4]http://ciponline.org/colombia/03022706.htm.

[5]http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-english&y=2005&m=May&x=20050511161239GLnesnoM0.5845301&t=wh/wh-latest.html

[6] http://www.unodc.org/pdf/andean/Part3_Colombia.pdf.

[7]http://ciponline.org/colombia/040322coca.pdf.

[8]http://ciponline.org/colombia/03022701.htm.

[9]http://ciponline.org/colombia/02041107.htm.

[10]http://www.ciponline.org/colombia/091003.htm.

[11]http://ciponline.org/colombia/040101.htm.

 
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