Speech
by U.S. Ambassador to Colombia William Wood, December 13, 2006
Tercer
Foro Nacional de Gobernadores, Alcaldes de Ciudades Capitales, Comandantes de
Región, Metropolitanas, Departamentos de Policía y Escuelas de Policía
Es
un gran honor que el general Castro me pidiera dirigirme a ustedes esta mañana.
Hubiera aceptado aunque no le hubieran colocado ese tercer sol en su uniforme
la semana pasada.
Como
gobernadores, alcaldes y comandantes de la Policía en un período
de transición sin precedente en Colombia, ustedes representan un grupo
que de verdad lleva el peso del futuro de Colombia sobre sus hombros. Se ha hecho
mucho bien en los últimos años, pero aún queda mucho más
por hacer. Todos tienen un papel importante que desempeñar para asegurar
que no perdamos el valioso terreno que hemos ganados en los últimos años.
Cuando
necesito convencer a los incrédulos en mi país que Colombia va por
el camino correcto y que está cambiando de ser un país violento,
con un pasado controlado por las drogas, con frecuencia me dirijo a las estadísticas.
Las cifras son impresionantes: desde 2000 las masacres disminuyeron en un 80 por
ciento, desde 2002 los secuestros en un 78 por ciento y el desplazamiento forzado
en un 64 por ciento. En 2006 se han erradicado más de 200.000 hectáreas
de cultivos ilícitos y más de 42.000 ex combatientes terroristas
se han retirado de los campos de batalla.
Ustedes,
por otro lado, no necesitan cifras para contar la historia. Como líderes
regionales y locales, ustedes son los que ponen su vida en la línea de
fuego... literalmente. Sus vidas profesionales y personales, y su interacción
diaria con los electores, les permiten juzgar sin estadísticas cómo
sus departamentos y municipios han cambiado en seis años.
El
proceso de paz en una etapa crucial
Con
el beneficio de una vívida experiencia personal, estarán de acuerdo
que Colombia ha cambiado de forma extraordinaria. El proceso de paz con los paramilitares
ha contribuido en las impresionantes estadísticas que les acabo de mencionar,
pero se encuentra en una etapa crucial y aún queda mucho trabajo por delante
para consolidar estas ganancias.
En
algunos de los territorios que se encuentran bajo su responsabilidad ya se percibe
el peligro de la reincidencia. El respaldo del público hacia el proceso
de paz sin duda se erosionará si la ciudadanía llega a creer que
el surgimiento de nuevos grupos delictivos simplemente reemplazará a los
anteriores grupos armados al margen de la ley, y que su gobierno no está
trabajando hasta el cansancio para evitar que ello suceda.
El
gobierno de Colombia no puede permitir que esto suceda. Mi gobierno desea continuar
trabajando con su gobierno a todos los niveles para garantizar que Colombia continúe
por su actual camino hacia una mayor paz y prosperidad.
Su
liderazgo es la clave
Esto
exige una participación activa por parte de alcaldes y gobernadores. Colombia
necesita de su valentía, convicción y liderazgo. He visto estas
cualidades en abundancia entre muchos de los presentes en este salón.
Ustedes
son los que, con frecuencia, cuentan con un excelente conocimiento de lo que ocurre
en la región y el acceso a la información. Ustedes son los que conocen
mejor a su población. Los invito a que utilicen esta información
para beneficio de sus electores.
Colaboren
con los comandantes de la policía y el ejército para asegurarse
que los ciudadanos respetables no sean acosados, extorsionados, ni se conviertan
de nuevo en víctimas de criminales quienes han recibido una oportunidad
excepcional para darle un giro a sus vidas.
El
trabajo que se avecina sólo se puede lograr a través de un sacrificio
compartido y una mayor cohesión entre todos los niveles del servicio público.
Esto es sobre todo cierto en el caso de la desmovilización paramilitar
y el proceso de reintegración, los cuales buscan alcanzar justicia, verdad
y reparación.
Sin
duda, no pueden hacerlo solos. Necesitan recursos y ayuda. A todos los miembros
de su comunidad les interesa que reine la paz y la prosperidad en sus regiones.
Por
lo tanto, los invito a que toquen las puertas de su sector privado, la Iglesia,
los organismos de seguridad, entre otros.
Los
sectores público y privado deben cooperar para financiar y monitorear el
proceso de reintegración y garantizar que sus participantes reciban oportunidades
reales para reincorporarse a la sociedad colombiana como ciudadanos respetables
y productivos.
Hace
poco el nuevo comisionado para la reintegración, Frank Pearl, dijo que
deseaba adaptar el programa de reinserción a las necesidades de cada comunidad.
Los invito a que empiecen a diseñar una estrategia para que el gobierno
central pueda ayudarlos mejor.
Un
verdadero proceso de reconciliación necesita empezar con sus ciudadanos,
quienes serán los que permitan una reincorporación exitosa de los
ex combatientes de grupos armados al margen de la ley. Su liderazgo es esencial
en este proceso.
El
papel de Estados Unidos
El
gobierno de Estados Unidos está firmemente comprometido a ayudar bajo el
encabezado de una responsabilidad compartida. En los últimos cinco años
nuestra Embajada ha proporcionado $ 33 millones de dólares en asistencia
a los gobiernos municipales para que puedan ser más responsables con los
ciudadanos que representan, y se encuentren mejor equipados con las herramientas
de la buena gobernabilidad. Entre las numerosas actividades que hemos respaldo,
el programa de Departamentos y Municipios Seguros continúa siendo de gran
prioridad para una futura asistencia continua.
Presencia
de la Policía
De
igual forma respaldamos los esfuerzos de la Policía Nacional para reforzar
la presencia legítima de la fuerza pública de seguridad en las áreas
que no estaban bajo control, así como para ayudar al nuevo Programa de
Consolidación de Gobernabilidad Regional, trabajando con las zonas de CCAI.
Hasta
la fecha se han movilizado 57 Escuadrones Móviles de Carabineros a 28 departamentos
colombianos para fortalecer la seguridad pública. Estas unidades especiales
han protegido una importante infraestructura; han convertido el viaje por carretera
de nuevo en una opción confiable, han llevado un sentido de seguridad a
las áreas más remotas; en 2006 proporcionaron seguridad para la
erradicación manual de más de 40.000 hectáreas de cultivos
de droga y ayudaron a que las elecciones se realizaran libres de intimidación
y violencia.
Este
proyecto ha llevado la seguridad pública a más de 2,8 millones de
colombianos que alguna vez vivieron a merced de los terroristas.
Esta
presencia mejorada de la Policía también ha incrementado el número
de desertores de los grupos armados al margen de la ley, a medida que más
y más territorios nuevos se hacen hostiles para los que se creen por encima
de la ley. Estos desertores también participan en el proceso de la Ley
de Justicia y Paz.
Es
necesaria una mayor coordinación
Ahora
le toca a otras entidades del gobierno colombiano a nivel regional, departamental
y nacional, hacer entrega de los servicios básicos que todos los ciudadanos
esperan recibir. No obstante, es necesario lograr una mayor coordinación.
Deseo
recordarles que no hay mejor forma de vencer a los narcoterroristas que trabajando
de cerca con la Fuerza Pública. La cooperación es trabajo duro.
Para ello son necesarios la coordinación, el respeto mutuo, la confianza
y el compromiso. Los invito a todos y cada uno de ustedes a contactarse con sus
comandantes locales y regionales de todas las ramas de la Fuerza Pública,
y que averigüen cómo trabajar juntos para lograr las metas que todos
deseamos para Colombia.
En
el fondo saben bien que pueden lograr que esa cooperación sea mejor de
lo que actualmente es. Recuerden que los narcoterroristas serán los únicos
ganadores si esa coordinación no se lleva a cabo. Les pido que cuando se
vayan de aquí, hagan de esto una prioridad. Si lo hacen, entonces Colombia
será en el futuro un mejor lugar de lo que actualmente es.
Conclusión
Gracias
a todos por permitirme dirigirme a ustedes en este día. Les deseo lo mejor
en estas fiestas y que el 2007 sea un año próspero, sabiendo que
gente como ustedes están trabajando duro para hacer de Colombia un lugar
más pacífico y próspero.
Muchas
gracias
Bogotá,
D.C.
13 de diciembre de 2006
As
of December 14, 2006, this document was also available online at http://bogota.usembassy.gov/wwwsww101.shtml