Statement
by Colombian Unions (CUT, CGTD, CTC), July 2000
Conferencia
Sindical de Madrid- Julio de 2000
PLAN COLOMBIA
Posición de las organizaciones sindicales colombianas
"¿Quién
quedara vivo, para decir que ese crimen de ellos ha sido un suicidio nuestro?"
Eduardo Galeano
1. ¿QUE ES EL PLAN
COLOMBIA?
El Plan Colombia es una proyecto articulado alrededor del eje fundamental
de la lucha antinarcóticos y contrainsurgente. Esta columna vertebral
define la concepción, las estrategias complementarias y la distribución
económica del presupuesto. Es por tanto una falacia presentarlo
como una política integral con dos caras complementarias que se
puedan analizar y negociar por separado: una social cuyo objetivo es mejorar
las condiciones de los sectores vulnerables y una antinarcóticos
para disminuir el 50% de la producción y tráfico de materia
prima y narcóticos en un plazo de seis años
Existen varias versiones del
Plan Colombia. El primer plan Colombia se proclamó como el "eje
central de la política de paz", a tono con el optimismo post-electoral,
en el inicio de la zona de distensión y la instalación de
la Mesa de Diálogo entre el Gobierno y las FARC - EP, el 22 de
Octubre de 1998. Dentro de la estrategia dirigida a la reducción
de la oferta de drogas, el primer "Plan Colombia" se interesaba
solo por la oferta de la materia prima natural para el procesamiento de
heroína y clorhidrato de cocaína. Los componentes represivos
de la política antidrogas - interdicción, persecución
a los narcotraficantes y al lavado de activos, extinción de dominio
etc. -, continuarían bajo la responsabilidad de la Policía
Antinarcóticos, la Fiscalía General, las Fuerzas Armadas
y la Dirección Nacional de Estupefacientes. El nombre y la concepción
inicial del plan se le deben al excanciller y actual miembro de la Comisión
de Conciliación Nacional Augusto Ramírez Ocampo, quién
a partir de su experiencia y conocimiento del proceso de negociación
centroamericano, lo proponía como un procedimiento simultáneo
a la Mesa de Negociación del Proceso de Paz; es decir poner en
practica acuerdos parciales, según los avances , sin esperar a
la firma de un acuerdo final de paz.
Lo cierto es que el "Plan Colombia" cuenta con múltiples
disfraces que se muestran a conveniencia para obtener recursos externos,
sin que importe mucho lo que opine la sociedad colombiana.
Dentro de su lógica
de guerra, la propuesta de Estados Unidos para que la Unión Europea
participe en la financiación del "Plan Colombia" , supone
una aparente división en las responsabilidades: Mientras los Estados
Unidos invierten para hacer la guerra, la Unión Europea presuntamente
se ocuparía de paliar los efectos sociales de las acciones militares
y represivas que se van a profundizar. En esta dirección, el 23
de Febrero de 2000 el Alto Representante para la Política Exterior
y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana,
manifestó en Vilamoura, Portugal, que: "Europa esta dispuesta
a financiar al "Plan Colombia".
En Colombia, quienes hemos
criticado el Plan Colombia hemos señalado que esta propuesta de
división de funciones es perversa y engañosa, y que tanto
el pueblo colombiano como la comunidad internacional tienen derecho a
discutir la estrategia en su conjunto. Los gobiernos, los sindicatos y
ONGs europeas deben tener claro que la superposición del escenario
contrainsurgente y antinarcóticos no solo escalará la guerra
interna sino que anulará cualquier otro esfuerzo que se realice
en materia de desarrollo social y desarrollo rural alternativo en las
regiones con producción de coca y amapola.
El movimiento sindical colombiano
considera que no hay un plan B o C alternativos. Hay un solo Plan , diseñado
dentro de los parámetros establecidos por la administración
estadounidense como condición para otorgar la ayuda militar y concebido
en el fondo como instrumento de fortalecimiento del aparato militar del
Estado en orden a mejorar su posición de negociación y acción
militar en medio del conflicto armado.
Las diferentes versiones del
Plan, enfatizan diversos matices, dependiendo del escenario a donde se
vaya a solicitar la "ayuda". En ese sentido no existe hasta
la fecha un proyecto integral de desarrollo , que contribuya al logro
de la paz con justicia social.
El Plan Colombia no apunta
al fondo de los problemas que han creado el actual conflicto social y
polítco. No obstante exculpa de toda responsabilidad al Estado
y a la clase dirigente en la génesis de nuestros problemas, pretendiendo
que sea exclusivamente la comunidad internacional quien pague el costo
de resolver los problemas que ha creado la intolerancia y el egoísmo
de nuestros dirigentes.
Según el diagnóstico
subyacente al Plan, el país está mal y continuará
peor por culpa de cuatro enemigos interesados en socavar los cimientos
de la institucionalidad, la concordia y el crecimiento económico:
el narcotráfico, la guerrilla, corrupción, los paramilitares
y la delincuencia común. Esta visión desconoce la más
grave crisis financiera, económica, fiscal y social de este siglo,
con sus secuelas de desempleo y pobreza, que alimenta el conflicto interno.
Y dicha crisis ha sido creada por una política económica
errada que no está en vía de rectificación.
Las soluciones van acordes
con el diagnostico. Ya no se trata de eliminar causas estructurales de
la violencia, expuestas una y otra vez en la versión inicial del
Plan Colombia que el Presidente Pastrana presentó en Puerto Wilches
(Colombia), sino garantizar la presencia del Estado en todo el territorio
nacional. Una taxativa convocatoria al fortalecimiento de las instituciones
y a la modernización de las Fuerzas Armadas reemplazan ahora el
anterior llamado a superar la inequidad social y la exclusión política
que afecta a la mayoría de los colombianos, y cuya situación
se quería mejorar, de acuerdo que entonces dijo el Presidente de
la República:
" Mi gobierno tiene
el compromiso inexorable de fortalecer el Estado, recuperar la confianza
de nuestros ciudadanos y restaurar las normas básicas de una sociedad
pacífica......La paz se debe construir y solo nos llegará
mediante la estabilización del Estado y una mayor capacidad de
(sic) garantizar a cada uno de los ciudadanos, en todo el país,
que tendrán seguridad y la libertad para ejercer sus derechos y
libertades" .
Así las cosas el plan
Colombia queda con una columna vertebral: la fusión la lucha contra-insurgente
y antinarcóticos con la intervención incremental de los
Estados Unidos. Esta columna vertebral subordina los componentes de fortalecimiento
institucional, estabilización de la economía y desarrollo
social. En la práctica los anula y desvirtúa porque:
a) No están encaminados a resolver los problemas estructurales
que subyacen al conflicto social, al conflicto armado y a la irrupción
de los cultivos ilícitos, como expresión de la crisis agraria
del país.
b) Esos programas se proponen en el marco del ajuste neoliberal , las
privatizaciones y tiene de la política social una visión
asistencialista. No busca romper el circulo vicioso de la inequidad y
la pobreza. ¿Podrán superar la pobreza las familias que
recibirán recursos del Plan Colombia, con el US$1,oo diarios, que
recibirán familias con un promedio de cinco miembros?
c) No se entiende cómo puede lograrse el fortalecimiento institucional,
el respecto de los derechos humanos, y el desarrollo social, si se imponen
políticas de guerra en los mismos escenarios regionales donde es
patente la ausencia de políticas sociales ?
d) La distribución de los recursos revelan por si solos cual es
el eje central del plan:
· El valor total del
Plan Colombia es de US$ 7.557 millones, de los cuales US$ 4810 millones,
equivalentes al 63.6% del presupuesto del Plan Colombia, están
destinados al componente militar distribuido de la siguiente manera:
a) Operaciones antinarcóticos de Ejército y Policía
(4.351 millones)
b) interdicción (319 millones) e inteligencia militar (140 millones).
· Con el resto, aproximadamente
US$ 3.500 millones, se busca supuestamente la Reactivación económica,
la Reforma a la justicia y protección a los Derechos Humanos, la
Democratización y Desarrollo Social y el apoyo al Proceso de Paz.
No obstante lo que se evidencia
con el Plan Colombia y la política económica del gobierno,
es la profundización de la concentración de la riqueza,
la injusticia y la exclusión social derivadas de un modelo que
privilegia la especulación sobre la producción, que aumenta
la tributación sobre los ingresos de la población, para
conseguir recursos para el salvar al sistema financiero en bancarrota
tras el cobro de astronómicas tasas de interés, y pagar
el servicio de la deuda pública , que asciende al 40% de ingresos
del Estado.
El aporte de los Estados Unidos
de América ratifica la importancia de recursos destinados al componente
militar del Plan. El gobierno Clinton dispuso de US$1574 millones para
el Plan Colombia, de los cuales US$1337 millones, el 84.9% están
destinados al componente militar: (Batallón Antinarcóticos
y Policía Nacional). Ello revela las prioridades de los Estados
Unidos.
La Mesa de Donantes programada
para recaudar fondos en Europa espera conseguir US$ 1.250 millones, con
énfasis en los derechos humanos y el desarrollo social.
Preocupa que se pretenda comprometer
a los gobiernos y organizaciones sociales europeas para que aporten recursos
a las estrategias "sociales" del Plan Colombia, sin que se haya
podido discutir el sentido, objetivos y estrategias fundamentales del
Plan, ni con el gobierno ,ni con la sociedad civil colombiana.
En relación con los
recursos que deberían ser apropiados por Colombia (US$ 4.000 millones),
no se sabe de donde saldrán los mismos, ya que el país está
pasando por la peor crisis económica de las últimas décadas:
En medio de la peor, recesión económica de nuestra historia,
el desempleo esta por encima del 20%, un déficit fiscal que bordea
el 5% del PIB y un servicio de la deuda que absorbe el 40% de los ingresos
de la nación. No parece previsible, que el gobierno colombiana
tenga la posibilidad de disponer de los recursos prometidos.
Así las cosas, los
millones de dólares americanos fluirán primero, pero no
se podrán gastar a voluntad, sino según la minuciosa distribución
de Washington para "la acometida del gobierno colombiano en las regiones
del sur de Colombia donde se cultivan drogas, ahora dominadas por la guerrilla"
. Exactamente en el Putumayo y Caquetá, donde existen 57 mil hectáreas
de coca, más de 20.000 familias campesinas cultivadoras, 100.000
jornaleros raspadores de coca, y una inmensa población flotante
que deriva indirectamente su sustento de la provisión de servicios
en la región.
El Plan Colombia busca reducir
la oferta de drogas a través de dos acciones : Golpear a los campesinos
cocaleros y amapoleros y desplazar población de las regiones productoras.
Si aceptamos que la producción de la materia prima, refleja un
problema socioeconómico estructural y no pertenece, al igual que
el consumo, a la cadena propiamente criminal del narcotráfico,
podremos entender las dimensiones de la agresión que se prepara
contra un sector de 80.000 familias que viven de ese renglón productivo,
y contra los colombianos que viven en Putumayo, Caquetá y que dependen
indirectamente de ese renglón de producción.
La estructura empresarial
del narcotrafico queda relativamente incólume. Si bien se fortalece
la interdicción, no existen medidas importantes para impedir que
los narcotraficantes traslade sus cultivos y laboratorios al centro y
norte del país, ni para que le sea más difícil repatriar
y legalizar las divisas, aliento vital de la supervivencia del narcotráfico
en Colombia.
Una estrategia antinarcóticos
que no controle el tráfico de precursores químicos, medios
de transporte y armas, que no bloquee los circuitos financieros del lavado
del dinero ni apunte a la reducción del consumo en los países
consumidores, no sólo es asimétrica en el costo que pagan
los diversos actores al recargar el peso en los productores, sino que
terminará siendo inútil.
Hasta la fecha, la estrategia
de fumigación aplicada en nuestro país sólo ha conseguido
aumentar el área cultivada y el volumen de droga exportada. La
suma total de producción de droga a nivel mundial se ha mantenido
constante, lo cual demuestra que sólo ha habido un desplazamiento
de la producción de unas áreas a otras manteniendo constante
el nivel de producción total. Ha sido pues una estrategia fallida
en la cual se pretende reincidir..
Si se aplican las estrategias
previstas en el Plan Colombia, el conflicto político y militar
colombiano puede generalizarse al conjunto del país e incluso comprometer
y afectar a países vecinos.
2. POR QUÉ EL PLAN
COLOMBIA CARECE DE LEGITIMIDAD
Este evento alternativo a
la Mesa de Donantes al Plan Colombia, es una oportunidad para expresarle
a la Unión Europea y a la comunidad internacional la posición
del sindicalismo colombiano sobre el Plan Colombia. Tiene por lo tanto
un especial significado la asistencia a este foro, para analizar y alertar
sobre las consecuencias del mencionado Plan Colombia.
El denominado: "Plan
Colombia, un plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del
Estado", está muy lejos de ser la oportunidad para lograr
la paz en nuestro país. La opinión pública de nuestro
país desde la primera versión, percibió el mencionado
Plan como una estrategia de profundización de la guerra.
El Sindicalismo Colombiano
no puede aceptar que después de haber sido diseñado y tramitado
el Plan a espaldas del país, se nos quiera tomar en cuenta cuando
ya está en marcha, y la invitación a dialogar sobre el mismo
sólo tiene el propósito de otorgarle una legitimidad de
la que carece desde su origen.
No estamos de acuerdo con
la concepción y orientación del Plan Colombia .Lo que se
pretende ver como un proyecto de desarrollo para la paz y el fortalecimiento
del Estado, puede terminar siendo, de acuerdo con su concepción,
un generador de desplazamiento forzado de población pobre, de mayor
deterioro ambiental y de profundización de las contradicciones
que hoy vive Colombia.
La ejecución del Plan
Colombia puede conducir a la suspensión de las conversaciones de
paz , tal como lo han advertido diversos sectores de la sociedad colombiana
y puede producir un escalonamiento del conflicto.
El argumento del gobierno
de que se trata de un Plan integral porque involucra estrategias de derechos
humanos, desarrollo social, erradicación y sustitución de
cultivos, reactivación económica y proceso de paz, es equivocado.
La integralidad de una propuesta no está dada por la cantidad de
temas que aborde sino por la articulación de todos ellos en torno
a un eje ordenador que subordina el conjunto. Su intencionalidad central
es la lucha contra el narcotráfico y ello explica el predominio
del componente militar (63,6% del total del presupuesto).
Si además se tiene
en cuenta que la aplicación del Plan se concentra en zonas de alto
conflicto armado, en particular los departamentos de Caquetá y
Putumayo, es evidente que el Plan incentiva la guerra y anima a un escalamiento
de conflicto. Las FARC ha anunciado que armarán a los campesinos
para combatir a los batallones antidrogas y es previsible una extensión
del problema que se dice querer resolver . No contribuye pues a la construcción
de la paz, como argumenta el gobierno.
Por otro lado, tampoco es
eficaz en la lucha contra el narcotráfico: Los afectados serán
miles de campesinos que si bien están vinculados al cultivo de
la coca, no son narcotraficantes. Los narcotraficantes y sus redes de
distribución y comercialización están en los centros
urbanos de Cali, Bogotá, Medellín, Pereira, y la Costa Atlántica,
además de sus operaciones en Estados Unidos y Europa. Ellos seguirán
en su negocio, aprovechando que la estrategia antinarcóticos incluida
en el Plan Colombia está focalizada en los centros de cultivo,
al sur del país.
No compartimos el Plan Colombia,
además, porque no se concertó con la sociedad civil y los
actores del conflicto. En la formulación del documento se eludió
la participación ciudadana.
Dicho Plan se elaboró a espaldas de algunas instancias que tiene
el Estado establecidas en la Constitución Política : el
Congreso de la República y las Comisiones de Asuntos Exteriores,
las Entidades Territoriales y el Consejo Nacional de Planeación.
No aceptamos ser invitados
de ultima hora a convalidar decisiones tomadas a puerta cerrada en Washington
una vez que Thomas Pickering, Subsecretario de Estado, alentó al
Gobierno colombiano para que elaborara un Plan que incluyera un paquete
de ayuda suplementaria a Colombia. Seguidamente asesores del Departamento
de Estado, colaboraron de manera directa en la redacción de la
nueva versión del Plan Colombia. Por lo tanto el Plan Colombia
fué conocido primero en Estados Unidos de América, y los
colombianos nos enteramos por medios no oficiales y comunicados de prensa.
Por ello dicho Plan carece de legitimidad en nuestro país.
3. PROPUESTA ALTERNATIVA
Por lo anterior proponemos:
Formular un nuevo Plan de
Paz y Desarrollo Integral, concertado con la sociedad civil, el movimiento
sindical, y los actores vinculados al conflicto; replanteando la concepción,
orientación y composición de los recursos del actual Plan
Colombia. Este Plan Alternativo debe priorizar el desarrollo económico
y social y el apoyo al proceso de paz.
El Plan Alternativo de Paz
y Desarrollo Integral, debe contener en lo fundamental los siguientes
ejes temáticos:
a) Democratización
económica y social : En consideración al hecho de que el
conflicto interno, incluso el mismo narcotráfico (cultivos ilícitos),
tiene claras raíces en la inequidad económica, desigualdades
sociales, y en la exclusión política, la alternativa para
una salida negociada debe contemplar una estrategia de ampliación
de la democracia en lo social, en lo político y en lo económico.
El desarrollo alternativo y la reconstrucción económica
para la paz supone una acción integral de desarrollo y bienestar
con justicia y equidad social.
b) Sustitución de cultivos
ilícitos: Entendida como una estrategia integral de desarrollo
agropecuario, la cual implica la adopción de una profunda reforma
rural agraria, que permita la modernización del campo. Consideramos
que el campo es el escenario primordial para sembrar la paz, que permita
a su vez integrar sus dinámicas productivas con la ciudad y los
mercados nacionales y externos. Para este objetivo, resulta necesario
articular la estrategia de sustitución de cultivos ilícitos
con la diversificación y consolidación de la producción
agropecuaria integral en la perspectiva de configurar "mercados verdes"
basados en la sustentabilidad ambiental y social.
Se propone a su vez la definición
y conformación de zonas especiales productoras de paz entendidas
como distritos agropecuarios y agroindustriales integrados por proyectos
alternativos de desarrollo integral de carácter experimental, participativos
e intensivos en la generación de empleo e ingresos. Estas zonas
serían resultado de acuerdos parciales en el marco del proceso
de diálogo y negociación con la insurgencia y la amplia
participación de la sociedad civil.
c) Medio Ambiente y ordenamiento
territorial: Protección, recuperación y defensa del medio
natural y poblacional. En virtud a que los cultivos ilícitos (coca,
amapola y marihuana), están en ecosistemas de gran biodiversidad,
pero de alta fragilidad ambiental y amenazados por la expansión
de la frontera agrícola, y las dinámicas poblacionales,
se requiere diseñar e implementar una estrategia de reordenamiento
ambiental del territorio, que contemple y determine los usos y aprovechamientos
adecuados del suelo y de los recursos naturales. Que incluya entre otros
aspectos la reforestación, recuperación de cuencas y el
manejo adecuado del recurso hídrico.
d) Condonación de la
Deuda Publica Externa: El Plan Alternativo para Colombia debe conducir
a la cancelación de la enorme deuda social de la nación,
lo cual implica avanzar y contribuir a la condonación de la deuda
externa pública, para que esta manera se liberen recursos que deban
ser invertidos para la superación de la pobreza, mejoramiento de
la infraestructura social y ambiental, la educación, el empleo
y la salud de la población mas afectada por el conflicto social
y político.
e) Fomento de mercados interno
y externo: Los cultivos y productos alternativos al narcotráfico
, requieren un apoyo de la comunidad internacional que permita su fácil
acceso a los mercados europeos y norteamericanos, en condiciones de favorabilidad
(ampliación de cuotas, extensión de preferencias arancelarias)
. Se debe definir y apoyar un portafolio mínimo de productos verdes
mercadeables, que permita la explotación adecuada de la flora y
la fauna de una manera sostenible. Promover nuevos acuerdos y compromisos
con la comunidad internacional para que se otorguen preferencias arancelarias
a nuestras exportaciones durante un periodo limitado, en aras de potenciar
la capacidad productiva y exportadora de nuestras industrias.
f)El país necesita que el proceso de paz llegue a una solución
pronta y definitiva, que termine con el desangre que nuestra sociedad
padece por casi medio siglo. Los sectores dominantes que han concentrado
la riqueza y han detentado el poder en Colombia deben entender que el
actual sistema ha hecho crisis y que se impone como imperativo que se
avance en la consolidación de acuerdos que permitan poner fin a
la confrontación. Esa es una responsabilidad de los colombianos,
que la comunidad internacional debe apoyar y respaldar, sólo si
los actores causantes de nuestros problemas están dispuestos a
aportar su propia cuota de esfuerzo y sacrificio.
Le damos la bienvenida a la
ayuda y cooperación de la comunidad internacional, pero esta debe
darse sobre la base de un consenso y apoyo de los colombianos, así
como de todos los actores del conflicto. No queremos una vietnamización
de nuestro país. Los orígenes del conflicto político
van mas allá del narcotráfico y la existencia de la guerrilla.
Para garantizar el manejo de la ayuda internacional proponemos crear una
comisión de veeduría ciudadana que permita hacer un seguimiento
al Plan Alternativo y a la ejecución de los recursos.
Por todo lo anterior apoyamos
la convocatoria de una Conferencia Internacional con participación
de la sociedad civil, el gobierno y los actores armados colombianos con
el auspicio de la comunidad internacional que diseñe un nuevo proyecto
que responda a las verdaderas necesidades del país y q ue permita
de verdad superar nuestros actuales problemas.
Luis E Garzón
Presidente CUT
Julio Roberto Gómez
E
Secretario General CGTD
Apecides Alvis Fernández
Presidente CTC
Bogotá, Colombia, junio
del 2000