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Last Updated:5/17/01
Discurso a los líderes empresariales colombianos, Embajador Thomas R. Pickering, Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Cartagena, Colombia, 10 de agosto de 2000
Discurso a los líderes empresariales colombianos, Embajador Thomas R. Pickering, Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Cartagena, Colombia

Muchísimas gracias, Sr. Presidente. Es un verdadero placer estar aquí hoy día con ustedes por muchas razones, no sólo por la belleza de esta ciudad, una de las más antiguas del Hemisferio. Esta ciudad con razón hasido declarada patrimonio de la humanidad por las Naciones Unidas. Agradezco especialmente a la Asociación Nacional de Industriales y a sus miembros por la oportunidad de participar en esta importante reunión. Esta es mi segunda visita en meses recientes, y me siento afortunado de volver a la Ciudad Heroica. Me alegra que esté aquí conmigo mi colega el gobernador Buddy MacKay, Enviado Especial para las Américas del Presidente Clinton. Entiendo que él presentará un discurso sobre la relación comercial entre Colombia y los Estados Unidos y los esfuerzos hacia la integración multilateral, y que muchos de ustedes tendrán la oportunidad de reunirse con él. Gobernador MacKay, prometo no robarle ninguna de sus ideas. También me da mucho gusto que Barry McCaffrey, Director de la Oficina Presidencial de Política Nacional para el Control de Drogas, el General Charles Wilhelm, Comandante en Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, altos funcionarios de la AID, de los Departamentos de Defensa y Justicia y de las Oficinas de Democracia y Derechos Humanos y Refugiados y Migración del Departamento de Estado se unan también a nosotros y estén aquí para una reunión importante con el Presidente Pastrana el día de hoy.

Por último, quisiera aprovechar esta oportunidad para agradecer personalmente al Embajador Kamman por sus contribuciones sobresalientes a las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos durante los tres años como Embajador en Colombia. Como muchos de ustedes sabrán, el Embajador Kamman pronto saldrá de Colombia, regresará a los Estados Unidos y se jubilará después de cuatro décadas de distinguido servicio diplomático, no sólo como Embajador en Colombia, sino también como Embajador en Bolivia y Chile, además de otros cargos importantes en nuestras embajadas de Moscú y La Habana. La presencia de todos nosotros, aquí en este día, y el progreso notable logrado en nuestras relaciones bilaterales, ha sido posible en gran parte a los esfuerzos extraordinarios del Embajador Kamman, experto lingüista, estratega consumado, y uno de los mejores diplomáticos que los Estados Unidos ha tenido el privilegio de contar entre los suyos. Demos todos las gracias al Embajador Kamman.

Colombia es una nación con una rica historia democrática y una economía diversificada. Sin embargo, su país enfrenta profundos problemas ahora, incluyendo el desenfreno del narcotráfico y de la criminalidad, un conflicto civil que ha llegado a su cuarto decenio, graves violaciones de los derechos humanos y una dolorosa recesión económica. Claro está que estos problemas se relacionan entre sí. La deficiente economía lleva al altísimo desempleo, una masa de individuos descontentos que pueden ser reclutados por la guerrilla y los narcotraficantes, mientras que la violencia relacionada con los insurgentes y paramilitares -esencialmente, la ausencia de paz- reducen la confianza de los inversionistas, lo cual empeora la economía. El narcotráfico enriquece a la guerrilla y a los paramilitares, dándoles fuerza para sus asaltos contra las instituciones democráticas. La única solución permanente es una paz permanente. Quiero afirmar de la forma más clara que el Gobierno de Estados Unidos apoya totalmente los actuales esfuerzos para lograr la paz en Colombia a través del proceso de negociación iniciado por el Presidente Pastrana. Estamos de acuerdo con su análisis de que una solución del conflicto civil nacional es esencial para la solución de todos los demás problemas a los que se enfrenta Colombia.

Colombia no puede abordar individualmente estos problemas que se relacionan entre sí. Se necesita un amplio plan para abordarlos simultáneamente. El Gobierno de Colombia ha reconocido sabiamente que debe seguir un proceso de paz vigoroso, intensificando los esfuerzos antinarcóticos e implementando una estrategia de desarrollo económico, y al mismo tiempo reforzando los pilares democráticos de la sociedad colombiana y mejorando el respeto por los derechos humanos.

Bajo el liderazgo del Presidente Pastrana, el Gobierno de Colombia ha elaborado un plan para lograr todo esto; esfuerzo que se conoce como el Plan Colombia, un plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado.

El Gobierno de Estados Unidos se da plena cuenta de las dificultades que ustedes están soportando, y recalcamos nuestro apoyo a su Gobierno, sus instituciones y su país. El Gobierno estadounidense se ha comprometido en forma extraordinaria a ayudar a Colombia en esta época de crisis, con la aprobación del Congreso y la sanción presidencial del 13 de julio de un gran paquete de asistencia por más de mil trescientos millones de dólares para los próximos dos años. Este paquete de asistencia es de gran alcance. Ayudará a Colombia a combatir la amenaza del narcotráfico e incluye financiamiento considerable para la asistencia al desarrollo alternativo y la erradicación voluntaria de cultivos ilícitos. También ofrece asistencia significativa para los desplazados internamente, apoyo para los programas de protección ambiental, recursos para los gobiernos locales y para mejorar la forma de gobernar, así como programas para ayudar a mejorar la administración de justicia y proteger los derechos humanos. Aunque no son tan conocidos como los programas para ayudar a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional de Colombia, estas inversiones en el desarrollo social son un elemento esencial del paquete de apoyo financiero que el Congreso de Estados Unidos ha puesto a disposición de Colombia, y son una de las principales prioridades de mi Gobierno. Lo más importante es que estos programas de desarrollo social son esenciales para lograr la paz, la seguridad y la prosperidad en Colombia. Si hay alguna duda, permítanme asegurarles que la próxima visita del Presidente Clinton a Colombia demostrará también, en forma clara y sucinta, nuestro apoyo a todas estas metas importantes.

El respeto por los derechos humanos es de importancia vital para el pueblo colombiano y para el estadounidense. Colombia ha dado grandes pasos al respecto, pero todavía queda más por hacer. No se puede tolerar a quienes violan los derechos humanos o a quienes colaboran en dichas violaciones o a quienes las permiten. Todos los infractores de los derechos humanos, vengan de donde vengan, ya sea de la guerrilla, los paramilitares, los elementos de las fuerzas de seguridad que actúan por su cuenta en contra de las órdenes, los narcotraficantes, y los individuos que los apoyan y protegen, deben ser enjuiciados. Las violaciones deben ser investigadas imparcialmente y los responsables deben ser enjuiciados y sentenciados con el pleno rigor de la ley. Esta es la justicia simple y llana. Mientras la opinión pública nacional e internacional no advierta la dedicación de las autoridades colombianas a la protección de los derechos humanos, sin importar quiénes sean los infractores, el prestigio de su Gobierno disminuirá, aun a los ojos de los más ardientes defensores de Colombia, que es un grupo al cual pertenezco.

El desarrollo económico es otro aspecto clave de la ecuación. Una economía robusta es esencial para el éxito del Plan. Quienes están involucrados en la industria de los narcóticos deben tener alternativas viables para ganarse la vida, y debe haber empleos para los desempleados y subempleados, entre ellos muchos guerrilleros y paramilitares que todos esperamos lleguen a reincorporarse a la economía nacional.

Desde la fundación de la ANDI en Medellín en 1944 como organización sin fines de lucro, su objetivo primordial ha sido la defensa y la promoción de los principios políticos, económicos y sociales de la libre empresa, basándose en "la dignidad de la persona humana, en la democracia política, en la justicia social, en la propiedad privada y en la libertad". La ANDI, que tiene filiales en ocho ciudades colombianas, además de la sede central en Medellín, la ANDI puede desempeñar un papel activo en el rejuvenecimiento económico del país. Sus 650 empresas afiliadas de los sectores financiero, agroindustrial, comercial, textil, de servicios y de elaboración de alimentos sirven de enlace entre los inversionistas extranjeros, sus socios colombianos y su Gobierno.

La ANDI encarna el espíritu empresarial que logró la grandeza de Colombia, y que contribuirá al renacer económico, político y social del país. Ustedes son la antítesis de los cultivadores de coca, de los narcotraficantes, y de todos los que trabajan para socavar las bases democráticas y la prosperidad económica de Colombia. Ustedes representan las aspiraciones legítimas del pueblo colombiano para ganarse la vida con decencia y honradez mientras contribuye al bienestar común.

En las últimas semanas ha circulado bastante información errónea sobre supuestos planes de los Estados Unidos para "deshojar" a Colombia utilizando un "hongo destructor" y agentes peligrosos para el ambiente. Estos rumores no tienen ningún fundamento. No se tiene la intención de usar en Colombia en el programa de erradicación ningún método que no haya sido estudiado cuidadosamente y demostrado que cumple con las normas más estrictas de seguridad y protección establecidas por el Gobierno de Colombia.

Aún más, esos rumores confunden un punto importante que a menudo se pasa por alto: que el narcotráfico, a través del cultivo y el procesamiento de la coca y la adormidera, es la verdadera amenaza para el ambiente natural de Colombia. Por cada hectárea de coca se destruyen varias hectáreas de bosques tropicales. Los cultivadores y los narcotraficantes generan y arrojan a la tierra, las corrientes y los ríos colombianos toneladas de pesticidas, fertilizantes y desechos de productos químicos tóxicos. Se puede decir que el narcotráfico no sólo está envenenando a los jóvenes colombianos, sino al país mismo. Por otra parte, el paquete de apoyo de Estados Unidos para el Plan Colombia proporciona fondos para programas ambientales y el desarrollo económico alternativo, los cuales ayudarán a conservar los recursos naturales de este bello país.

El apoyo del público colombiano en general, y de la comunidad empresarial en particular, es vital para el éxito de toda estrategia gubernamental para abordar los problemas de Colombia. Los detalles específicos del Plan Colombia deben someterse a un debate sano, pero se debe reconocer en general que los problemas que el Plan trata de abordar se deben solucionar urgentemente con una estrategia amplia e integrada, y con el apoyo de recursos nacionales e internacionales significativos. Este Plan tiene elementos que afectan a cada empresa, institución, electorado y ciudadano de Colombia. Para que el Plan tenga éxito, para que construya la nueva Colombia del siglo XXI, hay que contar con el aporte y el apoyo de todos ustedes. Los donantes externos no pueden reconstruir Colombia, sólo los colombianos pueden hacerlo.

Considerándolo todo, los Estados Unidos consideran el Plan Colombia un paquete equilibrado, diseñado para reunir los esfuerzos del Gobierno y los ciudadanos de Colombia y la asistencia de los donantes internacionales interesados en ver el retorno de la paz y la prosperidad a su país. La asignación por su Gobierno de cuantiosos y nuevos recursos para el Plan Colombia demuestra su plena comprensión de la complejidad y el alcance del problema, y la necesidad de avanzar con una estrategia integrada y vigorosa. Los amigos de Colombia ya salieron en su ayuda. Además de los Estados Unidos, las instituciones financieras internacionales, las Naciones Unidas, España, el Reino Unido, Japón y Noruega también han prometido su asistencia. Prevemos que otros países donantes ofrecerán su apoyo antes de finalizar el año, y en particular estamos colaborando con la Unión Europea con ese fin, incluida una reunión importante que se celebrará en Bogotá el mes próximo.

Así que Colombia no está sola. Desde el punto de vista de mi país, existe una asociación entre nuestras naciones y entre nuestros pueblos. El apoyo de Estados Unidos a Colombia no va a cambiar con la elección de un nuevo presidente, pues en realidad el Plan Colombia tiene amplio apoyo bipartidista en el Congreso de los Estados Unidos. Consideramos que la estrategia integrada del Presidente Pastrana es la mayor esperanza de resolver los difíciles retos que afrontan la nación y sus ciudadanos. Esperamos que el pueblo de Colombia se una y demuestre solidaridad al enfrentar esta crisis.

Les traigo el apoyo y los mejores deseos del pueblo estadounidense. Les aseguro que colaboraremos con su gobierno para construir una red más fuerte de apoyo internacional. Pero en definitiva, el éxito o el fracaso del Plan Colombia depende de ustedes. Ustedes deben comprometerse para asegurar que su sociedad no habrá de tolerar los abusos de los derechos humanos. Deben dedicar sus recursos a otras posibilidades que no sean el cultivo de coca y la producción de opio de la adormidera, invertir en la infraestructura y construir gobiernos municipales que ofrezcan una alternativa a las drogas, la guerrilla o los paramilitares. Deben ofrecer ayuda de emergencia a centenares de miles de personas que han sido echadas de sus hogares.

Aunque muchos de ustedes, y yo seguramente, nos habremos jubilado mucho antes, espero que dentro de 25 años Colombia pueda realizar el sueño que la ANDI declara tan elocuentemente en su Visión del País: "En el año 2025, Colombia es un país de oportunidades, pacífico, tolerante, democrático y pluralista, que garantiza la seguridad y la justicia a sus ciudadanos, quienes son respetuosos de las leyes y comparten principios éticos, con una población educada y comprometida, que ha satisfecho sus necesidades básicas; una sociedad que ha alcanzado un alto nivel de desarrollo, basado en la competitividad de sus organizaciones, la equidad, el empleo y la preservación del ambiente". Esas son verdaderas aspiraciones. Trabajemos unidos para que esas palabras sean una realidad, ayudando a construir una Colombia fuerte, democrática y económicamente próspera, que vuelva a ejercer el liderazgo en este Hemisferio.

Cartagena, Boívar
10 de agosto de 2000

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