Palabras
de la Embajadora Anne W. Patterson a la prensa colombiana después de presentar
sus credenciales, Embajada de los EE.UU. en Colombia, 24 de agosto de
2000
Palabras
de la Embajadora Anne W. Patterson a la prensa colombiana después
de presentar sus credenciales
Es un gran honor
para mí estar en Colombia como Embajadora de los Estados Unidos
de América, representando a mi Gobierno y al Presidente Clinton.
Me complace sobremanera estar aquí en este momento que pienso es
de mucha importancia para las relaciones entre nuestras dos naciones.
Me complace especialmente el haber llegado en vísperas de una visita
del Presidente de los Estados Unidos a Colombia, la primera desde hace
una década. Quiero aprovechar la oportunidad para ofrecerle al
pueblo colombiano un saludo muy atento y muy cálido en nombre del
Presidente Clinton y en el mío propio. También quiero asegurarles
la solidaridad y apoyo del pueblo estadounidense, recién demostrados
en la aprobación por nuestro Congreso del paquete de asistencia
a Colombia.
Nuestras dos naciones
comparten una larga historia de relaciones estrechas, una historia de
democracia y de convicción de que el mercado libre de ideas, de
servicios y de mercancías, es la mejor base para una sociedad libre
y próspera. Colombia y Estados Unidos han sido socios comerciales
durante muchos años. Estados Unidos actualmente es el mercado mayor
para las exportaciones colombianas, y Colombia es el cuarto mercado para
nuestras exportaciones a América Latina. Estados Unidos sigue siendo
la mayor fuente de inversiones extranjeras en Colombia. Yo me comprometo
a hacer todo lo que pueda para mantener y reforzar esas estrechas relaciones.
Nuestras dos naciones
hoy enfrentan graves desafíos. Claro que el narcotráfico
preocupa mucho a los Estados Unidos y a otros países por la amenaza
que representa para la juventud y para muchas de las personas de escasos
recursos tanto de Estados Unidos y de otros países como de Colombia.
Todos tenemos que preocuparnos por esto, y tenemos que hacer todo lo que
podamos en cuanto a la prevención del abuso y al tratamiento de
los adictos. No nos podemos olvidar de la importancia de la reducción
de la demanda.
Sin embargo, Colombia
enfrenta problemas inmediatos, problemas críticos. La producción,
el procesamiento y el tráfico de narcóticos en Colombia
desde hace muchos años, vienen haciendo daños más
y más serios a las instituciones colombianas, a la integridad ambiental,
a la seguridad del pueblo, y a la salud económica. Las enormes
sumas de dinero generadas por el narcotráfico financian la violencia
y la corrupción. Me comprometo también a que la Embajada
y yo haremos todo lo posible para que el apoyo de los Estados Unidos a
los esfuerzos de ustedes, del gobierno y del pueblo de Colombia, sea adecuado
y efectivo.
La asistencia de
los Estados Unidos proporcionará fondos para apoyar las actividades
antinarcóticos de las fuerzas públicas de Colombia. También
proporcionará financiamiento para programas de desarrollo social
y económico; para fortalecer gobiernos departamentales y municipales,
mejorar la protección de los derechos humanos, ayudar a los desplazados,
mejorar el acceso a la justicia, y ofrecer alternativas económicas
viables para los cultivos ilícitos.
Nuestras naciones
y nuestros pueblos tienen una larga historia de cooperación en
muchas áreas. Hoy mi Gobierno reconoce su responsabilidad de apoyar
los esfuerzos de los colombianos para enfrentar graves desafíos
y de ayudar a promover los valores democráticos, civiles y humanos
que nuestros pueblos comparten. Queremos demostrar esta solidaridad como
amigos y como vecinos geográficos y espirituales.
De nuevo quiero decir
que considero un honor estar aquí con ustedes.
Ahora, con mucho
gusto responderé algunas preguntas.
Bogotá, D.C.
24 de agosto de 2000
As of May 17, 2001,
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