OPIAC,
Impactos de las Fumigaciones Sobre los Pueblos Indígenas de la
Amazonía Colombiana, November 17, 2000
OPIAC
Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía
Colombiana
Cra. 8 No. 19-34, Oficina 405, E. Nieves, Bogotá, Colombia
Tel/fax: 571-282-6010, Email: opiac@impsat.net.co
IMPACTOS DE LAS FUMIGACIONES
SOBRE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA AMAZONÍA COLOMBIANA
Emperatriz Cahuache
Casado
Presidenta OPIAC
Noviembre 17 del 2000
Reciban todos un
saludo de los 58 pueblos indígenas de la Amazonía y Orinoquía
Colombiana que están organizados en la OPIAC.
Los planteamientos
que haré en esta presentación se fundamentan en nuestros
principios de defensa de la vida, de nuestros derechos y de los conocimientos
ancestrales que han permitido a los pueblos indígenas vivir y convivir
de manera armónica con la naturaleza.
Gracias a la sabiduría
milenaria transmitida por nuestros Mayores hemos conservado regiones de
gran biodiversidad para la humanidad, con grandes riquezas en fauna, flora,
agua y bosques.
Desafortunadamente
nuestro conocimiento solo se empieza a reconocer después de cinco
siglos del primer contacto con otras culturas. Se reconoce que nosotros,
los habitantes ancestrales de la Amazonía y Orinoquía, poseemos
un conocimiento tradicional que nos ha garantizado la existencia como
culturas y la conservación de los ecosistemas de habitamos. Cuando
se logre aprender de nuestros pueblos y de nuestras culturas se ayudará
a desarrollar sistemas de relación más armoniosos y creativos
entre los seres humanos y la Madre tierra.
Esto es lo que nos
enseñan nuestros Mayores, quienes son auténticas autoridades
ambientales y por eso, somos actores insustituibles para el futuro de
la región Amazónica. Por esto que es necesario y urgente
que seamos tenidos en cuenta en las discusiones y decisiones sobre el
problema de los llamados "cultivos ilícitos" de la hoja
de coca.
Los 58 pueblos indígenas
amazónicos somos comunidades que habitamos la región milenariamente.
Vivimos de la pesca, la caza y la recolección, en armonía
con los ecosistemas. Mantenernos cultivos de subsistencia y hemos sobrevivido
a las presiones de las grandes multinacionales que han llegado a la Amazonía,
refugiándonos en nuestros territorios. Sin embargo, durante décadas
hemos sido afectados y discriminados por muchas políticas que se
han aplicado en la región.
Las comunidades indígenas
amazónicas habitamos en cerca de 25 millones de hectáreas,
que conforman resguardos indígenas. Estos territorios están
en zonas selváticas y en sabanas naturales que cruzan los ríos
Amazonas y Orinoco.
Colombia es el segundo
país más diverso del mundo, luego de Brasil. El 95% de los
recursos de biodiversidad se encuentran ubicados en los territorios indígenas
y esta biodiversidad, se ha conservado y desarrollado, gracias a la relación
armónica que los Pueblos Indígenas, han sabido desarrollar
con su espacio vital.
El cultivo y el consumo
de la hoja de coca es esencial dentro de la tradición milenaria
de los pueblos indígenas de Colombia, tanto en los andes, costa
como en la Amazonía. Su uso ancestral ha estado asociado a los
ritos de iniciación, a las celebraciones y a la espiritualidad
de nuestras autoridades.
Desafortunadamente,
con el uso de la hoja como materia prima para la producción de
drogas, la coca se ha transformando en un producto apreciado a nivel mundial.
Con el tráfico y el consumo de la coca, a nuestras regiones han
llegado males que antes no existían: la sed de riqueza, la violencia,
la explotación de nuestros pueblos y el daño a nuestras
tierras y medio ambiente.
Desde 1980 la Amazonía
colombiana ha sido la región donde se han concentrado los cultivos
de coca para la producción de narcóticos. En la Amazonía
hoy se encuentran el 91 % de los cultivos de coca del país.
La presencia de la
coca en la Amazonía se explica por la pobreza de los campesinos
que fueron desplazados de sus lugares de origen, a causa de la violencia,
de la desigualdad y de la injusticia social en que se ha desarrollado
el país.
Por la presencia
de los cultivos de coca en la Amazonía, las acciones de erradicación
forzosa se han concentrado en la región, trayendo consigo nefastas
consecuencias para el medio ambiente y para el bienestar de nuestros pueblos.
Lo que se ha desconocido
es que para nuestros pueblos indígenas la coca es una planta sagrada,
cuyo uso es tradicional en nuestras comunidades. El problema de los cultivos
ilícitos no está en la hoja de coca sino en las injusticias
sociales y económicas que durante años que han obligado
a campesinos y algunos indígenas a involucrarse en esta actividad
ilegal.
2 Supuestamente para
combatir el narcotráfico se ha aplicado una política de
fumigaciones químicas para la erradicación de los cultivos
de coca, marihuana y amapola. Sin embargo, todo el mundo sabe que esta
política ha fracasado en el intento de reducir los cultivos. Además,
ella no ha estado dirigida contra los verdaderos narcotraficantes que
cuentan con las redes del capital financiero internacional para lavar
sus dólares. Tampoco ha estado dirigida contra las empresas de
Estados Unidos y de Europa, fabricantes y vendedores de sustancias químicas,
utilizadas como materia prima para la fabricación de la cocaína.
Sin embargo, se ha
atacado a los cultivadores con fumigaciones aéreas con productos
químicos contra los plantíos de coca.
Con las fumigaciones
no se ha acabado el problema de los cultivos ilícitos. En los últimos
cinco años se han usado más de 2 millones de litros de herbicida
(glifosato) y se han gastado más de 53 millones de dólares
para combatir los cultivos de amapola y más de 41 millones de dólares
en operaciones antinarcóticos contra la coca.
Sin embargo, las
hectáreas con coca han aumentado. Lo que ha cambiado son las zonas
de producción. Pero estas siguen estando en la Amazonía.
Por esto, la deforestación aumenta, la contaminación es
mayor y los problemas sociales son cada vez mayores.
La misma Personería
del Pueblo en Colombia ha afirmado que existe la amenaza directa de devastación
de 150.000 hectáreas de bosques de la Amazonía y Orinoquía
por las fumigaciones que se realizarán con el Plan Colombia.
Nosotros, los pueblos
indígenas de la Amazonía, pensamos que es posible erradicar
voluntariamente la coca, pero con acuerdos y propuestas que resuelvan
los problemas que han llevado a las gentes al cultivo ilegal.
No podemos desconocer
que la diversidad cultural, la pervivencia de los pueblos indígenas
y la preservación de la biodiversidad está amenazada por
las plantaciones de coca y las fumigaciones que afectan directamente a
nuestros pueblos y territorios.
Los grupos indígenas
de la Amazonía hemos sufrido serios impactos sobre nuestra organización
cultural y social por el crecimiento de los cultivos de coca. También
son nuestras tierras, selvas y ríos los que sufren los impactos
de las fumigaciones. Estos impactos se reflejan en que:
Nuestras comunidades
han sido desarticuladas social y culturalmente
- Esto se refleja
en el abandono de prácticas tradicionales de subsistencia como
la agricultura, la recolección y la caza;
- La integración
a la dinámica económica de los cultivos ilícitos
- Se ha pérdido
la autonomía en nuestros territorios tradicionales y más
grave aún, se ha perdido el reconocimiento de las autoridades tradicionales.
Se han incrementado
los índices de violencia
- El narcotráfico
ha aumentado en un 70% los casos de violencia común en las zonas,
afectando directamente a la juventud y a las mujeres indígenas.
- La presencia masiva
de fuerzas de seguridad (policía y batallones antidrogas), conjuntamente
con la presencia guerrillera y de los paramilitares es un factor de amenaza
permanente sobre nuestros pueblos indígenas.
Contaminación
ambiental
El monocultivo de
la coca presenta serios impactos sobre los suelos, por esto se usan masivamente
fertilizantes químicos peligrosos. También es alta la contaminación
que se genera en el procesamiento de la hoja: se botan desperdicios tóxicos
a los ríos y los suelos.
Las fumigaciones
con herbicidas afectan a todo lo que es "verde" en la región.
Es necesario tener en cuenta que por el riesgo de ser objetivo militar
de la guerrilla, las avionetas que fumigan lo hacen desde grandes alturas.
Por esto, se fumiga todo tipo de cultivos, sin ninguna distinción
de bosques y cultivos de comida (yuca, plátano).
Desplazamientos
Luego de que una
zona se ha fumigado, las comunidades se ven obligadas a desplazarse a
otros lugares para buscar comida y seguridad. Los niños y mujeres
son los principales afectados y se sabe de casos de enfermedades por el
consumo aguas contaminadas.
El herbicida utilizado
en la fumigaciones (glifosato) es tóxico y se sabe que en altas
concentraciones es mortal para el ser humano y dañino para los
ecosistemas, lo que se hace más grave cuando se aplica, como en
el caso de la Amazonía, de forma aérea.
Fumigaciones y Plan
Colombia
Pese a que las fumigaciones
se han estado realizando en el país desde hace más de veinte
años, ahora, con la aplicación del Plan Colombia van ha
ser mayores las zonas fumigadas. En este plan se estableció la
meta de erradicar el 50% de los cultivos ilícitos para el 2005.
Esto quiere decir que van a ser fumigadas más de 60.000 hectáreas
de coca, las cuales están en su mayoría en la AMAZONÍA.
Estas fumigaciones
amenazan a todos los pueblos amazónicos. Se está contaminando
la Amazonía, se están deforestando los bosques y se están
desplazando y llevando al hambre a nuestras comunidades.
El problema de los
cultivos de coca y las fumigaciones nos afecta directamente. Según
la Comisión Interamericana de Derechos: en un 42% de los indígenas
colombianos son afectados por los cultivos ilícitos, siendo que
el 17% de todos los cultivos ilícitos está localizado al
interior de territorios indígenas. Este total se encuentra así
dividido: 19% de cultivos de amapola, 70% de marihuana y 11% de coca
Por las graves consecuencias
de las fumigaciones y porque es necesario considerar el origen del problema
de los cultivos ilícitos (injusticia y pobreza), la OPIAC está
en contra de toda política de erradicación forzada, cualquiera
que sea el método que se utilice. La OPIAC considera que la erradicación
manual o mecánica deben ser concertada con las comunidades y acompañada
de soluciones reales y concretas para los campesinos e indígenas,
que garanticen la seguridad alimentaria de los cultivadores de coca o
amapola.
Por esto, los Pueblos
Indígenas tenemos las siguientes propuestas pacíficas para
construir soluciones sólidas y de amplio futuro para los indígenas
y campesinos de la región. Nuestras propuestas se fundamentan en
el pensamiento de nuestros mayores que han venido sosteniendo por muchos
años la biodiversidad de la Amazonía.
Por esto, proponemos:
- La financiación
y ejecución de los Planes de Vida de los Pueblos Indígenas
en donde se proponen formas pacificas y concertadas de soluciones al problema
de los cultivos ilícitos.
- Estamos a favor
de la erradicación manual de cultivos ilícitos, pero el
gobierno debe garantizar la supervivencia y la seguridad alimentaria de
los campesinos cultivadores y concertar las formas y tiempo para la erradicación.
- Rechazamos toda
erradicación forzada contra campesinos o indígenas, así
como la fumigación química y el mal llamado "control
biológico" contra los cultivos de coca.
- Proponemos la realización
de una reunión regional amazónica en la cual participen
las autoridades tradicionales indígenas, los gobernadores indígenas,
los Curacas, para establecer compromisos en relación con los puntos
anteriores. Solicitamos para este evento la presencia del señor
Presidente de la República, la Dirección Nacional de Estupefacientes,
la Procuraduría Delegada para Asuntos Étnicos, la Defensoría
del Pueblo. Invitamos a las Embajadas, en especial de los países
donantes de los recursos del Plan Colombia.
- Exigimos a la Presidencia
de la República y a todas las instancias gubernamentales consultar
con las organizaciones indígenas todo proyecto de la denominada
"Empresa Colombia".
La búsqueda
de alternativas pacíficas para nuestro país es necesaria
y urgente. El apoyo de organizaciones como las que ustedes representan
es fundamental para encontrar caminos de paz para el país y sobretodo,
para garantizar el futuro de nuestros pueblos. La pervivencia de los pueblos
indígenas amazónicos es también la supervivencia
del planeta.