Comunicado
de Prensa de la Comisión Interamericana de Derchos Humanos, 17
de diciembre del 2001
COMUNICADO
DE PRENSA
N° 33/01
COMISIÓN INTERAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS CULMINA VISITA A LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
1. En el día
de la fecha, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
finalizó su visita in loco a la República de Colombia. La
visita -realizada por invitación del Gobierno del Presidente Andrés
Pastrana-se extendió del 7 al 13 de diciembre de 2001 y tuvo por
objeto observar la situación de los derechos humanos en dicho país.
2. La CIDH es un órgano
principal de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con
el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en el Hemisferio
y cuyas atribuciones se derivan de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y la Carta de la OEA, instrumentos ratificados por la República
de Colombia. La Comisión está compuesta de siete miembros
elegidos a título personal por la Asamblea General de la OEA. La
Delegación de la CIDH para ésta, su cuarta visita a Colombia,
estuvo integrada por su Presidente, Decano Claudio Grossman; su Primer Vicepresidente,
doctor Juan E. Méndez; su Segunda Vicepresidenta, la licenciada Marta
Altolaguirre; y los demás miembros de la Comisión, Profesor
Robert K. Goldman, Profesor Hélio Bicudo, doctor Peter Laurie, y
doctor Julio Prado Vallejo. Participaron en la visita el Secretario Ejecutivo
y Relator para la Libertad de Expresión, Embajador Santiago A. Canton
y los abogados Verónica Gómez, Mario López e Ignacio
Alvarez, con el apoyo administrativo de las señoras Gabriela Hageman,
Gloria Hansen y Gloria Molina. La delegación de la CIDH estuvo también
acompañada por la abogada Débora Benchoam y la señorita
Victoria Amato, funcionarias de la Oficina de la Relatoría Especial
para la Libertad de Expresión en las Américas.
3. Durante su visita
la CIDH se entrevistó con autoridades de los tres poderes del Estado,
incluyendo al Presidente de la Nación, Andrés Pastrana Arango.*
También se entrevistó con organizaciones no gubernamentales
de derechos humanos,** representantes eclesiásticos, dirigentes políticos,
periodistas y representantes de medios de comunicación social, representantes
de asociaciones campesinas, étnicas y de mujeres, sindicalistas y
otros representantes de la sociedad civil a nivel nacional y local. La CIDH
mantuvo contacto con organismos internacionales tales como la Oficina de
la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ACNUR
y el Comité Internacional de la Cruz Roja. Asimismo, recibió
información y testimonios sobre la situación en todas las
regiones del país, en especial las de Cundinamarca, Antioquia, Magdalena
Medio, Arauca, Valle, Cauca, Putumayo, Nariño, Tolima y Catatumbo.
El pleno de la Comisión se reunió con los candidatos presidenciales
Luis Eduardo Garzón, Horacio Serpa Uribe y Alvaro Uribe Vélez.
Al final se adjunta una lista completa de las reuniones mantenidas por la
Comisión.
4. La CIDH desea resaltar
la disposición favorable del Gobierno del Presidente Pastrana hacia
la Comisión, que en muchos casos ha contribuido a salvar vidas y
promovido la legitimidad de los valores del Estado de Derecho. Concretamente,
esa disposición se ha reflejado en programas de protección
de defensores de derechos humanos, sindicalistas y periodistas y en el impulso
de esfuerzos en materia de administración de justicia.
5. En el marco de la
colaboración existente con el Gobierno y con el objetivo de contribuir
en la búsqueda de una mayor protección de los derechos fundamentales
de los ciudadanos colombianos, la Comisión, en base a las funciones
y atribuciones que le otorga el artículo 41 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, hace de público conocimiento sus
observaciones preliminares sobre las impresiones recogidas antes y durante
la presente visita. Las conclusiones y recomendaciones finales serán
plasmadas en un informe sobre la situación de los derechos humanos
en Colombia, el cual será puesto a consideración del Estado
colombiano y hecho público en los primeros meses del año 2002.
6. Para hacer un análisis
adecuado de la presente situación en Colombia, debe necesariamente
tenerse en cuenta la dinámica del conflicto armado y el fenómeno
de la violencia generalizada, en un contexto donde -por diversas razones-
la presencia del Estado es débil, e incluso inexistente, en ciertas
áreas del territorio nacional. La Comisión nota que este panorama
se ha complicado aun más debido a los fuertes vínculos entre
actores armados y narcotráfico.
7. La CIDH reconoce
los esfuerzos del Gobierno y de la sociedad colombiana por instaurar un
proceso de paz. La amplia experiencia de la Comisión en el hemisferio
indica que los procesos de paz contribuyen significativamente a la reducción
de las violaciones de derechos humanos. La CIDH apoya los esfuerzos para
lograr la paz en Colombia. Sin embargo, no puede sino expresar decepción
ante la lentitud de los avances registrados en un proceso iniciado hace
ya más de tres años. La Comisión reitera su disposición
a contribuir al logro de la paz en el marco de sus atribuciones y su anhelo
de que el pueblo colombiano pueda en el futuro gozar de paz, seguridad y
justicia. Por último, la CIDH desea subrayar la trascendencia de
las recomendaciones que la "Comisión de Personalidades"
formulara a la Mesa de Diálogo y Negociación para el Proceso
de Paz como un instrumento fundamental para promover el diálogo y
la solución del conflicto que aqueja al pueblo colombiano.
8. La CIDH recibió
información y observó la situación de la población
civil que es víctima de la violencia generada por los actores del
conflicto armado interno en Colombia. La Comisión recibió
testimonios de comunidades y personas desplazadas de la mayor parte de los
departamentos del país que retratan repudiables actos de violencia
destinados a aterrorizar a la población civil. Estos actos, que se
traducen en masacres, ejecuciones, mutilaciones, secuestros y amenazas,
tienen como destinatarios a hombres y mujeres del campo, líderes
sociales y políticos, sindicalistas, educadores, defensores de derechos
humanos y periodistas; y golpean en forma dramática a los sectores
más vulnerables de la población, entre quienes se destacan
las comunidades afrocolombianas, las comunidades indígenas, las mujeres
y los niños. Como consecuencia de estas acciones, poblaciones enteras
en varias regiones del país se sienten desamparadas en vista del
incumplimiento o imposibilidad del Estado de proteger a sus ciudadanos de
la violencia.
9. La CIDH observa que
parte importante de los actos de violencia contra la población civil
son atribuibles a los grupos armados disidentes. Entre ellos se cuentan
masacres, ejecuciones sumarias indiscriminadas y selectivas, toma de rehenes,
secuestros extorsivos, uso indiscriminado de minas antipersonales, y reclutamiento
de niños y niñas menores de edad. Tras casi 40 años
de actuación violenta, estos grupos armados (entre otros FARC y ELN)
han causado un costo irrecuperable de numerosas vidas humanas y han perjudicado
considerablemente el desarrollo social, económico y político
de la sociedad colombiana. La participación pacífica en la
vida política del país, a través de sus instituciones
democráticas, es el único mecanismo que puede permitir el
desarrollo pacífico, equitativo, y sustentable de la sociedad colombiana.
La Comisión condena las graves violaciones del derecho internacional
humanitario llevadas a cabo por los grupos armados disidentes en Colombia,
incluyendo el secuestro como medio habitual de intimidación con fines
económicos o de otro tipo.
10. La Comisión
expresa su seria preocupación por la violencia paramilitar que se
refleja en la comisión de masacres, asesinatos selectivos, actos
de extorsión y desplazamientos masivos por motivos militares, económicos
o de limpieza social. El desarrollo del paramilitarismo en Colombia es un
hecho cuya gravedad no puede ser suficientemente destacada. En efecto, ha
introducido en el conflicto y la sociedad un elemento que recurre al exterminio
de sus opositores como forma válida de hacer política. Además,
la Comisión ha recibido numerosas denuncias sobre la vinculación
del paramilitarismo con actividades de carácter criminal. La CIDH
nota con preocupación que este fenómeno está adquiriendo
mayor aceptación social en Colombia. El incremento del apoyo social
al paramilitarismo requiere la acción firme y decidida de los sectores
democráticos para poner fin a este flagelo.
11. La Comisión
ha notado que el Gobierno ha adoptado ciertas medidas hacia los grupos paramilitares
que han resultado en capturas y la judicialización de procesos contra
algunos de sus integrantes. Sin embargo, numerosos testimonios recogidos
por la CIDH indican, por un lado, que el fenómeno paramilitar continúa
creciendo; y por otro que subsisten indicios de gravísimas formas
de cooperación con estos grupos por parte de agentes estatales. Constatamos
especialmente la fragilidad de los procesos de investigación que
se refieren a estos vínculos ilícitos entre paramilitares
y agentes de las fuerzas de seguridad. La Comisión valora el llamado
del Presidente Pastrana a los uniformados a "escoger entre el uniforme
de la patria y el uniforme de la infamia" y espera que se le dé
estricto cumplimiento.
12. La Comisión
recibió información sobre cientos de miles de personas desplazadas
como resultado de la violencia patrocinada por los grupos armados. Estos
gravísimos hechos fuerzan a numerosas personas y familias -en muchos
casos lideradas por mujeres- a desplazarse por el territorio nacional, y
hacia las principales ciudades, en donde se suman a los afectados por los
altos niveles de desempleo existentes. La CIDH reconoce y valora los esfuerzos
del Estado por aliviar las consecuencias de este fenómeno mediante
la acción de instancias tales como la Red de Solidaridad Social.
Sin embargo, los testimonios recogidos durante la visita demuestran la insuficiencia
e ineficiencia de los mecanismos vigentes para aliviar tanto las consecuencias
directas del abandono del lugar de origen, como el profundo desarraigo que
sufren las víctimas y el impacto en sus hijos menores que -en gran
número- ven truncada su educación y sus posibilidades futuras
de desarrollo. La situación es de particular gravedad con relación
a los grupos especialmente vulnerables, tales como las comunidades indígenas
y afrocolombianas, que se ven forzadas a abandonar su territorio ancestral.
La CIDH también corroboró la existencia de desplazamientos
selectivos que afectan principalmente a educadores y sindicalistas amenazados
de muerte, quienes se ven obligados a trasladarse hacia otras regiones sin
recibir asistencia estatal para compensar la pérdida de empleo o
continuar con su proyecto de vida.
13. La CIDH ha constatado
que los grupos armados disidentes incorporan en sus filas a menores de 18
años. Por su parte, hay casos en que fuerzas de seguridad los utilizan
en servicios auxiliares, lo cual podría llevar a abusos y a la posible
participación de los menores en la lucha armada.
14. La Comisión
considera que la impunidad existente sobre las graves violaciones a los
derechos humanos y el derecho internacional humanitario contribuye significativamente
a la perpetuación de la violencia. La investigación, juzgamiento
y sanción de los culpables es un instrumento clave en la erradicación
de la violencia. La CIDH apoya la labor de los funcionarios de los órganos
de garantía, incluyendo la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría
General de la Nación y la Unidad Nacional de Derechos Humanos donde
se encuentran radicados un número considerable de procesos sobre
graves violaciones a los derechos humanos. La Comisión expresó
su preocupación por la falta de judicialización de numerosos
actos de violencia que han afectado a la población civil, así
como por el lento avance o el estancamiento de las investigaciones. Si bien
existen estadísticas sobre casos donde se ha vinculado o dictado
medidas de aseguramiento contra miembros de grupos al margen de la ley,
en muchos casos no se han hecho efectivas las capturas correspondientes.
En este sentido, la Comisión se ve sorprendida por la holgura con
la cual autores confesos de graves crímenes de lesa humanidad, con
órdenes de captura pendientes de cumplimiento, se desplazan por el
territorio nacional y se sienten incluso con la libertad de conceder entrevistas
en medios masivos de comunicación.
15. Los Estados miembros
de la Organización de los Estados Americanos, la CIDH y otros organismos
intergubernamentales, han sido categóricos en su apoyo a la labor
de las personas, grupos y organizaciones dedicados a la promoción
y protección de los derechos humanos y ven con gravísima preocupación
las amenazas, los señalamientos en los medios de comunicación,
los actos de hostigamiento, atentados, asesinatos y desapariciones perpetrados
contra los defensores de derechos humanos en Colombia. La Comisión
considera que los ataques a los defensores de derechos humanos tienen un
grave efecto multiplicador sobre las violaciones a los derechos humanos
de toda la población. En lo que va del año 2001 han sido asesinados
trece defensores de derechos humanos. Cuando se silencia la voz de los que
denuncian los asesinatos, torturas, secuestros y desapariciones, la sociedad
entera se perjudica por el ambiente de violencia e impunidad que encuentra
en el silencio a su mayor cómplice. La Comisión resaltó
que su preocupación por los defensores de derechos humanos se ve
reflejada en los numerosos procedimientos de medidas cautelares por ella
abiertos con el fin de proteger y dar seguimiento a la situación
de ciertos defensores y organizaciones, así como en su visita a la
ciudad de Barrancabermeja donde la delegación hizo presencia en las
sedes de la Organización Femenina Popular y CREDHOS.
16. La Comisión
expresa su preocupación por los términos de la Ley 648 sobre
defensa y seguridad nacional, recientemente aprobada por el Congreso de
la República en relación con las obligaciones asumidas bajo
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La CIDH observa que,
de ser puesta en práctica, esta norma socavará el principio
de la independencia judicial y la división de poderes y sancionará
la primacía de la autoridad militar sobre la autoridad civil. La
Comisión resalta su convicción de que los Estados tienen el
derecho y el deber de adoptar las medidas necesarias para combatir a los
agentes generadores de violencia que amenazan a su población. Dicho
fortalecimiento debe enmarcarse en el Estado de Derecho y en los parámetros
establecidos en la Convención Americana, marcos adecuados para obtener
la seguridad a la que legítimamente aspira la población. La
CIDH considera que la aplicación de normas imbuidas de la doctrina
de la seguridad nacional resulta incompatible con dicho marco.
17. La libertad de expresión
es fundamental para el fortalecimiento democrático y la conquista
de la paz. Es sumamente preocupante la información recibida sobre
asesinatos, ataques y amenazas contra periodistas. La Comisión recibió
información sobre la existencia de una estrategia por parte de los
grupos armados, en particular de los paramilitares, orientadas a silenciar
a los periodistas de investigación por medio del asesinato, la intimidación
o el desplazamiento forzado. Colombia es el país de la región
con mayor cantidad de periodistas asesinados, en los últimos años,
en el ejercicio de sus funciones y la impunidad de estos crímenes
contribuye a la perpetuación de la violencia. En el mismo sentido,
la Comisión expresa su preocupación por la grave situación
de los educadores, los miembros de la comunidad universitaria y los sindicalistas.
La Comisión ha recibido asimismo múltiples denuncias sobre
violaciones a los derechos consagrados en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y la Convención de Belém do Pará
en la forma de atentados contra la vida y la integridad personal de las
mujeres.
18. La CIDH tuvo la
oportunidad de visitar las instalaciones de la Cárcel Nacional Modelo
con el fin de corroborar el cumplimiento con medidas de protección
por ella oportunamente dictadas. Las amenazas proferidas por internos paramilitares
contra los llamados presos políticos en dicho centro penitenciario
se materializaron en un ataque que tuvo lugar en julio pasado con un alto
saldo de muertos y heridos, a pesar de la vigencia de las medidas cautelares
de la CIDH. La Comisión valora el nombramiento de un nuevo director
y espera que se le otorguen los medios adecuados para el cumplimiento de
sus funciones. En su visita al penal, la CIDH pudo constatar que no se ha
dado pleno cumplimiento a las medidas cautelares. El Gobierno se comprometió
a dar comienzo a la construcción de un separador antes del 31 diciembre
de 2001 con el fin de evitar nuevos actos de violencia. La Comisión
seguirá observando de cerca las condiciones de seguridad en la cárcel
y el cumplimiento con las medidas cautelares. Por último, la Comisión
pudo constatar que los presos comunes viven en promiscuidad total y fuera
de los estándares internacionales. Un gran número de detenidos
se alojan en los corredores y túneles de ciertos sectores del presidio.
19. En los próximos
meses, los ciudadanos colombianos demostrarán su voluntad democrática
concurriendo a las urnas para elegir a sus futuros dirigentes. La CIDH espera
que el proceso electoral se desarrolle en un ambiente pacífico y
de intercambio de ideas entre los líderes políticos y el pueblo
colombiano con pleno respeto a sus distintas opiniones. La CIDH prestará
especial atención a las denuncias de intimidación contra los
candidatos, y sus partidarios, así como contra los votantes. Los
candidatos presidenciales reflejan un amplio espectro de las opiniones políticas
existentes en Colombia. Para la democracia colombiana es fundamental que
se proteja efectivamente a quienes participan en el sistema político
democrático, dando pleno cumplimiento al derecho a la participación
política establecido en el artículo 23 de la Convención
Americana.
20. Como comentario
final y en virtud del análisis anterior, la Comisión considera
que el respeto de los derechos humanos fundamentales se ve gravemente afectado
en Colombia. Asimismo nota que, a pesar de los esfuerzos realizados dentro
y fuera del Gobierno, se ha registrado un deterioro progresivo de la situación
desde su visita anterior, en diciembre de 1997, y este deterioro está
relacionado en parte con la falta de pleno cumplimiento con las recomendaciones
formuladas por la CIDH en dicha ocasión. La Comisión desea
enfatizar que las graves violaciones a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario que han sido y continúan siendo cometidas
por los distintos actores en el conflicto armado constituyen crímenes
de jurisdicción internacional que son imprescriptibles y no sujetos
a amnistía.
21. La Comisión
agradece la cooperación y las facilidades provistas por el Gobierno
del Presidente Pastrana, otras autoridades del Estado y las organizaciones
no gubernamentales e instituciones de la sociedad civil en la preparación
y realización de esta visita.
Santafé de Bogotá,
13 de diciembre de 2001
* En la ciudad de Bogotá
la Comisión se reunió con el señor Presidente de la
República, doctor Andrés Pastrana Arango, el Ministro de Relaciones
Exteriores, doctor Guillermo Fernández de Soto; el Ministro de Defensa
y Vicepresidente, doctor Gustavo Bell Lemus, el Ministro del Interior, doctor
Arnoldo Estrada Villa; el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, señor
Angelino Garzón; el Alto Comisionado para la Paz, doctor Camilo Gómez,
y el director del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, doctor
Reinaldo Botero. Asimismo, la CIDH se reunió con el Fiscal General
de la Nación, el Procurador General de la Nación, doctor Edgardo
Maya; el Defensor del Pueblo, doctor Eduardo Cifuentes; con magistrados
de la Corte Constitucional y del Consejo Superior de la Judicatura; y con
las Comisiones Primeras Constitucionales del Senado y la Cámara Baja.
La CIDH también se reunió con el Comandante de las Fuerzas
Militares, de las tres armas; el Director de la Policía Nacional;
y otros oficiales de dichas fuerzas de seguridad; el Inspector General de
la Policía, el Coordinador y los Magistrados del Tribunal Superior
Militar, y el Director de la Cárcel Modelo. La delegación
de la CIDH que visitó la ciudad de Medellín se reunió
con el Gobernador de Antioquia, con funcionarios de la Fiscalía Especializada
que opera desde esa ciudad, así como con el Comandante de la Policía
local y de la Cuarta Brigada del Ejército. En la ciudad de Barrancabermeja,
la Comisión se reunió con el Comandante de Policía
local y con el Comandante de la Quinta Brigada del Ejército, entre
otros oficiales de alto rango.
** Asimismo en Bogotá
la CIDH se reunió con la Comisión Colombiana de Juristas,
el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Humanidad Vigente,
la Corporación Sembrar, Comisión Intercongregacional de Justicia
y Paz, , MINGA, Comité de Solidaridad con Presos Políticos,
Comité de Derechos Humanos de Caldas, NOMADESC, SEMBRAR, REINICIAR,
ASPU, Comité de Derechos Humanos de la Universidad Nacional, CUT,
CGTD, ASONAL, CTC, USO, CODEES, CNC, Coordinadora Agraria, Coordinadora
Nacional de Desplazados, ANDESCOL, Comité Regional de Indígenas
de Caldas, CRIDEC, ONIC, AFRODES, Asociación de Campesinos de Arauca
(ACA), Región de Catatumbo, Cauca, Costa Atlántica, Movimiento
Popular Multiétnico, Región Nariño-Putumayo, ASOPEMA,
Representantes de comunidades Coyaima, Natagaima, Ortega, Fundación
País Libre. En Medellín la CIDH se reunió con el Grupo
Interdisciplinario por los Derechos Humanos (GIDH), Instituto Popular de
Capacitación (IPC), CODESEL, ASFADDES, Corporación Jurídica
Libertad, Organización Indígena de Antioquia (OIA), Corporación
Región, Escuela Nacional Sindical, Asociación de Maestros,
Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia, Vamos Mujer,
Ruta Pacífica, Mujeres que Crean. En Barrancabermeja la CIDH se reunió
con OFP, CREDHOS, Mesa de Trabajadores y Trabajadoras por la Paz. Asimismo
la Comisión se reunió con numerosas personas que presentaron
información o brindaron sus puntos de vista con relación a
la situación de los derechos humanos en Colombia.