Publicada el 13 de abril de 2008 - El Diario de Hoy de El
Salvador
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Un estudio de la fundación manifiesta que los precios
establecidos por la autónoma impiden la rentabilidad
de la misma; plantea que se focalice el subsidio al agua potable
En julio de 2006 la Administración Nacional de Acueductos
y Alcantarillados (Anda) realizó la última modificación
de la tabla tarifaria del servicio de agua potable. Ante esto,
la Fundación Salvadoreña para el desarrollo
Económico y Social (Fusades) razona que las nuevas
tarifas no han permitido a la autónoma superar su problema
deficitario ni lograr que quienes menos recursos tienen sean
los principales beneficiarios del subsidio.
Tal como describe Fusades en el Informe de Desarrollo Económico
y Social 2007 (IDES 2007), a partir de datos extraídos
del boletín estadístico 2005 de Anda, la institución
proveía el servicio de agua potable al 58.7 por ciento
de la población del país, mientras que los municipios
abastecían a un 1 por ciento y los sistemas autoabastecidos
al 1.2 por ciento.
Según Leopoldo Dimas, analista de Recursos Naturales
de Fusades, no hay una política tarifaria que regule
todos los proveedores del país. "Tenemos un enfoque
sectorial del agua. Esto produce que haya una fragmentación
de la institucionalidad y que la toma de decisiones y las
funciones se traslapen y se provoque un uso inadecuado del
agua".
El análisis de Dimas parte de los últimos tres
cambios hechos por Anda. Anteriormente a 2006 se reformó
tarifas en 1994 y 2001.
Los pagos mínimos residencial y no residencial hasta
un consumo de 10 metros cúbicos al mes no han cambiado
en los tres períodos. Se ha mantenido el cargo fijo
para todos los usuarios por un valor de 1.15 dólares;
y la tarifa base para consumos de 11 a 30 metros cúbicos,
tanto para usuarios residenciales como industria y comercio,
tampoco ha cambiado.
Para Dimas la reforma de 2006 no supuso cambios sustanciales.
"Lo que hizo Funes (César Funes, presidente de
Anda) fue crear nuevos bloques de consumo, más cortos",
explicó.
El analista detalló que el consumo entre 10 y 20 metros
cúbicos está subsidiado con un 50 por ciento
y que a partir de 21 metros cúbicos ya no hay subsidio.
Cerca del 51 por ciento de los consumidores de la entidad
estatal utilizan entre 0 y 20 metros cúbicos, sin embargo,
los últimos tres cambios de tarifas sólo han
afectado a los que consumen por encima de 20, por lo que "el
impacto de las tarifas ha sido muy leve y no suficiente para
que Anda sea rentable", aseveró Dimas.
IDES 2007 también planteó otra realidad. Con
base en datos del Banco Mundial indicó que en 2004
sólo un 22.10 por ciento del total del subsidio al
agua potable llegó a los hogares más necesitados
del país, los que representan el 40 por ciento de la
población.
Datos de 2006 del Banco Mundial también mostraron
que sólo el 11.79 por ciento de las poblaciones más
necesitadas del Área Metropolitana de San Salvador
y el 54.93 por ciento de áreas rurales del país,
recibían el subsidio estatal.
En términos más globales, el 64 por ciento
de los hogares más necesitados del país y el
74.24 por ciento de los más necesitados del área
rural no recibieron el beneficio porque no tenían el
servicio de Anda. Por otro lado y paradójicamente,
el 73.88 por ciento del total de hogares con mayores ingresos
sí lo recibieron.
Para reducir la situación deficitaria de la autónoma,
Fusades propone, entre otras cosas, que se impulsen políticas
públicas encaminadas a regular los recursos hídricos
y el subsector de agua potable y saneamiento; la construcción
de un ente regulador del sector; el desarrollo de una estrategia
de financiamiento basada en la promoción de la cultura
del pago en aquellos sectores con capacidad para hacerlo;
así como el pago de servicios ambientales en áreas
hídricas estratégicas.
Entre las sugerencias incluía "cubrir mediante
un esquema de subsidios directos las necesidades de consumo
de los sectores sociales de menores ingresos", lo que
conllevaría un aumento de las tarifas para hacerlo
posible.
En una línea similar el documento del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, "El agua. Una
valoración económica de los recursos hídricos
en El Salvador", de octubre de 2006, critica la generalización
de los subsidios por provocar "distorsiones entre los
beneficiarios y por beneficiar al no pobre".
También alude a varios requisitos institucionales
a cumplir para la implementación exitosa de subsidios
específicos como: adecuación de impuestos o
sistemas de recaudación de ingresos generales, mecanismos
para identificar a los grupos objetivo y la monitorización
y seguimiento del empleo de los fondos.
PNUD recomienda un ajuste mínimo tarifario de Anda
de entre un 250 y 300 por ciento "para recuperar los
costos de operación, mantenimiento e inversión
del servicio de agua potable, garantizar la conservación
sostenible de los recursos hídricos del país
en el horizonte a largo plazo".
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