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25 de Octubre de 2006
VALERIA IMHOF Y ESTEBAN SOLÍS
Como canibalismo ambiental, calificó el coordinador
residente del Sistema de las Naciones Unidas en Nicaragua,
Alfredo Missair, la depredación de los recursos forestales
en el país, donde especies preciosas como la caoba
se están acabando sin misericordia, mientras los funcionarios
del Instituto Nacional Forestal (Inafor) se dedican a entregar
guías en blanco y permisos de aprovechamiento que nadie
supervisa, más que los propios madereros.
“Es un comportamiento depredador y es la imagen de
comerse el recurso natural que es como destruirse a sí
mismo, una especie de canibalismo inconsciente que el ser
humano está realizando por un negocio efímero
con pocos resultados a largo plazo, y los que están
haciendo esto hoy tendrán hijos que tendrán
que vivir en pobreza el día de mañana”,
sostuvo Missair.
Missair señaló que “Nicaragua tiene comprometido
su futuro” si no logra controlar la explotación
indebida del recurso forestal, porque a la postre repercutirá
en el equilibrio ecológico del país.
“Entiendo que el 67 por ciento de la cobertura forestal
en Nicaragua ha sido depredada, y eso no es sólo un
impacto a largo plazo en los recursos de agua sino de energía,
porque todo es un ecosistema que tiene que estar equilibrado”,
señaló.
Indicó que no se debe confundir el uso del recurso
que hacen las comunidades indígenas para subsistir,
con aquellos que explotan indiscriminadamente el bosque sin
ningún beneficio para sus habitantes.
“Lamentablemente, por razones de ineficiencia, de ignorancia,
de intereses políticos, y por razones a veces de corrupción,
todos van a ser víctimas de esta situación,
tanto los que han explotado el recurso de forma indebida,
como que los que han sostenido el recurso forestal como lo
han hecho los pueblos indígenas”, manifestó.
Missair dijo que urge un proceso de educación y de
respeto de la normativa. “Es un problema multifacético
que requiere de múltiples intervenciones, sobre todo
de una voluntad muy firme a nivel del gobierno y la ciudadanía”,
indicó
Titular del Inafor admite mafia
El titular del Inafor, Indalecio Rodríguez, admitió
ayer lo que todo mundo sabía: que hay una mafia maderera
que está acabando con los bosques nicaragüenses
en complicidad con algunas autoridades de esa institución
y alcaldes municipales.
El propio Rodríguez dijo que se resistía a
utilizar la palabra “mafia”, pero “hoy ya
la comparto, porque conocemos los nombres de las personas,
que sin haber dado la cara en Nicaragua, han estado lucrándose
por diez, doce, quince y más años del recurso
que han estado extrayendo y que ha provocado tanto daño
en el ecosistema nicaragüense”.
Las contundentes publicaciones de EL NUEVO DIARIO sobre el
tema parece que hicieron reflexionar a Rodríguez, y
hasta ahora se ha dado cuenta de que las áreas desertificadas
por el uso y abuso indiscriminado e irracional de este recurso
“nos ha dejado nada más que miseria y hambre
en ciertas zonas del Pacífico y del Caribe nicaragüense”.
¿Qué está haciendo el Inafor? “De
acuerdo con las estrategias que se han establecido con las
demás instituciones que integran una comisión
ad-hoc, se han establecido una serie de acciones como la instalación
de puestos de control en todos los sectores por donde circulaba
clandestinamente la madera, que ni cuenta nos dábamos”.
Rodríguez aseguró que como institución
denunciaron estas irregularidades hace tres años. “Sabíamos
que el 80 por ciento de la extracción de la madera
era ilegal, que no pasaba por ningún puesto de control
y aparecía misteriosamente en países como República
Dominicana, Cuba, Costa Rica, Honduras y hasta en los mismos
Estados Unidos”.
El director del Inafor dijo que, curiosamente, en Estados
Unidos se encuentra la diferencia, en los registros, entre
lo que se exporta y lo que ingresa allá, y en los otros
países no aparece nada, simplemente aparece la madera
convertida en muebles que se exportan y genera uno de los
mayores ingresos que han tenido esos países.
Rodríguez se quejó de que un Recurso de Amparo
de oficio por dos salas del Tribunal de Apelaciones de Managua,
ha retrasado la subasta de esa madera. “Hacemos un llamado
a la Corte Suprema de Justicia para que emita una sentencia
rápida y ajustada a derecho” para proceder a
la subasta de la madera, porque de lo contrario se causa un
daño no sólo al recurso, sino a los infractores
que creen que quedan en la impunidad y continúan con
el latrocinio.
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